Capítulo XXXIV

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Cassandra


Despierto por los movimientos que se efectúan a mi lado, la cama sobre la que duermo se siente diferente, esta, a diferencia de la que usamos Chase y yo en el departamento, es mucho más cómoda y suave; nuestra cama también lo es, pero esta sobre pasa los límites.

Vuelvo a sentir el movimiento y me giro para pedirle a esa persona que me deje dormir unos minutos más, abro mis ojos un poco y detallo el cabello castaño que se encuentra sobre la almohada, bajo la mirada hacia su frente hasta chocar con sus ojos.

— Déjame dormir unos minutos más, por favor. — suplico con la voz ronca, a la vez que él sonríe.

— Quiero aprovechar tus vistas matutinas, amo verte así. — su voz también sale gruesa por apenas despertar.

— Idiota, ¿Qué no sabes que debes respetar las horas de sueño de una mujer embarazada? — sus manos aprietan mi cintura y me acercan más hacia su cuerpo, causando que los nervios y la sorpresa aparezcan en mi sistema.

— Pero, quiero disfrutar de tu cuerpo, ahora que te tengo así, para mí.

— ¡¿Qué haces?!, nos pueden ver y mal interpretar todo. — trato de separarme de su cuerpo, pero él lo impide, abrazándome con sus brazos y ambas piernas.

— Nadie sospechara ni mal interpretara nada, así que relájate — sus labios rozan la piel de mi cuello.

— Basta, es enserio. Alguien podría entrar y creer que...

El sonido de la puerta siendo abierta me sobresalta, empujo de los hombros al castaño, logrando que se separe de mí antes de que sea tarde... Aunque lo es.

— ¡Mierda, Chase! — el gemelo cubre sus ojos heterocromáticos — ¡No en mi cama, imbécil! — se gira dándonos la espalda. Chase se coloca su camisa a la vez que ríe, ni siquiera me percate de que estaba desnudo del dorso.

— No hacíamos nada, relájate. — se coloca de pie y se voltea en mi dirección — Vamos, nena. Es hora de irnos, seguramente tu padre irá al departamento y no quiero que me regañe o me reclame algo.

— ¿Miedo al papi suegro? — cuestiona Jacob con burla en la voz.

— No digas pendejadas. Solo me quiero asegurar de que me adore cada día más.

— Pues él sí de seguro, pero yo no — vocifero molesta al no dormir las horas que quería dormir — Muévete, idiota.

Susurran algo ininteligible entre ellos, bufo molesta y paso de corrido hacia las escaleras, me despido de Jacob y Collen, quien ya se encuentra despierto asaltando la alacena del gemelo, salgo de la enorme mansión y espero al ojiazul en el auto, no sé cuánto baile anoche, pero seguramente fue por mucho tiempo... Mis pies están matándome.

Él llega con las llaves en mano y quita el seguro del auto, a bordo del lado del copiloto y me coloco el cinturón de seguridad para después esperar a que él ingrese y encienda el vehículo. Se pone en marcha hacia la casa, vamos en silencio, permanezco mirando la ventana y las calles ya llenas de gente.

— ¿Qué tipo de gente se levanta temprano un fin de semana?, malditos locos. — el día se encuentra muy nublado, seguramente no tarda en llover.

— Amor, pasa del medio día, no es tan temprano — le dirijo una mirada molesta que él capta de inmediato, logrando que se quede callado hasta que llegamos al edificio.

Ambos salimos del auto, abordamos el ascensor y lo dirigimos hacia el departamento, salimos hacia el pasillo, él saca las llaves del interior de su bolsillo de la sudadera y abre el departamento, en cuanto ingreso, literalmente corro hacia la habitación y me tumbo boca arriba sobre el colchón de la cama, este rebota ligeramente con mi peso y mis ojos se cierran dejándome sentir la tranquilidad que mi espalda buscaba y mi descanso pedía.

Saved Souls [ Souls #2 ]✓ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora