15. ¿Más Grande El Amor O La Mentira?

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18 de enero

La mayoría de personas en el mundo suelen odiar las mentiras. Existen aquellas personas que mienten hasta que se montan una historia que terminan creyendo y existen otras que no dicen mentiras en lo absoluto y que cuando tratan de decirlas se ven descubiertos por lo malos que son mintiendo. Sin embargo existen aquellas personas que mienten lo que consideran normal, pero que también odian las mentiras.
En la vida las personas vamos aprendiendo a sobrevivir, a veces para hacerlo tienes que mentir y otras veces tienes que huir, pero también los seres humanos mentimos para quedar bien o para aparentar algo que no somos.
Por ejemplo:
Están aquellas personas que mienten halegando que tienen dinero y existen aquellas que tienen dinero y mienten diciendo que no lo tienen, por seguridad.
Existen aquellos que mienten a sus familias por que tienen otros hijos u otras esposas o esposos.

Existen todo tipo de personas mentirosas, pero todos caemos en que odiamos de alguna manera que nos vean la cara.

Artemisa no sabía cómo canalizar todo, los recuerdos, el amor, la protección, los padres de Minerva, el odio, el peligro y los maltratos de sus padres. A la pobre mujer le vinieron ráfagas demasiado fuertes de recuerdos, ¿como era posible que Minerva la haya protegido?, no sabía si estar enojada con la morena, si estar decepcionada, triste o agradecida.
En todos sus recuerdos estuvieron aquellos en donde tomaban chocolate caliente o cuando subían en su casa del árbol, aquella que el abuelo de minerva construyó para ellas, Minerva era hogar, protección y cariño, pero eso era cuando eran niñas, ahora minerva es mentirosa y no sabía si seguía siendo hogar.
Pero si no lo fuera ¿por qué se sentía así? Y ¿por qué seguía queriendola?.

Artemisa le pido a su psicóloga que llamaran a Minerva y que adelantarán un poco su visita, tenía que hablar con ella, tenía que enfrentar a Minerva.

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Minerva terminaba de dar sus clases cuando recibió una llamada de un número desconocido, dudo unos segundos en responder, pero finalmente lo hizo.

—¿si?

—¿señorita Minerva?

—¿desean algo?. —preguntó confundida

—si, queremos saber si el día de hoy puede pasar por el centro de rehabilitación a ver a Artemisa, la joven nos solicitó con urgencia verla y es nuestro deber decírselo.

—si claro, pero ¿no falta tiempo para que sean las visitas?

—si, lo que sucede es que la señorita Artemisa tuvo uns crisis en la cual detectamos que no recordaba algunas cosas por su niñez, estamos haciendo los estudios correspondientes para saber si fue por algún tratamiento.

—perdone que la interrumpa, ¿dijo que Artemisa recordó cosas?

—así es señorita

-¿sabe que cosas recordó?. - preguntó con temor

—no exactamente, necesito que venga a verla, tiene 2 horas de visita.

—Claro, ahí estaré

Minerva terminó la llamada y se sentó unos momentos por que comenzó a marearse, si Artemisa recordó cosas y quiere verla es por que la recordó. ¿Que haría ahora?.

Tomó sus cosas, abordó su coche y partió rumbo a la clínica, sus nudillos estaban blancos por la presión con la que tomaba el volante, sus ojos estaban empañados por las lágrimas que retenía y aunque quería gritar y llorar, se contuvo hasta que llegó finalmente a su destino.
Tocó la puerta un par de veces, dio su nombre y dijo que vería a Artemisa.
Camino lento, con temor, sus manos temblaban y su cuerpo también lo hacía, le daba ansiedad toda la situación.
Cuando entró al cuarto de visitas vio a Artemisa sentada de espaldas, mientras admiraba los coches de la pequeña ciudad pasar

—hasta que llegas Minnie. —sonrió con los ojos llenos de lágrimas

—A..Artemisa yo puedo explicarte

—¿explicarme que Minerva? ¿Que me conoces desde hace años? ¿Que la niña que siempre soñaba eras tu? ¿Que a quien anhelaba encontrar eras tú? ¿Eso me dirás?.
¿Por qué carajos no me dijiste nada Minerva? ¿Por qué me privaste de mis únicos buenos recuerdos?. —dijo llorando

—¿cómo querías que te lo dijera?, tus papás me alejaron de ti, no te volví a ver y cuando te encontré me golpearon hasta que quede inconsciente y me amenazaron. Me dijeron que era mi culpa si tu tenias otras preferencias sexuales, cuando cumplí los 18 mi madre me ayudó a investigar sobre tu paradero y tu estabas encerrada como una puta presa, ¿acaso crees que no quise ir por ti? ¿Crees que no quise rescatarte? Hice todo lo humanamente posible por rescatarte, pero todo se fue a la basura.
Te busque y después perdí las esperanzas por que no te volví a ver, te lloré Artemisa, por que eras mi todo, eras mi niña y te amaba, te amaba con toda mi alma, por que tu fuiste la primer persona que me enseñó a amar a otro ser humano además de mi familia, fuiste tú quien mejoró todo incluso cuando yo era una niña. —sollozo —quise decirte la verdad muchas veces, muchísimas y el único que se dio cuenta por si solo fue Apolo, perdoname

—Minerva esto ha sido un error. — tomó aire para no romperse más

—¿qué es un error?

—haberte encontrado

—no digas eso, por favor no lo digas, se que estas molesta, pero no me digas eso

—¿y yo que?, también la he pasado mal. Siempre que recordaba a esa niña de mis sueños, siempre que te soñaba te sentía como un hogar, incluso ahora te sientes como casa, eres... Eres mi hogar, pero entiende que esto me está desestabilizando demasiado, me sobrepasa Minnie, te ame y te quiero en el presente, sin embargo ahora no puedo darte una oportunidad para ser si quiera mi amiga, no hoy, no estoy lista y eso no significa que quiera hacerte sufrir como tu a mi, en lo absoluto es así, solo quiero pensar y a tu lado todo parece tan bonito que no me doy cuenta de las cosas que hay fuera de casa, fuera de nuestra burbuja.

—quiero que me perdones en algún momento, se que lo que hice estuvo mal, se que ocultarte algo así es... Es imperdonable, pero que sea mas grande el amor que esa mentira, no lo hice por que quise verte sufrir, nunca fue así ni lo será, simplemente era difícil de digerir que estabas otra vez frente a mí y no quise echarlo a perder. — giro el pomo de la puerta —el universo es grande pero nos hizo coincidir nuevamente  mon ame y se que he echado a perder ya un par de cosas, pero jamás dañaría tu corazón por que junto con el tuyo está el mio.

—te quiero Minerva, pero por ahora no quiero verte. —le dio la espalda a minerva

—cumpliré Artemisa, no te buscaré hasta que tu lo decidas. —abrió la puerta por completo y salió de ahí.

En cuanto Minerva salió de la habitación, Artemisa comenzó a llorar y a gritar, su psicóloga que pasaba fuera de ahí, le dejó su espacio ya que era algo completamente normal.
En cuanto a la Mayor, no lloro, no hasta que llegó a su casa, se dejó derrumbar entre los brazos de su madre y lloro hasta que el sueño la venció.
Esa noche ambos corazones no sincronizaron sus palpitaciones, esa noche los dos corazones estaban rotos y Artemisa no supo cómo digerir todo, ¿que es más grande? ¿Cómo perdonas algo así? ¿Su amor por minerva era más grande que aquella mentira? ¿Amaba a minerva?, claro que la amaba y por eso estaba más jodida.
Minerva estaba destrozada, pero estaba consiente que haber atrasado la verdad, terminarían hundiendolas.

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