número cuatro

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Jungkook admitía completamente que se había comportado bastante grosero con el Omega al haberlo dejado solo en una habitación oscura, pero el que podía hacer, era alguien egoísta que solo pensaba en él mismo.

Él igual había pensado que todo era mentira pero se dio cuenta de que no lo era en lo absoluto al tener a esa mierda de fantasma detrás de él pasando sin prisa disfrutando de los escalofríos que producían el cuerpo del hombre, mientras se alimentaba con su energía y miedo.

Al azabache no le costó demasiado acostumbrarse al lugar, no había tanto que hacer, así que usaba el tiempo pasa ejercitarse, ver la televisión, cocinar, perder el tiempo mirando el cielo...
Perdiendo el tiempo pensando en como continuaría su vida si no estuviera en ese horrible lugar.

El antes de entrar a aquel palacio con magia negra, no tenía una vida social ni mucho menos activa. Lo único que hacía era trabajar, ir a casa, comer y dormir, vaya, igual que la vida de un lindo gatito, aún que se aburría demasiado, después de todo, quien no.

Su vida no cambiaba mucho, solamente que había dejado de trabajar. Sentía que era como si las personas de tu entorno se olvidarán de ti una vez metes un pie dentro del palacio, olvidándose de la persona que había desaparecido, sospechoso.

Volviendo al tema, no le importo lo que sucediera con el chico. Solo pudo pensar durante el principio de la noche como iba a salir de ahí sin que el chico le siguiera el paso, aunque sentía una sensación tan indescriptible en su pecho cuando pensaba en el chico, no estaba tan ansioso por salir, se podía quedar en aquel lugar si quería, además su vida en el exterior a comparación a su vida en el palacio era completamente igual, no había ninguna diferencia. Solamente había una cosa que le frustraba demasiado; su ciclo de calor lo pasaba completamente solo, lo que le asfixiaba.

Todo era una maldita mierda. Le jodía su vida, la odiaba.

Lavo su cuerpo con agua tibia en la gigantesca bañera que portaba la habitación, se vistió, y salió de su habitación bajando por los pasillos para salir al jardín trasero a correr un par de veces a su alrededor, después volvería a su habitación para continuar con su rutina de ejercicio, igual unas veces antes de dormir gastaba sus energías haciendo ejercicio para terminar rendido y que se le facilitara más el sueño, ya que usualmente llovía con rayos y eso no le permitía conciliar el sueño.

Después de correr a acabar con algo de sus energías volvió adentro a prepararse un delicioso desayuno, como de costumbre. Algunas veces no sabía qué horas del día eran porque jamás el sol iluminaba el cielo, lo único que adornaba el cielo eran unas enormes nubes grises.

Termino de preparar el desayuno estando apunto de tomar asiento pero presentía que se le estaba olvidando.

Pues claro, el chico que se llamaba TaeHyung. Se quiso golpear cuando ya estuvo sentado frente a su desayuno.

Me quedaré contigo ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora