White Wolf [BNHA] [Kaminari Denki x Lectora]

[14]

Ellos solo se quedaron mirando en silencio.

—¿E-Ellos también los atraparon?— pregunté nerviosa empezando a mirar a todos lados, dándome cuenta de que no había ninguno de los hombres de blanco cerca.

Esta era la oportunidad perfecta.

—Debemos irnos— murmuré levantándome a pesar de todo el dolor en mi cuerpo pra después agarrar sus muñecas y empezar a trotar.

—Cariño, espera— me dijo la mujer intentamos parar a lo que yo negué.

—Si paramos, ellos se darán cuenta de que no estamos y nos perseguirán y encerrarán nuevamente— Les dije desesperada mientras seguía intentando moverlos.

Pude notar como ellos simplemente se miraron al ver que no los iba a escuchar. Sin más, suspiraron y empezaron a caminar, por lo que yo asentí feliz para después jalarlos con fuerza para que caminaran más rápido.

Estuvimos caminando durante mucho tiempo, pero no dábamos más que círculos.

Pero aun así no me iba a rendir.

Empecé a entrar por diferentes puertas para ver cuál sería la que nos llevaría hacia fuera y ser libres de una vez por todas.

Me tomo unos cuantos minutos, pero finalmente llegué a la última puerta que no había abierto.

Suspire emocionada antes de abrirla, dándome cuenta de que habían varias cosas nuevas para mi, que jamás había visto en persona, solo en fotos gracias a Denki.

Empecé a chillar con fuerza antes de salir, pero un gran cuerpo apareció frente a mi, haciendo que chocara y cayera al suelo.

El gran hombre se encontraba con el hombre del parche, por lo que rápidamente me levanté para ponerme frente a los adultos.

—Oh— se sorprendió el del parche— Veo que ya se conocieron—Me dio una sonrisa divertida.

—ALÉJATE DE ELLOS— dije poniéndome frente a ellos con los brazos abiertos. No dejaría que les hagan daño— NO DEJARE QUE LOS TOQUES, NUNCA MAS TE DEJARE ASESINAR A ALGUIEN IMPORTANTE—

—¿Asesinar?— pregunto estupefacto para después empezar a reírse—¿De que estas hablando?— dijo antes de presionar un botón que hizo que cayera al suelo del dolor.

Mierda, el maldito collar.

—No los toques—Le dije con dolor, mientras volvía a levantarme.

—¿De que estas hablando?— pregunto riéndose—Si fueron ellos los que idearon la captura—Fue en ese momento que zumbido en mi cabeza apareció.

—¿Que?— pregunté empezando a temblar.

Voltee rápidamente a ver a los adultos, los cuales me miraban con culpa y arrepentimiento.

—¿Por que?— murmuré dando unos pasos atrás para después caer atónita.

Eso quiere decir que...
¿Denki también era parte de esto?

Por que de todas las personas, tenían que ser ellos, maldición.

—Esto es una broma, ¿verdad?— dije sosteniendo a la mujer de los hombros— DIME QUE ESTO ES UNA MALDITA BROMA— Grité empezando a llorar—POR QUE LO HICIERON, POR QUE— escuché como silbaron detrás de mi— NOSOTROS LES DIMOS COMIDA Y REFUGIO, CONFIAMOS EN USTEDES— Sentí como me tomaban de los hombros con fuerza para empezar a arrastrarme— USTEDES ASESINARON A MI FAMILIA. A LAS PERSONAS QUE SIN ESPERAR NADA A CAMBIO LOS AYUDARON Y TRATARON COMO SI FUERAN SU FAMILIA— Seguía gritando con fuerza. Cuando llegamos nuevamente a los contenedores, lo hombres me tiraron en el gran espacio donde se encontraban todos los líderes,  antes de cerrar la reja que nos separaba de todos.

Fue en ese momento que empecé a llorar sin descanso, sin poder creer lo que había escuchado.

¿Después de que mi familia les haya dado la bienvenida?

¿Después de haberlos cuidado?

¿Después de divertirnos todos juntos?

Realmente no podía creer que ellos fueron los que los mataron, los que mataron a mi familia.

Yo confiaba en ellos.

¿Por que?

¿Por que me habían hecho esto?

¿Acaso era por que sabían que no podría matarlos? No podría hacerlo.

Simplemente, me rendiré, ya todo es en vano.

Después de todo, ya no había nadie ahí afuera que esperaba mi regreso.

— 2 años después —

—Abre tu boca— murmuró el líder de la tribu oso mientras acercaba una cuchara llena de sopa para que pudiera tomarla.

Zorro y oso, líderes de tribus que habían sido capturados al igual que yo, se habían estado haciendo cargo de mí después de lo qué pasó hace dos años.

Desde ese día con los padres de Denki, dejé de intentar escapar y vengarme como en un principio. Solo deje que me hicieran lo que querían. Ni siquiera gritaba o lloraba de dolor cuando los hombres de acercaban a mí para poder experimentar o torturarme.

Nada.

Me había convertido en un completo saco de basura.

Los hombres del hombre del parche seguían entrando a mi contenedor para poder hacerme cualquier cosa que quisieran, total y tenían el completo permiso de su jefe.

Ya no había necesidad de usar el bozal, ya no me tenían miedo.

Después de todo lo que me hacían, a las justas podía moverme.

Los líderes se dieron cuenta de que me encontraba mal cuando por pura curiosidad entraron a mi contador y me encontraron tirada a lo lejos. Cuando se acercaron y me vieron con los ojos abiertos mirando un punto fijo en el techo, pensaron que estaba muerta.

Me acuerdo que solo volteé a mirarlos, haciendo que estos saltaran asustados al verme "viva".

Después de tanto tiempo, quise reír, pero mi cuerpo no me lo permitió.

Fue ahí cuando empezaron a hacerse cargo de mi. Me ayudaban a comer y aveces solían darme de su comida cuando a mi no me daban nada.

Estaba muy agradecida con ellos. Cada vez que me encontraba bien, capaz de mover un poco mi cuerpo, me iba con ellos, ya que me sentía segura a su alrededor.

—Vamos pequeña, trágalo— El señor oso me dijo dándome una sonrisa tranquila. Yo solo me limité a mirarlo para después, poniendo bastante esfuerzo, pudiera tragar la sopa, haciendo que soltara un suspiro aliviado.

Fue en ese momento que unos hombres se acercaron a donde nosotros nos encontrábamos para después empezar a golpear a los líderes.

—LES DIJIMOS QUE DEJEN DE HACER ESO POR ELLA— gritaron golpeándolos cada vez más fuerte, como si se tratara de animales salvajes.

Mi corazón quemaba al ver como los hombres eran golpeados sin piedad por mi culpa.

De mis ojos empezaron a brotar lágrimas mientras los miraba. Llore por la impotencia de no poder moverme y hacer algo para ayudarlos.

Simplemente podía quedarme ahí sentada viendo como los golpeaban, todo por mi maldita culpa.

Sin editar.