Viernes
El regreso de la playa fue un torbellino de risas y recuerdos compartidos, pero Kenji no podía evitar la ansiedad que lo invadía al pensar en la cena que se avecinaba. Mientras conducía hacia su casa, el aroma del océano aún impregnaba el aire, contrastando con la tensión que se respiraba en el ambiente familiar. Mei, la madrastra de Kenji, había estado preparando una cena elegante, y el ambiente prometía ser un campo de batalla.Al llegar, la casa estaba adornada con lujosos arreglos y una mesa impecablemente dispuesta. La madrastra sonrió al ver a los chicos, pero su expresión estaba cargada de una intención difícil de ocultar.
—¿Dónde están mis chicos favoritos? —preguntó Mei con una sonrisa que no alcanzaba a llegar a sus ojos—. Estoy pensando que Jaz o Brooklynn serían unas buenas novias para ti, Kenji. ¿No lo crees?
Kenji se tensó en su silla mientras Mei comenzaba a lanzar preguntas incómodas hacia Ben, quien se sentaba junto a él.
—Y tú, Ben, dime —comenzó Mei, inclinándose hacia adelante con interés malicioso—, ¿No has pensado en volverte un poco más...diferente? Digo, tal vez sería bueno para Kenji tener a alguien que se vea más... tradicional.
Las palabras de Mei fueron como cuchillos, cortando la atmósfera alegre de la tarde. Kenji miró a Ben, quien se mostraba visiblemente incómodo, tratando de ocultar su malestar. Los otros amigos, en un intento de aliviar la tensión, empezaron a reír nerviosamente, pero el comentario había dejado una huella en el aire.
—Eso es ridículo —intervino Jaz, alzando la voz—. Ben es perfecto tal como es.
—Claro —agregó Brooklynn, intentando cambiar el tema—. La belleza de una relación está en la diversidad, ¿no? A todos nos gusta lo que nos gusta.
Mei ignoró el comentario y siguió, disfrutando del momento. Los otros miembros de la familia de Kenji se unieron al ataque sutil, intercambiando miradas de complicidad.
—No sé, a veces me parece que Kenji tiene un gusto peculiar —dijo nuevamente la mujer sentada con ellos en la mesa con un tono burlón—. Pero, ¿qué importa? Al menos hay que darle una oportunidad.
Kenji se sentía cada vez más acorralado. La incomodidad crecía en la mesa, y, tras un par de comentarios más, la situación se volvió insostenible. Fue entonces cuando Kenji, incapaz de soportar más, se levantó con decisión.
—¡Ben es mi novio! —exclamó, su voz resonando con una mezcla de desafío y vulnerabilidad. La sala se quedó en silencio, todos los ojos fijos en él, incrédulos.
Mei se quedó momentáneamente sin palabras, pero pronto recuperó su compostura.
—Si eso es cierto, deberías presentarlo a la familia como tal —dijo, con un tono helado que dejaba claro que no estaba dispuesta a aceptar esta revelación sin más.
ESTÁS LEYENDO
🍁 ♡ 𝟸𝟻 𝚍í𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚘𝚝𝚘ñ𝚘 ♡ 🍁 Ben×Kenji 🍁
Lãng mạnTras unos pocos meses de salir de la isla de dinosaurios, los campistas continúan con sus vidas "normales" Curiosamente algunos de nuestros jóvenes vivían en la misma ciudad, y dos de nuestros jóvenes chicos tendrían que prepararse para vivir nuevas...