número catorce

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—¿Qué haremos hoy, Jungkookie?– cuestionó en un susurró el Omega rozando sus labios contra el oído del hombre.

Jeon trago duro. —¿"Jungkookie"? –cuestionó humedeciendo sus labios.

—Si, –respondió con una sonrisa, sentando sobre sus rodillas. —¿O prefieres que te llame "Kookie"?

El Alfa hizo una mueca sin atreverse hacer contacto visual. —Pero, ¿De dónde sacas tantas cosas?

—¿Quieres que te lo diga?– río jugueteando con los pendientes que traía el otro. —¿No te gustan?

Jungkook volvió a humedecer sus labios al sentirlos secos, repentinamente.
—Me gustan, claro que sí.

—Oh, –soltó el Omega dejando descansar su mentón sobre el hombro del azabache. —¿Entonces que haremos hoy, Jungkookie? Estoy un poco aburrido...

El azabache trago duro al sentirlo realmente cerca, y su respiración tibia y tranquila, algo que lo podía tenso. —No tengo idea. Yo me quedaré aquí. –respondió levantando los hombros.

TaeHyung hizo un puchero, suspirando aburrido, comenzando a toquetear el rostro del otro, delineando la cicatriz en su pómulo.

Sonrió ladino, cuando el Alfa se puso más tenso al sentir los dedos del chico toquetear su rostro, mientras le observaba con su mentón descansado en su hombro.

—¿Por qué me ves así?– preguntó achicando los ojos.

—¿Así como?– sonrió.

—Deja de mirarme así... –se quejo el Alfa empujando al Omega para que saliera de su encima.

Este solo se quejo, cruzándose de brazos, mirándolo con un diminuto puchero. —¿Así como, tonto?

—Ya... Olvídalo. –susurró continuando con el libro que anteriormente estaba leyendo, de no ser porque el rubio le interrumpió con sus apodos.

El tiempo pasaba rápido, y dos semanas se pasaron volando. Dos semanas en las que se hicieron más unidos, bueno, después de todo eran las únicas presencias, tarde o temprano se unirían.

Todo transcurría bien. Aunque, para Jungkook, las cosas eran un poco, extrañas y tensas. Porque él Omega solía acariciarlo y toquetearlo fingiendo inocencia, aunque aquellos toques quemaban para la piel de Jeon, quien solo se contenía apretando los puños.

El Alfa infló sus mejillas quitando la mirada del libro en su regazo, cuando TaeHyung se acercó lentamente hasta él, aún sentado sobre sus rodillas, volviendo a dejar descansar su mentón sobre su hombro, mientras le veía de reojo, morderse el labio inferior.

Me quedaré contigo ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora