Cassandra
En el trayecto a su departamento evito mirarlo, me enfoco en las luces que desaparecen como estrellas fugaces por la velocidad a la que conduce el ojiverde. La radio suena una canción que no sé reconocer debido al poco volumen en el que se encuentra.
Aparca dentro del antiguo condominio de departamentos en el que solía vivir con el gemelo y con él, mi mente inmediatamente trae las imágenes de esos recuerdos, no puede ser que siga viviendo bajo el techo del gemelo aún después de un año, él parece leer la expresión en mi rostro y se apresura a desmentir mi idea.
— Vivo en el piso superior al de Jay — apaga el motor del vehículo y todo se queda en silencio — Compre ese piso pensando en ti y en que nosotros... — bufa soltando el aire con fuerza.
Baja de la camioneta, yo permanezco estática en mi lugar haciendo que Andrew se gire en mi dirección, camina hasta mi lado y toca la ventana con el nudillo de su dedo índice.
— ¿No piensas bajar? — elevo una de mis cejas y él sonríe... Su maldita y linda sonrisa — No quiero hablar aquí y que los vecinos nos vean para después inventar chismes, vamos, baja.
Tomo lentamente la manilla de la puerta, retiro el seguro y abro, saliendo de la camioneta. Él me vuelve a sonreír y yo evito derretirme por ese gesto, mi corazón ya me ha traicionado y su ritmo se ha alterado, cierro la puerta evitando que se azote y sigo sus pasos, ligeramente pegada a su espalda.
Pasamos por la recepción, saluda al hombre detrás del mostrador, seguimos derecho hacia el ascensor, él lo llama oprimiendo el botón y ambos nos adentramos en la caja metálica. Presiona el botón del piso cinco y el aparato comienza a moverse, dejándonos a ambos en silencio. Emite el típico sonido que avisa que ya hemos llegado al piso, oprime su clave y las puertas se abren dentro de su departamento, me indica que pase con el típico gesto con el brazo y yo paso por su lado adentrándome en el pasillo de su sala de estar.
Evito inhalar el olor que su fragancia masculina deja por los pasillos de su hogar, todo huele a él, todo tiene su toque y cosas que parecen gustarle.
— Ponte cómoda, ¿Quieres un poco de agua? — lanza su chaqueta sobre el sofá y se adentra hacia el pasillo en donde supongo está la cocina.
— Terminemos con esto, Andrew. — evito sonar ansiosa y nerviosa, quiero salir de aquí antes de que cometa alguna idiotez.
— Al grano, ¿Eh? — su voz se escucha algo lejana, pero sé que proviene de alguna de las habitaciones.
— No vinimos a jugar, ¿O sí? — sale de la cocina con un vaso entre sus manos, detalla mi cuerpo de abaja hacia arriba, trago el nudo de nervios que se acumula en mi garganta.
— No, lastimosamente no vinimos a jugar, al menos no como me gustaría hacerlo contigo en un lugar a solas.
— Andrew.
— Cassie. — camina hacia la sala y deposita el vaso sobre la mesa de centro — ¿Por qué?
— ¿Ah? — da unos cuantos pasos en mi dirección deteniéndose a unos escasos centímetros de distancia.
— ¿Por qué él?, ¿Por qué no con otro chico?
— Es gracioso, ¿Sabes? — una risa sarcástica sale de mi boca — Hace un año yo me cuestionaba lo mismo e incluso te hice la misma pregunta ¿Recuerdas? — elevo la mirada chocando con sus ojos verdes.
— Vuelve conmigo, linda. — sus pasos se acercan los centímetros que nos separaban, una de sus manos sube hasta ahuecar un lado de mi rostro — Podemos estar juntos otra vez, no le veo sentido a mi vida si no te tengo a mi lado.
ESTÁS LEYENDO
Saved Souls [ Souls #2 ]✓ [EN EDICIÓN]
Teen FictionNo todo en el amor es de color de rosa, el sólo hecho de escuchar mencionar esa palabra tenemos la errónea idea de que todo es como un cuento de hadas, algo de lo que todos se mueren por experimentar, pero ¿Qué pasa cuando lo haces y sales lastimada...