Escalofríos De Amor

Capítulo: 27

Habían pasado unas horas de lo sucedido con ese maldito cabrón de Max, el cucaracha, aunque pensandolo bien, incluso llamarlo cucaracha despreciaría a esos insectos, porque en realidad, él es mucho peor, me acuerdo de la película de men in black, sobre el hombre que se volvía cucaracha gigante... pues una versión así, sería él, tan malvado, tan asqueroso y mucho más por ser ese tipo de personajes, que solo desean desflorar a jovencitas o joder y forzar a mujeres, en este mundo... Menos mal que llegue a tiempo, sino... él hubiera tenido un peor final, te lo aseguro, mi querida Ana, eres mi querida princesa.

Estaba terminando de dar los últimos golpes al saco de boxeo para olvidar los sucedido y no podía, así, que pensé, que al ser ya tarde, debería ir a ducharme, pero me apetecía, irme directamente a la ducha de mi habitación. Al ir hacía allí, mientras estaba con mis pensamientos sobre ella y quisé acercarme para ver como estaba y de pronto, cuándo más me acercaba empecé a escuchar unos sonidos, me apresure por si acaso le ocurria algo a ella.

La verdad, nunca imagine acabar en una situacion así  con ella, la puerta de su habitación estaba entre abierta y me asome a ver, pero mis ojos se quedaron como platos, para mi sopresa no estaba en peligro ni se hizo daño con el pie al golpearlo contra su cama como sucede a veces, no, todo lo contrario, lo que mis ojos vieron y mis oídos escucharon fueron unas vistas impresionantes, de esa belleza, de su cuerpo desnudo con sus curvas seductoras, su piel brillaba por el sudor que estaba ofreciendo ese ejercicio que estaba generando su cuerpo, sus pensamientos que la hacían acelerar sus movimientos, cerrando sus ojos, tocandose con esas pequeñas y delicadas manos, un pecho a su disposición y la otra mano en su íntimidad femenina, esos ruidos en realidad eran gemidos que eran ocasionados por el placer que se estaba dando y yo en ese momento, por más que quisiera evitar mirar esas vistas, no podía.

Desde mi perspectiva, aunque había algo de distancia hasta su cama, se veía la mayoría de toda esa situación a la perfección, incluso podía observar el vaíven de su respiración en su pecho, la calor que ella estaba sintiendo se me estaba transmitiendo por observar y escuchar, pero cuando empece a enloquecer más fue cuándo la  escuche decir mi nombre, pero creí que fue una alucinación, y mi cuerpo estaba reaccionando con aumento de calor, deseos incotrolables de querer tocar ese bello cuerpo, que estuviese a mi disposición, a pesar de la prohibición por ser quien era, no debía, pero me estaba humedeciendo, quería sentirla con el roce de las yemas de mis dedos por su piel suave, quería ser yo la que acelerará su ritmo cardíaco, quién erizará su piel, quién la mordiera el cuello  y besará sus apetecibles labios, pero no debería caer en esa tentación. Entonces, fue el colmo de mi estado cuando en realidad, volvió a decir mi nombre al llegar al final a su cima del orgasmo y abriera los ojos y fijará la mirada hacía donde yo estaba, como si me hubiera sentido que estuviera allí desde el primer instante que me quede parada observándola, mis ojos estaban tan dilatados e intensos por la situación pero se multiplacaron a pura pasión cuándo su mirada cruzo con la mía y al segundo, ella cayo rendida después de lo ocurrido y por el cansancio que tuvo su cuerpo, en cambio, me vino a la mente un flashback sobre aquel sueño que tuve, cuando sentí sus labios sobre los míos, se sentirían tan bien como creí sentirlos, mientras lo pensaba no sé cómo pero mi cuerpo reacciono sólo y cuando me di cuenta, estuve al lado de ella y la observaba al mismo tiempo que la tapaba con la manta y al recorrerla con la mirada de nuevo antes de hacerlo, como si hiciera una foto mental de ella para mi memoria y para más idiotez, acabe acercándome y le di un casto beso en esos labios tan suculentos, seguido de un susurro en su oído diciendo: Dulces sueños, mi princesa.

Después, me largue en seguida para darme esa ducha pero la necesitaría con urgencia y muy fría. Por Rao, qué hice? Espero, que cuándo despierte mañana no se acuerde o que crea que fue un sueño, que me viera o si sintió el beso o escucho mis últimas palabras.