Capitulo 12

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- No, al principio no me hizo mucha gracia que Macarena siguiera los pasos de Juliana, pero...- Sonreí.- cuando ambas sienten algo con tanta fuerza no hay nada que las detenga y yo como madre no podía negarle a Macarena lo que le hacìa feliz y eso era subirse a una moto en la ni siquiera llegaba al suelo...









Macarena POV.

Unas horas en Assen le habían bastado a Barbara para poner distancia entre nosotras. Una cosa era que mantuviéramos la compostura y otra muy diferente que se alejara, dedicando todo su tiempo libre a los compañeros de rodaje y a esa patada en el culo llamado Pol. Joder, ya era sábado y en estos dos días y medio apenas habíamos cruzado un par de palabras por pura cortesía y no me gustaba, me había acostumbrado demasiado a su compañía para que ahora desapareciera así sin más como si tuviera miedo.

Pateé una botella de agua por el camino, por si no tuviera suficiente ya, también me había caído en los libres, nada de lo que preocuparse pero la comandante había insistido en que fuera a la clínica móvil a que me revisara mi madre y eso no era muy buena idea después del incidente del miércoles por la noche que casi me hace perder el vuelo.

-¿Te quitas el mono o te lo quito yo?- Mi madre se cruzò de brazos irritada.

- Ya le he dicho a mama que estoy bien.- Estaba sentada en la camilla y moví mis piernas con nerviosismo.

- Macarena Valdes Carvajal.

Vale, eso solo significaba que mi madre estaba al limite y seguramente se iba a alterar todavía más.

- Prométeme que no te vas a enfadar, ni a asustar, ni tampoco se lo dirás a mama.- Me desabrochė el mono lentamente con el terror de una niña pequeña.

-¿Otro tatuaje?- Alzó la ceja.

No, obviamente por eso no estaba asustada, aunque no les había gustado el tema de los tatuajes eran una monada y lo habían pasado por alto. Sonreí ligeramente, aun no habían descubierto la palabra que llevaba mi prima tatuada porque siempre se lo cubría con pulseras.

- Lo parece.- Bromeé quitándome la camiseta y dejando ver la quemadura rodeada por un moratón que llevaba sobre la clavícula.

- ¡Oh dios mío, cariño!- Se acercò preocupada.- ¿Qué te ha pasado?

- Después de la cena cuando iba a casa se me cruzò un ciervo en la carretera, me tuvieròn esperando toda la noche en la sala de urgencias del hospital, por suerte yo estoy bien, el ciervo no tanto y el coche de mama tampoco.

-¿Por qué no nos llamaste?- Observò detenidamente la herida y llamaròn a la puerta, la cual se abrió dejando ver a mi prima.

-¿Puedo pasar, Valentina?- Preguntó tímidamente.

- Pasa, Barbara. Vigila que no se vaya, voy a por unas cosas.

Y una entró y la otra salió de la sala mientras me ponía de nuevo la parte de arriba del mono.

-¿Cómo estas? Daniela me ha dicho que te habías caído.

- Bien, se caer con estilo.- Sonreí sarcásticamente.- ¿Ahora te preocupas por mí? Llevas días ignorándome y te presentas aquí como si nada.

- Boo, soy tu prima, claro que me preocupo por ti.

-¿Por eso pasas de mí?- Soné muy borde pero realmente estaba molesta con ella y su actitud.

-¿Le dijiste a Pol el domingo que nos cambiábamos de local?

Tragué y apartè la mirada, un buen mentiroso siempre debe saber que si te preguntan por segunda vez y pasado ya un tiempo es que te han descubierto, así que solo hay una solución. Seguir mintiendo.

Raider in love II (Juliantina, Barbarena)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora