Raider in love II (Juliantina, Barbarena)

Capitulo 16

- El problema es que no sabes que has tomado la decisión errónea hasta que es demasiado tarde. Hasta que ves la goma saltando y entonces te das cuenta que la elección del neumático no ha sido la adecuada, que escoger el blando y el medio te ha hecho ir rápido las primeras vueltas pero el tiempo juega en tú contra y piensas "joder debería haber escogido el duro". Si esta duro todo marcha sobre ruedas.- Carcajeé de forma escandalosa.- Era broma, no añadáis ese comentario.- Di un pequeño sorbo de mi botella.

Macarena POV.

Era uno de los silencios más incómodos de mi vida, solía romper estas situaciones de inmediato con alguna tontería pero no sé me ocurría nada. Me limitaba a toquetear todo lo que tenìa al alcance de la mano en aquella cocina.

- Que nublado esta hoy.- Murmuró nervioso mi tío.

- ¡No me jodas!- Espeté rodando los ojos.- ¿Quien te lo ha dicho? ¿Mi madre?

Conocía lo suficiente a mi tío Kevin como para saber que le incomodaba tanto o más que a mí hablar de temas serios. Y que no estuviera sorprendido por pillar a su sobrina comiéndole la boca a su hija solo significaba que ya lo sabìa todo.

-¿Juliana lo sabe?- Preguntó asombrado.

¿Veis?

- No, no, no...- Balbuceé aterrada.- Solo Valentina y... ¿Ha sido la tía Andrea?

- Soy una tumba.- Levantó la mano derecha prometiéndolo.- Pero...- Arrugó el ceño negando ligeramente.-¿Cómo ha sucedido?- Paseò la vista entre nosotras.

Me rasqué la parte de detrás de la oreja. Ni yo misma lo sabìa, simplemente había surgido sin pretenderlo, vale que al principio tratè por todos los medios posibles de acostarme con ella, pero luego la relación había pasado a un plano más cariñoso y amistoso. Sí, nos acostamos, pero solo había sido sexo esporádico que repetimos una segunda vez y sin darme cuenta todo se había convertido en Barbara, hasta el mismo aire que respiraba.

¿El roce hace el cariño?

Sonreí tensa y me encogí de hombros mirando a mi prima, seguro que ella podría explicarlo mejor que yo.

Barbara POV.

Macarena estaba tumbada en el sofá apoyando su cabeza en mis muslos como si de una almohada se tratara, jugaba con las puntas de mi pelo enredándolas en sus dedos. Me contuve de acariciar su precioso rostro. Andrea le había contado a su esposo sobre nuestra relación al ver que no solo se limitaba al sexo. Mi padre no protestó, no podía hacerlo, acababa de conocerme y no tenìa más opción de aceptarme tal y como era si quería proseguir con nuestra relación.

No sabìa explicar exactamente como habían surgido estos sentimientos. Para empezar habría que decir que si buscas la palabra alegría en un diccionario aparecía Macarena levantando ambos pulgares señalándose a si misma. ¿Cómo no enamorarse de ella? Por difícil que pudiera parecer dada su arrogancia tenìa la facilidad de dibujarte una enorme sonrisa en la cara. ¿Quien no quiere eso en su vida?

- Macarena tiene un gran corazón...

- ¿A qué te crees que se deben mis enormes pechos, Leashy-loo?- Me interrumpió y apreté los labios para no reír.

Que no dejara de bromear me estaba dificultando darle una explicación a Kevin, me sentía como una niña pequeña, era raro, jamás me había imaginado en esta situación con él y tampoco sabìa porque trataba de dárselas.

- Supongo que somos dos personas adultas...

- Eso será por ti.- Volvió a interrumpirme mi prima y puse los ojos en blanco.