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Cassandra
El día de mi cumpleaños llega y el día parece ir en mi contra.
Las clases iniciaron con la profesora más gruñona de la facultad y la carrera, parece que no tiene buen sexo y eso le pone las hormonas de mal humor. Dicta procedimientos enfermeros como loca y sin respirar, mientras que señala la pantalla con el puntero el cual también a punta a nuestros rostros cada que hace una pregunta; es fastidiosa hasta un grado monumental y todos la odiamos y a la vez la amamos, ya que ese tipo de conductas suelen ser comunes en los hospitales.
Anoto todo cuan rápido puedo y Helen suelta un suspiro de alivio cuando el timbre suena y la profesora apaga la pantalla y guarda sus cosas, todos comienzan a salir apresurados como si el diablo les estuviera pisando los talones, corren hacia la salida y yo río cuando el chico de nuestro lado suelta una agradecimiento hacia el cielo.
— ¡Vaya maldición! — Helen soba su cuello con una mano cuando salimos de nuestras butacas y caminamos hacia el pasillo para salir del gran salón.
— Parece que cada día amanece más de malas — comento en tono de burla, pasamos por el marco de la puerta y salimos hacia los pasillos del edificio con arquitectura barroca.
— Pobre de su esposo, debe pasar un infierno cuando se la quiere coger.
— ¿Está casada? — su confesión me sorprende y causa una gran impresión en mí — Creí que no recibía amor y por eso se la vivía de malas.
— Está casada con el profesor más sexi y buenorro que puedas imaginar, da clases en la facultad de arte y créeme que, si yo fuera estudiante de ahí, le pediría me dejara plasmar su cuerpo desnudo en un lienzo y de paso dejarme probar de su arte masculina — guiña un ojo y realiza ese movimiento con las cejas, cosa que solo puede indicar las cosas pervertidas que pasan por su mente.
— Eres una homonatica mujer, pobre de Anton.
— ¿Pobre?, afortunado, querida, afortunado. Sí fuera como las otras chicas él viviría buscando sexo en otras vaginas, cosa que conmigo nunca le faltara — empuja su cabello hacia atrás, a la vez que ambas reímos por su comentario. — Hablando de sexo.
— No estábamos hablando exactamente de sexo.
— Lo hacemos — niego con la cabeza y ella finge sorpresa — Dime... ¿Qué planes tienen hoy el ojiazul sexi de tu novio y tú?
— Chase, se llama Chase y aún no lo sé, seguramente cenaremos con mi padre y después haremos algo juntos — le recuerdo el nombre de mi novio e ignoro el hecho de que aún le siga gustando mi novio — Algo seguro es que me compro un regalo, así que ...
— Tienes que enviarme una foto de ese regalo, no importa si son bragas o un conjunto intimo sensual, incluso si es algún objeto de juego fetichista sexual — ruego los ojos y me reprocho mentalmente el haberle contado de la vez que Chase ato mis muñecas con mi mascada.
— Por última vez, Helen. Chase no es ningún sadomasoquista, ni dominador, ni nada de eso, sólo le gusta jugar con dar tentaciones y además él sabe lo mucho que me gusta el que me provoquen, así que sólo ha sido eso. — palmea mi espalda y sonríe.
— Ajá, lo que digas amiga. Sí algún día Anton me deja, me asegurare de seguirte a Londres y buscarme a alguien como Chase; ese aire de tentador y chico sensual en la cama se me antoja.
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Saved Souls [ Souls #2 ]✓ [EN EDICIÓN]
Novela JuvenilNo todo en el amor es de color de rosa, el sólo hecho de escuchar mencionar esa palabra tenemos la errónea idea de que todo es como un cuento de hadas, algo de lo que todos se mueren por experimentar, pero ¿Qué pasa cuando lo haces y sales lastimada...