White Wolf [BNHA] [Kaminari Denki x Lectora]

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—Puedes abrir los ojos— escuchó y la pequeña hizo caso al instante, quedando sorprendida al escuchar hablarlo.

—Yo...puedo entenderte— La niña estaba maravillada con tal descubrimiento.

—Es la bendición que te he brindado— me dijo delicadamente—(...) Himura, próxima líder de tu aldea  —respondió el hermoso animal separándose de ella.

—¿Sabes de mi?— Preguntó emocionada, mientras miraba maravillada a la criatura.

Era fantástica a sus ojos.

—Se todo de ti y de todo lo que está sucediendo actualmente en tu aldea—respondió este agachándose—Sube, vamos a dar un paseo— dijo este y la niña con sumo cuidado, se acercó y se subió, dejando ambas piernas a un lado.

Se sentía una princesa.

Pudo notar como el pelaje de aquel animal era demasiado cómodo y acogedor, por lo que empezó a acariciarlo con delicadeza mientras el animal empezaba a caminar.

—¿Tienes hambre?— preguntó el animal y en ese momento el estómago de la niña empezó a rugir, sacándole leve una risa— Eso responde mi pregunta—La niña, avergonzada, se rió mientras intentaba ocultar el pequeño rubor que aparecía en su rostro.— Si miras hacia arriba, podrás notar qué hay manzanas— La niña llevó sus ojos dorados hacia arriba, encontrándose con manzanas muy rojas, que a su vista se veían deliciosas—Súbete en mi lomo y toma algunas— sin pensarlo y con mucho cuidado, la niña se paró en el lomo y estiró sus manos para después tocar las manzanas y con cuidado, empezar a sacar una por una, dejándolas en el lomo.

Agarró un aproximado de 5 manzanas para después volver a sentarse y mirarlas.

—Lo siento si te hice daño— Sin más, acerco una de ellas a la boca del animal, quien la miraba con unos brillantes ojos.

-No te preocupes por mi, tu aliméntate, no debes haber comido nada— En animal empezó a andar nuevamente para un rumbo desconocido.

—Igual tendré unas aquí por si desea, tan solo pídalas— le dijo la niña con seriedad en su rostro, llevándose una manzana a la boca.

Durante unos cuantos minutos de silencio, mientras la niña terminaba de comer mientras miraba maravillada el paisaje que el gran ciervo le estaba enseñando.

—¿Qué sucede?— preguntó el ciervo parando en lo que parecía ser la entrada de una cueva, la cual era iluminada por pequeños cristales brillando, logrando que no se viera aterradora.

—¿Usted sabe por qué esos hombres la atacaron?—comentó la albina viendo los restos de la manzana con pesar.

—¿Sabes por qué tu aldea se encuentra muy lejos de todo contacto humano?— Le preguntó el alce. La niña solo pudo negar con la cabeza, para empezar a escucharlo atentamente— Hace muchos, pero muchos años, nacieron personas con poderes, algo que no era muy común en esos tiempos—