Tras unos pocos meses de salir de la isla de dinosaurios, los campistas continúan con sus vidas "normales"
Curiosamente algunos de nuestros jóvenes vivían en la misma ciudad, y dos de nuestros jóvenes chicos tendrían que prepararse para vivir nuevas...
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Era un nuevo día brillante, el sol asomaba tímidamente entre las nubes, creando la atmósfera perfecta para un día de diversión en el parque de atracciones. Después de todo lo que había sucedido en los últimos días, todos necesitaban desconectar y disfrutar de algo ligero. Y qué mejor que hacerlo en un parque repleto de emociones, luces y risas.
Después de la tormenta emocional que se había desatado con las inseguridades y las dudas, todos estaban más que listos para poner esas tensiones a un lado y disfrutar de un respiro. El parque prometía ser la escapatoria perfecta.
El día comenzó temprano. Todos se reunieron en el punto de encuentro con las energías renovadas, como si el aire fresco de la mañana fuera el elixir que necesitaban. Ben y Kenji compartieron un saludo cálido, una sonrisa que hablaba de un entendimiento no verbal. Después de todo, ambos se habían enfrentado a sus propios miedos y dudas en los últimos días, pero ahora había una calma en el aire.
Ben, que siempre había sido más reservado en cuanto a sus emociones, se sentía un poco menos tenso. Aunque sus pensamientos seguían revoloteando en su mente, estaba decidido a disfrutar del día. Kenji, por otro lado, parecía radiante, casi como si su energía se hubiera recargado por completo. Había algo en el aire, una chispa que estaba lista para encender el día, y ambos sabían que estaban listos para enfrentarlo juntos.
El grupo llegó al parque en una limusina, una salida que parecía una celebración, un respiro después de la tormenta emocional que todos habían vivido. Jaz y Sammy se sentaron cerca de la ventana, disfrutando de la vista. Sammy se sentía más tranquila desde la última conversación que había tenido con Jaz. Había algo en su interior que comenzaba a relajarse, a dejar ir las dudas que había tenido sobre su propia relación con Jaz.
Brooklynn y Darius, en los asientos traseros, compartían una conversación más íntima. Aunque todo parecía estar bien en el grupo, había algo entre ellos que no podía ser ignorado. Cada mirada furtiva, cada pequeño gesto, les hacía sentir que algo estaba comenzando a crecer entre ellos. Pero ninguno de los dos quería admitirlo aún, preferían esperar y dejar que las cosas sucedieran de manera natural.
A medida que la limusina avanzaba por las calles hacia el parque, la emoción crecía. Las risas y las bromas comenzaron a fluir, y el aire en el vehículo se llenó de una sensación de anticipación. Todos estaban listos para dejar atrás las preocupaciones y sumergirse en la diversión.
Al llegar al parque, las luces brillaban de forma vibrante, los gritos de emoción de los visitantes resonaban en el aire y el olor de las palomitas de maíz y algodón de azúcar llenaba el ambiente. Kenji no pudo evitar saltar de la limusina con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¡Esto va a ser épico!
Ben se acercó a Kenji, dándole un codazo juguetón.
— Lo que sea que hagas, no quiero verte vomitar en ninguna montaña rusa.
