número trece

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Y después de haber salido, Jungkook se arrepintió completamente al haber puesto un pie fuera del palacio, se quedó unos minutos pensando en lo que había hecho. Pero mierda, no había sido tan desalmado nunca, hasta aquella vez, se había pasado.

Y es que, esos ojos rasgados miel, con lágrimas... Le dolió.

Nunca había sido tan grosero y mala persona. Pero pensaba cambiarlo en ese mismo instante, y pensaba reparar el error que hacía cometido.

Se dio vuelta rápidamente observando toda la obscuridad del bosque, comenzando a correr en la dirección contraria buscando con la mirada el palacio, y se escuchaba a la perfección como sus botas destrozaban las hojas marchitas en la tierra.

Logro visualizarlo a lo lejos sintiendo las gotas frías comenzar a caer lentamente en su cuerpo, rostro y ropa. Corrió con más fuerza cruzando por la reja sintiendo un horrible escalofrío en su espina dorsal, cerro sus ojos con fuerza al pasar por la gardenia al sentir la presencia por aquella zona, merodeando.

Su respiración se volvió irregular cuando un inaudible susurro llegó a su oído, trago duro, empujando con fuerza la puerta del palacio, cerrando a esta detrás de él, corrió por los pasillos notando que aún faltaban unos minutos para que las luces se marcharán, subió por los escalones escuchando una vez más sus botas resonar por todos los pasillos, corrió hasta estar frente a la habitación de TaeHyung, suspiro quedándose unos segundos congelado, pensando en donde podría estar, pero perfecto, primero comenzaría por revisar aquella habitación.

Tomo el pomo dándole vuelta lentamente para después empujar igual con lentitud la puerta, escuchando el chillido de esta, frunció el ceño buscando en la pared el interruptor para encender la luz, una vez la encendió miro rápidamente en dirección hacia la cama donde estaba un bulto temblando entre las sábanas.

—Oh, TaeHyung. –jadeo arrepentido cerrando la puerta detrás de él e ir rápidamente hacia la cama donde intento quitar las sábanas que cubrían el cuerpo del otro.

El Omega en la cama comenzó a llorar en cuanto escucho la voz del contrario y las manos de este intentando quitarle las sábanas de encima, negó rápidamente sintiendo que se ahogaba con su propio llanto. —D-déjame, maldito idiota...

—No, no, no TaeHyung, –se negó el azabache con tristeza logrando sacarle de encima las sábanas al cuerpo tembloroso en la cama, se sintió realmente culpable al ver esos ojos
—Perdóname, fue un error...

—B-basta, Alfa imbécil... –le pidió en un susurro dándole la espalda cubriéndose el rostro con sus manos. —Déjame tranquilo... No quiero ver tu horrible rostro.

El Alfa se mordió el labio, dudando en como convencerlo. Le quitó de encima las sábanas, tomando a la fuerza el rostro mojado del Omega, el cual intento morder sus dedos mientras sollozaba.

Me quedaré contigo ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora