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La hora de volver a la realidad había llegado.

Después de dos días, tal y como dijo el chico del rayo, él y sus compañeros habían decidido regresar a su ciudad.

Según había entendido, se irían al amanecer, por lo que decidí hacer una pequeña despedida.

Habíamos cenado mientras conversábamos acerca de sus travesías en la escuela.

Habíamos bailado y reído mucho.

Después de unas cuantas horas, cada uno se fue por su parte, se habían reunido en pequeños grupos y así conversaban.

Por mi parte, yo me encontraba conversando con Denki, un poco alejados de todos, para tener un poco más de privacidad.

—Te voy a extrañar mucho— le dije escondiendo mi cara en su pecho, intentando que no viera mis lágrimas.

—Ya nos volveremos a ver cuando vayas a visitarme— me dijo abrazándome con fuerza mientras ponía su mejilla en mi cabeza— Por cierto, tengo algo que darte— se separó de mí para verme con los ojos brillantes—

—¿Que es?—

—Muy pronto cumplirás 16— Me miró nervioso— Mis padres me dieron esto hace mucho tiempo, después de la última vez que vinimos a pasar vacaciones aquí— dijo empezando a rebuscar entre sus bolsillos.

Yo solo lo miré curiosa haciendo que el se pusiera cada vez más nervioso.

—¡Aquí está!— exclamó dejando su mano en el bolsillo, para después voltear a mirarme— Cierra los ojos— me dijo a lo que yo reí y los cerré—No se vale hacer trampa—Me amenazo.

—Está bien— reí esperando tranquilamente.

Pude escuchar como empezó a caminar lentamente hasta ponerse detrás de mi.

—¿Puedes recoger tu cabello?— Me preguntó a lo que yo sin dudarlo, hice lo que me pidió.

Sin más, pude sentir como algo frío se posicionó en mi cuello, haciendo que se me escarapele el cuerpo.

Después sentí el sonido de algo desconocido, haciendo que abriera mis ojos rápidamente, para ponerme en guardia.

—Tranquila fiera— dijo riéndose a lo que yo volteé a verlo, dándome cuenta que tenía uno de esos aparatos en su mano.

¿Como era que se llamaban?

¿Celulares?

—¿Me tomaste una...fotografía?— pregunté sorprendida, corriendo rápidamente hacia a él para ponerme a su lado y poder ver la foto.

(Haré un especial de cuando descubre los celulares)

—Vaya, esto nunca deja de sorprenderme— dije pasando uno de mis dedos por la foto, en la cual salía yo con una enorme sonrisa—Espera— dije acordándome de que me había puesto algo en el cuello, por lo que rápidamente empecé a buscar.

Cuando lo vi, rápidamente me tape la boca mientras lágrimas descontroladas empezaban a caer por mis mejillas

Era una gargantilla de oro con una piedra roja incrustada en el medio.

Justo como las que daban a las mujeres de 16 años en su cumpleaños, festejando su mayoría de edad.

—¿Como...?— le pregunté con un hilo en la voz, intentando secar las lágrimas que salían sin parar.

—Ya te lo dije, mis padres me lo entregaron antes de que desaparecieran— dijo abrazándome con fuerza—Me dijeron que yo era el indicado para poder dártelo— se separó de mí para limpiar mis lágrimas mientras me miraba con una sonrisa—Estoy enojado por que no te lo pude dar para tu cumpleaños— me dio un beso— Pero aun así, felicidades—

—Ya soy toda una mujer— Le dije riendo emocionada.

—Ya eres todo una adulta— me dijo riéndose para después cargarme y empezar a darme vueltas emocionado.

Después de unos cuantos segundos, el me bajo para poder mirarme contento.

—¿Sabes?— le dije agarrando su mano para empezar a caminar hacia la gran fogata—El abuelo también me dio uno antes de morir— le dije son voltear a verlo—También me dejo los anillos que representaban que era el jefe de la aldea...— Suspiré para voltear a verlo, dándole una sonrisa—¿Podrías ponérmelo?— le pregunté a lo que él me miró sorprendido.

—¿Pero dos collares no significa...?— me miró estupefacto.

—Matrimonio, lo sé— suspiré— Pero no quiero usar solo una—murmuré.

—Está bien— me dijo—¿Después de todo no te había prometido casarme contigo?— me guiño un ojo a lo que yo reí negando con la cabeza, mientras me quitaba el bolso.

—Ahí está todo— Deje de reírme, para verlo con los ojos brillosos.

Él lo agarró y empezó a rebuscar entre mis cosas, antes de sacar el collar que me dio mi abuelo, haciendo que mi cabeza se llenara de memorias.

Solo cerré los ojos y me levanté el cabello cuando el se acercó por ponermelo.

Yo no podía dejar de sonreír.

Cuando finalmente me lo puso y acomodo para que se vea bien con el que me había dado el me dio un beso en la mejilla antes de separarse.

—Estas hermosa—Dijo sonriendo antes de bajar la mirada hacia el bolso y empezar a buscar los anillos.

—Bien, como lo practicamos— se dijo a si mismo para agacharse y apoyarse solo en una rodilla dejándome sorprendida—Aquí voy— dijo sacándome los anillos para después empezar a ponérmelos haciéndome estallar en carcajadas—¡No te rías, esto es serio!— dijo riéndose con un sonrojo.

—DEBERÍAS HABERTE SONROJADO PONIÉNDOME EL COLLAR, NO LOS ANILLOS— reí fuertemente llevando mis manos a mi estomago, el cual me dolía por reírme tanto—NO PUEDO—

—Basta— dijo mirando hacia un lado para después contagiarse de mi risa y empezar a reír también.

—Ahora eres Kaminari (...)— empezó a elevar sus cejas, mirándome coquetamente.

Yo solo suspiré con una sonrisa.

—Realmente te voy a extrañar mucho— le dije—Realmente me hacías falta.




Amo a mi Denki.

White Wolf  [BNHA] [Kaminari Denki x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora