28. el significado de vivir

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23 DE MAYO

Las olas del mar golpeaban en los pies de Charlotte, la brisa fresca también golpeaba en su rostro. La rubia mantenía los ojos cerrados y disfrutaba del sonido de la naturaleza, le gustaba la vida, pero la joven tenía sus miedos como la mayoría de seres humanos, a veces el solo echo de existir le costaba y es que hay ocasiones que la vida es tan dura que cuesta respirar, cada vez que inhalaba el aire de la naturaleza, sentía como si miles de cristales se adentraran en ella y la apuñalaran, su vida había sido una mierda. Adicciones, violencia, abandono, falta de afecto, rechazo, soledad. Era una lista interminable, pero ahí seguía, tratando de sobrevivir, viviendo mejor dicho y seguía dando lo mejor de sí misma, para su futuro, para sus amigos, para la mujer que comenzaba a amar y para ella

—¿Qué piensas? — rompió el silencio Minerva

—en la vida

—ah

—Mi vida ha sido una mierda, no sé, siempre he vivido rodeada de personas que no saben vivir. ¿tienes un cigarro?

La morena asintió y le extendió la cajetilla junto con el mechero, acto seguido, prendió su cigarro y dio la primera calada

—a veces el dolor te cala hasta los huesos. — exhalo el humo

—te entiendo.

Charlotte negó

—no lo haces, quiero decir, se que sabes que es el dolor, pero nuestro sufrimiento ha sido muy diferente. Tu sufriste por una persona, en este caso Artemisa, pero yo sufrí por mí, por mi vida, por el rechazo, por la falta de cariño, por que me abandonaron, sin embargo, tu has sido privilegiada y no digo que sea malo, por el contrario, me alegro que no hayas atravesado por el dolor por el que yo lo he hecho

— ¿Qué te duele?

Charlotte volvió a dar otra calada al cigarro, hundió sus pies en la arena y alzo su rostro hacia el cielo, era una costumbre que tenia de hace años y era algo que solo hacia cuando sentía que estaba a punto de quebrarse

—la vida, mi vida

—pero ahora estas bien

—hay cosas que no se pueden olvidar ni con el paso de los años, ha sido tan duro

—¿el que?

—sobrevivir

Ambas mujeres se quedaron en silencio, solo se escuchaba el romper de las olas y el cantar de un par de aves

—a veces comenzamos a vivir y a valorar la vida cuando estamos a punto de morir. Yo estuve a punto de morir por sobredosis un par de veces, otras fueron a propósito, quise suicidarme un total de quince veces, todos mis intentos fueron fallidos. Tome pastillas para dormir, antidepresivos, salte en 4 ocasiones de algunos pisos, me drogaba hasta el tope para ver si me daba una sobredosis, pero al parecer mi cuerpo comenzó a resistir de más. Mi ultimo intento fue hace cinco años, me corte las venas, pero lamentablemente me encontraron. — soltó una risa nasal y el cuerpo de Minerva se erizo

—lo lamento

—no lo hagas, no necesito tu lastima

—nunca te tendría lastima, eres tan fuerte y tan valiente, te admiro, de verdad lo hago. Es solo que esto me tiene sorprendida, hay tantas cosas que no conozco de ti

—lo se y hay cosas que yo no conozco de ti

La morena asintió y repitió la acción de Charlotte, alzo su rostro hacia el cielo y suspiro fuerte, la rubia miro el perfil de Minerva y también suspiro. Ambas mujeres se gustaban, pero Charlotte comenzaba a amar a Minerva y eso le asustaba

—traje mi guitarra. — musito Minerva

—¿y hasta ahora lo dices?

La morena asintió y soltó una risa

—pues tráela

Minerva asintió nuevamente, se levantó y sacudió su pequeño short, se estiro un poco y se alejó de donde Charlotte para ir a su auto y sacar la guitarra. En cuanto la tuvo en sus manos, regreso y volvió a sentarse en la arena.

—hay una canción que puse cuando fuimos por tu coche a sex queen, se llama guantanamera, es mi canción favorita. ¿te parece si la cantamos juntas?

—me parece bien, pero no se me los acordes

—yo sí, préstame la guitarra

Minerva le extendió el instrumento, Charlotte lo tomo, afino las cuerdas y comenzó a tocar un par de acordes

—busca en Google la letra

Minerva obedeció y busco la letra

— ¿lista?

La morena asintió y Charlotte comenzó a tocar

hace tiempo que olvide el sabor a agua salada, he vendido ya mi alma al diablo por la plata y ahora me muero de sed. — canto Charlotte con los ojos cerrados

pedacitos de la habana, he bailado mil guajiras a la luz de la mañana, un disparo al corazón. — ahora fue el turno de minerva

Guan, guantanamera

y soy un Good fella' la vida en las plazuelas, mi cara en las monedas la sangre se me altera y quiero resucitar. — volvió a cantar Charlotte

pa' sobrevivir, me adentre en el humo, de tus cigarrillos acabamos hasta el culo. Píntame la piel angelito oscuro

Y has quemado la ciudad mamacita, dame alas que me quiero ir a volar, ah ah en las cuevas de cañar la vida es tan bonita que parece de verdad. — sus voces se unieron y llamaron la atención de algunas personas que pasaban por donde estaban ellas, dando así, un hermoso espectáculo del que ellas no se daban cuenta

pa' sobrevivir me adentre en el humo, de tus cigarrillos acabamos hasta el culo, píntame la piel angelito oscuro y has quemado la ciudad mamacita, dame alas que me quiero ir a volar, ah ah, en las cuevas de cañar la vida es tan bonita que parece de verdad, que parece de verdad... — cantaron este ultimo verso mientras se veían a los ojos

Charlotte toco los últimos acordes y una ola de aplausos comenzó a sonar, no era mucha gente, apenas había unas diez personas. Ambas mujeres al dase cuenta de esto solo sonrieron sonrojadas y se miraron con complicidad, aquella que solo ellas entendían

—gracias. — dijo la morena dirigiéndose hacia quienes las veían, las personas las felicitaron y se fueron

El silencio volvió a reinar y Minerva solo pensaba en lo que dijo Charlotte

— ¿sabes? Se que no conoces muchas cosas de mi ni yo de ti, pero quiero que la vida te duela menos. No puedo imaginar tu dolor, pero no estás sola, nunca más lo estarás y quiero que confíes más, sé que todo da miedo. Pero quiero que juntas aprendamos el significado de vivir. Quiero quitar tu dolor y sé que es imposible, pero se que las heridas sanaran y cuando supuren yo estaré ahí, desinfectare tus heridas y las besare

—no quiero arrastrarte, no quiero que mis demonios te consuman

—no lo harán, me has hecho feliz sin si quiera pretenderlo, me escuchas, me ayudas. Ya es hora de que te regrese un poco de lo que has hecho conmigo

—yo no he hecho las cosas para que me las regreses

—lo sé, pero eres mi chica de saturno y te quiero, te quiero y ya lo dije

La rubia la miro reteniendo las lagrimas

—¿de verdad me quieres? — dijo con un hilo de voz

—con el corazón 

—hay una mala noticia, bueno dos malas

—¿cuáles?

—la primera es que, eso no cambia el que siento que sobrevivo

—ok, ¿la segunda?

—que puede que esto sea incómodo

—yo me siento bastante cómoda. — la miro con incredulidad —solo para aclararlo. El que diga que te quiero, no cambia nada.

—vale

—vale

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