24. El ataque

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Aún es de noche, me he despertado sobresaltada. La puerta a comenzado a sonar. Son tan solo las 2:00 a.m algo no va bien quién puede ser? Digo para mí.

Robert también está despierto se levanta adormilado y se dirige hacia la puerta.

Vuelve a sonar fuertemente. Quién se esconda detrás debe de estar muy desesperado por pasar.

Margaret pasa corriendo, sus manos chorrean de sangre. Me acerco corriendo.

- Estás bien? Digo mirando sus manos ensangrentadas.

- si, si la sangre no es mia, vamos tenemos que marcharnos ya, coger a la niña nos están atacando. Dice Margaret preocupada.

- pero quién? Que está pasando? pregunto confundida.

- vampiros. Dice mientras crea un portal.

Lo que mas tenía ha sucedido, Robert sostiene a Valeria sobre sus manos.

Comenzamos a atravesar el portal, se escuchan gritos y golpes, han entrado a casa. Conseguimos atravesar el portal.
- Ya casi estamos a salvo. Digo mientras suelto un suspiro.

Noto que algo roza mi cara. El portal se cierra, me volteo para ver a Robert, veo como deja a Valeria en el suelo con cuidado. Esta de rodillas, la sangre cae al suelo. Corro hacia él. Y lo que veo me hace perder la razón.

Tiene un puñal clavado en el corazón.

Con su último aliento me susurra.

- te amo.

Lágrimas caen por mis mejillas, mi mundo se viene abajo, el amor de mi vida yace bajo mis brazos, su cuerpo inerte sin vida...

- me dijiste que nuestra historia tendría un final feliz. Digo mientras de mi garganta sale un grito desgarrador.

No se cuándo tiempo ha pasado, siento que la oscuridad me llena, la ira y la venganza corren por mis venas.

Dejo con sumo cuidado el cuerpo de Robert, beso su frente. Me incorporo mientras me dirijo a Margaret que acuna con ternura a mi pequeña bebé.

-abreme el puto portal!! Esto no se va a quedar así.

Noto como quiere replicarme, observa mi expresión y lo abre.

Si en tres horas no he vuelto, cuidala dale todo el amor que se merece. Digo mientras cruzó el portal.

Cientos de puntos rojos, brillan en la oscuridad. Retiro mi anillo del dedo y lo guardo en uno de mis bolsillos.

Las sombras recorren todo mi ser, no soy dueña de mis actos ya no poseo voluntad.

Rayos comienzan a caer del cielo, cada rayo que cae impacta sobre uno de ellos, muevo mis manos y las cabezas son arrancadas de mis enemigos.
Cientos de cuerpos yacen bajo mis pies, avanzo en dirección hacia el último ser que queda en pie.

Escucho súplicas de perdón, pero el dolor me embarga clavo mi puño en su pecho y arrancó su corazón.

Sigo buscando seres en los que descargar mi rabia.

A lo lejos escucho el llanto de un bebé, me acerco con intención de matar. A mis pies esta Margaret y mi pequeña bebé.

Levanto mis manos para hacer callar esos sonidos ahora tan desagrables.

- Amalia, Amalia recuerda por favor es tu hija.

Algo se remueve en mi interior, esa voz la conozco imágenes llenan mi mente. Tengo a Margaret sujeta por el cuello por un momento puedo tomar el control, saco el anillo y lo coloco de nuevo sobre mi dedo.

Las sombras y la oscuridad comienzan a desaparecer.

Caigo de rodillas y las abrazo. Me sumerjo en un mar de lágrimas. Estoy rota he perdido al amor de mi vida y casi destruyó lo poco que me queda.

Poco a poco la gente comienza a salir de sus escondites, buscando entre los cuerpos supervivientes.

El sol comienza a salir con cada rayo que impacta sobre el suelo los cuerpos se van convirtiendo en montones de cenizas.

Nose cómo hemos llegado a casa de Margaret, no escucho a nadie, mis ojos están fijos en un punto sobre la pared. Estoy muerta en vida.
Es tan difícil de explicar.
Me siento como.si estuviera atrapada en un pozo. No hay salida ni luz, solo dolor y soledad.

- Amalia, el consejo ha llamado desean hablar contigo. Dice Ingrid

No respondo, no quiero ver a nadie. Solo deseo acurrucarme dormir y dejar de sufrir.
No quiero ver a nadie me dirijo a una habitación y me tiro sobre la cama.

Lloro, lloro por horas, maldigo y busco culpables. Me he vengado y aún así no encuentro consuelo.

A mi mente llegan esas historias que me contaba donde los enamorados nunca terminaban juntos. Me prometió que nuestra historia tendría un final feliz. No se en qué momento se cierran mis ojos y caído dormida.

" Estoy en un prado, la brisa es suave balancea mi cabello, el cielo está despejado en lo alto el sol proporcionando calor. Vuelvo a llevar el vestido negro, camino y quedó parada frente a un acantilado.

Estoy en el borde del abismo un solo paso es falso y caeré despeñada, palabras comienzan a salir de mi boca:

- solo tu puedes tomar la decisión. Continuar o perderlo todo. En la vida nada es gratis todo tiene un precio."

Despierto sobresaltada en mi mente solo retumban esas palabras.

"En la vida nada es gratis todo tiene un precio"

Han venido varias veces a asegurarse de que estoy bien, me han dejado comida pero he perdido el apetito.

Solo quiero dormir, en mis sueños no hay dolor,la pena inmensa desaparece, no hay rabia, ni ira, ni desesperación.

Ahora mismo solo puedo sentirme culpable, sola, desamparada, no valgo nada, ni si quiera merezco que nadie me quiera.

Cierro de nuevo mis ojos y me quedo dormida.



Amalia Reina de las Brujas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora