Raider in love II (Juliantina, Barbarena)

Capitulo 17

- ¡No!- Reí.-"Había una especialista que rodaba las escenas de acción y también han añadido imágenes de archivo. Yo solo me ponía el mono, el casco, los guantes y me subía en la moto para los planos principales.- Asentí escuchando atenta la pregunta.- Bueno sí, me he subido en una moto de competición a más de 200km/h. Un día grabando en pit line apareció mi prima con su moto y empezó hacer ruido impidiendo la grabación y animándome para subir. Sí,- Asentí divertida ante el comentario.- Me secuestrò en pleno rodaje pero todo el equipo ya estaba más que acostumbrado a las bromas de los pilotos. ¿Qué sentí? La vida, me sentí más viva que nunca.- Di un pequeño sorbo a mi agua.- El sillín es para una persona, así que estaba totalmente pegada a ella, rodeándola y sujetándome al deposito, me resbalaba porque están hechos para que el piloto se pueda deslizar de lado a lado para inclinar la moto. Sí, tenìa miedo, pero confío plenamente en ella y estaba segura que no me iba a pasar nada.

Barbara POV.

Estaba participando en una serie de gran éxito y ahí no se detenía la cosa, en unos meses empezaría a grabar mi segunda película y ya tenìa firmada una tercera. La película sobre la vida de Juliana me había abierto demasiadas puertas, todo estaba llegando de golpe y no sabìa si estaba preparada. Pero ahí estaba Macarena, animándome para no tirar la toalla.

Estaba feliz por ella, había conseguido no solo el titulo sino ser la favorita en todas las apuestas para la próxima temporada.

Había estado conmigo en el estreno de la película, había volado hasta México, a la localización de la serie que grababa, para pasar todo el tiempo posible a mi lado hasta que el trabajo la reclamò.

Hacìa un par de semanas que no nos veíamos, era la primera vez que pasábamos tanto tiempo alejadas. Yo había vuelto a casa por navidad, no me podía escapar de una reunión familiar de los Valdes.

Arrastraba la maleta por el aeropuerto cuando vi una cabellera Castaña y unas gafas de sol sobresaliendo tras un cartel con mi nombre lleno de corazones que cubría el rostro de la portadora. Sonreí como una tonta mientras me acercaba a ella.

- Bienvenida, señorita Valdes.- Me entregò el letrero.- Eres como el turrón, vuelves a casa por navidad.

Quería comérmela a besos allí mismo, en su lugar nos fundimos en un intenso abrazo. Aspiré el aroma de su cuello en el cual dejè un discreto beso, la había echado mucho de menos.

No habíamos hecho publica nuestra relación por un simple motivo, mi tía Juliana aun no sabìa absolutamente nada. Además de que ambas estábamos iniciando una prometedora carrera y lo menos que deseábamos es que hablaran de nuestra vida privada. Nuestro trabajo debía ser lo único relevante para el publico.

En el aparcamiento nos tomamos de la mano mientras nos dirigíamos al coche, seguía siendo mi prima así que era un gesto normal. Lo que no era normal era el deseo que el tacto de su mano en la mía despertaba, nuestros brazos se rozaban a cada nuevo paso y pese al invierno estaba ardiendo.

Nos detuvimos ante un Range Rover Sport con los cristales tintados que se había comprado hacia tres semanas mi tía. El enorme maletero se abrió solo y Macarena cargò mi maleta, el portón se volvió a cerrar con tan solo apretar un botón. Macarena me abrió una de las puertas de detrás con esa sonrisa traviesa que la caracterizaba y mi estomago empezó a revolotear. Subí al espacioso interior del vehículo y cuando se cerrò la puerta prácticamente se abalanzó sobre mí.

Le cogí la mandíbula y llevè mi boca hasta la suya devorándola. Llevaba dos semanas sin verla y me moría de ganas por tocarla y que me tocara, así que empecé a desnudarla sin miramientos.