Rut. Dí que eres mío.

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-Buenas noches, vengo a adquirir el servicio de siempre.

-No podrá ser, joven. Aunque tratándose de usted, tiene el permiso para pasar por las habitaciones.

-¿No podrá ser? ¿A qué se debe?


-Mía no está en servicio hoy; ninguno ni ninguna omega lo está. Hubo una fiesta grande, un empresario se está por casar y vino con todos sus colegas al bar a despedirse de su soltería. Sé que parece una locura, pero tuvieron a nuestros chicos sirviéndole desde las siete de la tarde hasta ahora -el receptor miró el reloj de su muñeca para confirmar la hora- pasadas las 1. Pagaron y les dejaron mucha propina, supongo que no tienen necesidad de seguir trabajando hoy, así que no estamos aceptando clientes. Pero insisto, señor; si se trata de usted, entre a las habitaciones.

Kuroo se despidió del muchacho y, en parte, se alegró de que Kenma no trabajara esa noche. Ser hijo de un abogado importante al fin daba sus frutos, y tenía acceso exclusivo al lugar, así que usó ese beneficio para ir al cuarto en que siempre estaba Kenma para recibirlo.

Al entrar, se encontró con una escena confusa. Tanto el omega, como otro jovencito que recordaba haber visto con anterioridad, descansaban sobre la cama. Más que descansar, parecían dormir profundamente. Ambos se habían retirado el maquillaje que usaban en el trabajo, y llevaban ropas casuales. Lo que más le intrigó a Kuroo, y a la vez le causó un poco de molestia y ternura, fue notar como las manos de ambos omegas se entrelazaban una sobre otra.

-Se notan realmente cansados -susurró Kuroo, y salió de la habitación. Volvió a hablar con el recepcionista, y al rato, entró nuevamente a la habitación con dos cafés calientes sobre una bandeja. Se sentó en el borde de la cama y los dejó en la mesa de luz.- Cariño...-murmuró; y empezó a picar el hombro de Kenma. Éste simplemente balbuceó palabras inentendibles, y se reincorporó mejor sobre el hombro del moreno que dormía con él.- no me hagas esto...-volvió a murmurar, con un poco de gracia en sus palabras.

En segundos, unos ojos azulados empezaron a parpadear y al divisar que había un desconocido sentado en la misma cama que ellos, elevó ambas cejas y se sentó sobresaltado.

-¿¡Quién demonios eres?! -le gritó, y empujó con uno de sus brazos el cuerpo de Kuroo, haciendo que éste se pusiera de pie para evitar caer al suelo. 

-Kei..ji... ¿Por qué gritas? -Kenma se incorporó a su lado, con el cabello largo despeinado y los ojos entrecerrados. Cuando notó a Kuroo al lado de la cama, volvió a costarse.- Simplemente ignóralo.

-¡¿Cómo qué "ignóralo", Kenma?! -Aquél a quien llamó Keiji, se puso de pie, destapando de esa manera a su amigo.- no puedo seguir durmiendo con un extraño al lado mío.

-Yo...-murmuró Kuroo, un poco desconcertado; se rascó el cabello nervioso y siguió diciendo- les traje café...

-Oh, que bueno -contestó el omega moreno- ¿Cuánto te debemos por el servicio? -rebuscó en una campera que había desplomada al borde de la cama, y sacó una billetera.

-¿Q-qué? No fue un servicio... pensé que podrían necesitarlo porque estaban cansados, sólo eso.

-No es del catering, Akaashi. Simplemente es un pesado
-le aclaró Kenma, aún de espaldas.

-Oh...

-"¿oh?", nadie me toma en serio en este lugar. ¿Puedo por favor hablar con Kenma un momento? Sé que están agotados, puedo llevarlos a su casa luego de que converse con él
. -Ambos omegas se miraron seriamente entre ellos ante la propuesta del alfa, y pronto empezaron a reírse.- ¿D-dije algo muy estúpido?

-¿Qué prostitutos darían su dirección personal? -preguntó Akaashi antes de tomar sus cosas e irse hacia afuera, no sin antes agarrar la taza de café que tenía en la mano.

-Lamento si lo ofendí...

-Nah, no es problema. ¿Qué quieres?

-No me gustaría estarte pidiendo esto, sé que es una locura. En realidad, pensaba pedírselo a cualquier otra persona que estuviera dispuesta, pero...  sinceramente solo quiero estar contigo...

-¡Ve al grano!

-¿Puedo...pagarte para que pases mi rut conmigo?
-los ojos del omega se engrandecieron en ese instante.- ¡Ajs, sabía que era una pésima idea! No quiero usar dinero en ti, pero, no encuentro otra forma de que los dos salgamos beneficiados. Será una suma enorme... no quiero aprovecharme pero... ¡Tú también te aprovechaste! Bueno, ¡Sé que no lo haces porque quieres! ¡Lo juro! Trato de que no me afecte, y entenderte...¡A la vez, quiero estar contigo! ¡¿Qué debería hacer?! -Unas gotas de sudor se aproximaron en la frente del alfa, debido a la exasperación del momento, y además, por el momento de su ciclo que se estaba acercando. Kenma suspiró.

-¿Cuándo y a qué hora?

-Mañana...no sé la hora, voy a usar un piso de hotel todo el día... así que puedes venir ante mi llamado. ¡Pero si no quieres, no! No puedo evadir mis impulsos y evitar buscar a alguien que me satisfaga y un par de supresores, todavía estoy acostumbrándome a esto de los ruts... eso no cambiaría nada de lo que siento por ti...

-¿Cuál sería la paga? -preguntó, no muy convencido. En cuanto Kuroo ofreció una cifra, se le vino a la mente lo caro que realmente salía pagar el mes de geriátrico dónde su abuela vivía, pero no quería llevarla a alguno donde no tuviera parque, o las enfermeras no le prestaran mucha atención. El dinero era muy importante para él, y ante la suma que le ofrecía, podía pagar al menos tres meses de adelanto. Aceptó.

🌙

-"Estoy abajo" -texteó Kenma, quien había desbloqueado el contacto del alfa de su celular para poder acordar la hora. Quien bajó a abrirle, fue un recepcionista. Lo guío por el ascensor, y llegaron a un piso completamente vacío y mudo. Unas feromonas intensas se podían sentir en ese momento, y Kenma conocía al dueño. No distinguía un olor particular en él, pero al ser un omega de bastante baja categoría, era demasiado que no le parecieran asquerosas.

-Señor, su cita ha llegado -habló el recepcionista a través de un teléfono que había fuera de la puerta. No esperó respuesta, se reverenció ante Kenma, y se fue. En un instante, la puerta frente a él se abrió, con una ventisca golpeando su rostro que le indicaba que su trabajo iba a valer hasta el más mínimo de los centavos.

-Ken...ma...- La puerta se cerró de un empujón por parte del alfa, quien rápidamente arrinconó al omega entre la misma y su propio cuerpo, sudado, emanando calor y olores constantemente- me disculpó de antemano. Sé que tus experiencias con los ruts de alfas son malas...pero...-un quejido lo detuvo, estaba al borde de la pérdida de cordura.- yo lo haré bien, si no es así...-volteó la mirada hacía la mesa de luz- dejé un gas pimienta, rocíame y corre, la puerta está abierta.

-Tranquilo -la respiración de Kenma contradecía sus palabras, ya que estaba más alerta de lo normal. Pero algo había aprendido trabajando casi dos años de lo mismo: hay que dejar al cliente satisfecho. Y ese monto, era necesario.- Estaré hasta que estés satisfecho, ¿Sí? -la mano de Kenma se posicionó sobre el mentón de Kuroo, y luego, con su pulgar, acarició el labio inferior del alfa. Al correr un poco ese labio, notó como los colmillos de él empezaban a sobresalir.- Mañana tomaré una pastilla abortiva, así que puedes anudarme...-murmuró, con un poco de vergüenza.

-¡Qué! ¡No! Lo juro...-mientras le decía esto, sus labios chocaban contra ese pulgar de Kenma que estaba sobre su boca. Sacó su lengua y lo lamió. Introdujo ese dedo en ella y lo metió y sacó más de una vez.- llévalo ahora a tu boca -le ordenó, luego de encargarse de ensalivar bien ese dedo pulgar. Kenma obedeció, y lo lamió también, mezclando ambos fluidos. Los ojos del alfa se abrieron al notar como el omega empezaba a sonrojarse a medida que las feromonas de él se liberaban con más impulso. Lo sujetó de la cadera y lo elevó como si de una pluma se tratara. Kenma rodeó con sus piernas la cintura del azabache, y se dejó llevar a la cama del departamento, dónde fue tirado con muy poca delicadeza. Kurooo estaba perdiendo los estribos.

-Pareces apurado -se burló Kenma. Sin dejar de estar acostado, se quitó la chaqueta que tenía puesta y luego la remera, dándole a Kuroo una de esas tantas vistas que disfrutaba. El rubio se dejó caer de espaldas a la cama y observó como el alfa se posicionaba sobre él.- yo también quiero verte, estás callado hoy...- nuevamente las palabras de Kenma lo pusieron en alerta. Se retiró la remera, y Kenma pudo observar los rasgos de un alfa dominante propiamente dicho. Por lejos, mucho más agraciado que cualquier otro con quien se hubiese acostado antes.

-Estoy muy impaciente, no sé cuanto más podré controlarme -advirtió Kuroo, con los ojos rojizos y rasguñando las piernas de Kenma para poder retirarle todo rastro de ropa que podría estar allí. 

-No te controles, hoy soy tuyo...- una sonrisa ladina de Kenma se apoderó de la situación. Era la primera vez que utilizaba ese tipo de lenguaje con él, y si era cierto, o ficticio, no importaba ahora. Había algo demasiado duro que controlaba cualquier cerebro.

El alfa sujetó ambas piernas desnudas de Kenma y las hizo collar con su cuello. Su lengua pasó de largo el miembro del menor, y fue directo hacia su orificio, el cual quería lubricar antes de penetrar. Aunque también, lo hacía porque no quería dejar parte del cuerpo del omega sin marcar como su territorio.

-Ku-kuro...eso...me da un poco de pena...-murmuró entre gemidos, mientras un cosquilleo rodeó su cuerpo y le causo un leve escalofrío. Llevó su brazo por encima de su rostro para ocultar los gestos obscenos que no podía controlar, y sentía sus caderas en el aire mientras la cálida saliva de la lengua del contrario pasaba por cada sitio.

Kuroo se separó luego de unos minutos, colocó ambas piernas a cada uno de los lados, y se retiró torpe y apresuradamente el pantalón. Precavido a la situación, no llevaba ropa interior, por lo que quedó a vista su miembro erecto, húmedo, impaciente. Lo colocó en la apertura de Kenma, y se ayudó con sus manos para elevar la cintura del omega y penetrarlo de una embestida. La espalda del rubio se dobló en ese instante, y salió de su boca un quejido seco.

-¡No! -gritó Kuroo, enfurecido, y agarró con su mano las muñecas de Kenma para colocarlas por encima de su cabeza, impidiéndole moverlas.- ¡No tapes tu rostro, te lo prohíbo!

Kuroken-Todas tus partes son mías ( Kuroo x Kenma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora