Epilogo

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- Los Valdes ya somos una dinastía en el mundo del motociclismo. Julian,- Lo numeré con el índice, pues la lista de los miembros de mi familia que participaban en el mundial no era corta.- trabajando en la clínica móvil codo a codo con mi madre, mi hijo mayor, Daren, aprendiendo todo de su abuela para dirigir al equipo. Aunque ya lo hace de lujo.- Añadí orgullosa.- Mi prima Valeria acaba de dar el salto a la categoría reina...- Reí ante el comentario del periodista.- Sí, y ya veremos que les depara el futuro a mis hijas pequeñas. Esta ciudad nómada que es el paddock es nuestro hogar.- Apunté y me formularòn una nueva pregunta.- Sí, la decisión de que el equipo tuviera participación en las categorías inferiores fuè para ayudar a esas jóvenes promesas. Formarlos como grandes pilotos.- Le di un pequeño sorbo a mi vaso de agua antes de proseguir.- Ya sabéis que el Heda Team en sus principios fuè creado para que mi madre pudiera competir por su cuenta.

- Hablando de principios. En tus inicios pudimos verte tras la estela de tu madre, ahora cuentas con la tuya propia. ¿Podríamos decir que la alumna ha superado a la maestra?

- No es que haya sido mejor o peor que mi madre, sino más persistente. La comandante estaba ganando su décimo titulo con 27 años, cuando se retiro. Yo, crucemos los dedos- Hice aquel gesto.- podría sumar un titulo más a los doce que ya tengo a mis 39 años. Tal vez si mi madre hubiera continuado no la habría alcanzado y menos superado. Esta claro que mi madre, Juliana Valdes siempre será la leyenda, y me da lastima ver que en el paddock la nueva afición no la conoce por lo que hizo, sino porque es mi madre y dueña del equipo. Sí, soy la mama de los pollitos.- Comenté divertida cuando aludieròn a mi edad.- Pero es que disfruto tanto de esto, que me da igual ser vieja. He estado años sin ser la favorita de la parrilla hasta este, y sinceramente ese hecho no ha cambiado nada.

- Sin embargo, ¿este es tu ultimo año pese a que disfrutes?

- Se lo prometí a mi mujer, pero eso no significa que deje las motos. Hasta para comprar el pan voy a ir en moto.- Reímos.- Mi otra gran pasión es mi familia y quiero dedicarme plenamente a ellos, eso también lo aprendí de mi madre.









Macarena POV.

La verdad, por mucho que siempre deseara tener una relación como la de mis madres, jamás pensé que lo lograría. Pero ahí estaba, compartiendo cama con mi mujer.

Había sido un trazado complicado, tuve que renunciar a ella porque no me creía lo suficientemente buena. Y en mi soledad, cuando conseguí conocerme en profundidad, cuando realmente empecé a vivir sin necesidad de juzgarme, fuè cuando el destino nos reunió en Jerez.

Seguía sin ser perfecta, pero me daba igual, tenìa lo mejor que se puede poseer en este mundo, a mi familia. Y joder, era feliz, así, tal cual, viviendo el día a día.

No nos había hecho mucha ilusión casarnos, unos papeles no dictaminaban los sentimientos de nadie. Así que fuimos al juzgado un día cualquiera entre semana acompañadas por los testigos y así nos convertimos en un matrimonio, solo para que Barbara pudiera adoptar a Daren.

Menudo cabreo se pilló mi madre, la comandante, al enterarse que nos habíamos casado así sin más. Obviamente luego ella preparó una fiesta familiar para celebrarlo, le había hecho más ilusión a ella que a nosotras. Tal vez porque mis madres tampoco tuvieròn una boda protocolaria.

Levanté la vista de mi tablet donde estaba diseñando la nueva imagen para el merchandansing de la temporada. Barbara estaba sentada a mi lado, con sus gafas escribiendo un nuevo guión. Era una actriz fantástica, pero cuando dirigía era otro nivel, sobretodo cuando las historias eran suyas. Sabia transmitir todo al detalle.

-¿Te gusta así?- Le mostré mi pantalla.

-¿Y si pones unas flores de fondo? Asemejando a una jungla.- Sonrió cuando me viò asentir convencida.- Algo salvaje, como tú pilotando.

Raider in love II (Juliantina, Barbarena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora