Capítulo XIII

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Capítulo XIII: La "Guerra Santa contra el Olimpo" (Parte I)

Una, dos, tres, cuatro, cinco y más, no se detenía, la sangre corría como los Ríos de la Antigua Babilonia. Tajos y cortes rasgaban la piel, la carne quedaba expuesta, las explosiones diezmaban a los enemigos, las flechas zumbaban contra los Ejércitos de ambos bandos, las lanzas que dejaban cuerpos empalados y los muertos y heridos que estaban siendo tratados, pero las cosas no parecían ir yendo del todo bien. El enemigo avanzaba con una gran fuerza, igual que las mareas que destruyen todo a su paso. Lincoln se encontraba luchando contra los enviados del "Olimpo", se ladeó y atacó a uno de éstos, partiéndolo a la mitad con su Espada, regando y "pintando" con la sangre las rocas y el suelo polvoriento.

Una nueva "lluvia" de flechas cayeron sobre los rivales, dejando un nuevo tendal de fallecidos. Los gritos entremezclados con otros sonidos inundaban el lugar. De golpe, una Luz brilló con todo su esplendor, deteniendo toda la gresca. Se voltearon, Lincoln observó como los Soldados del "Olimpo" se abrían camino y daban la vista hacia la llegada de un personaje que caminaba con paso serio y tranquilo. Esa mirada y aquellos cabellos plateados o de color gris estaban clavados en el "Emperador del Inframundo", llamando la atención del chico y también de los Caballeros Dorados y demás Aliados.

- Que me parta un rayo...- Quedó Milo sin palabras al verlo.

- ¿Quién es?.- Preguntó Lincoln, acercándose hasta el Caballero de Escorpio.- ¿Milo?.

El griego no dijo nada, se quedó callado y con la mirada enfocada en donde se encontraba el misterioso peli plata/gris hacia ellos. Su paso, esa mirada, aquellos ojos sin emociones, parecía como un "Robot" o Androide sin ninguna emoción, muerto, callado y de ahí quedó quieto ante los presentes.

- ¡Por órdenes de Zeus y Hera, Reyes del "Olimpo", se ordena de que todos los rebeldes a favor de Athena y Poseidón entreguen las armas y se rindan pacíficamente!.- Dio aquel ultimátum a los presentes, cosa que fue escuchado por todos ellos.

- ¡Jamás!.- Gritó Lynn, armándose de valor para encararlo pero Lori y Leni la detuvieron.

- Hay algo que uno debe tener en cuenta cuando mandas a alguien a la guerra: No puedes tener la certeza de que sea lo bastante "bueno" como para cumplir con su tarea. Siempre habrá algún idiota que lo intentará convencer para que deje de pelear o que se vuelva bueno, forzosamente y eso es algo que detesto, ¿lo sabes, Ares?.- Le contaba Eris, quien miraba todo a través de las "Imágenes" que Chronos les estaba ofreciendo, mientras que sostenía una copa de vino y hallándose junto al Dios de la Guerra.- Todas esas patrañas del "Poder del Amor y la Amistad", jajajajaa, menudo cliché sin sentido, pero tienes que ser de sangre fría. Una guerra no se gana con tonterías como las que mencioné, sino de que triunfas al tener una superioridad numérica en tropas y armas.- Señaló y de ahí tomaba en cuenta sus propias palabras.

El Dios de la Guerra la estaba escuchando y asintió con la cabeza, maliciosamente al ver todo el derramamiento de sangre a las Puertas del Santuario, una cosa que lo "reconfortaba", estimulaba a seguir con aquellos conflictos internos y externos que por tanto tiempo azotaron al Mundo. El ver toda esa masacre le traía una sonrisa burlona hacia los que caían en batalla, como si fueran meros insectos.

- Je, estás en lo cierto, Eris: Solo nosotros, los Dioses, estamos por encima de todo. Qué estupidez esa de vencer al odio con el amor y la amistad. Si quieres ganar, entonces lucha con todas tus fuerzas. Utiliza esos sentimientos negativos como las armas con las que se peleó en tiempos pasados, incluso en la "Guerra de Troya" o cuando fueron las "Guerras Médicas". Los Persas se creyeron que podían destruirnos pero se equivocaron, lo terminaron lamentando, pero terminamos siendo olvidados cuando la derrota de Atenas en la "Guerra del Peloponeso" nos alejó de la Humanidad.- Recalcó Ares, haciéndose énfasis en todos esos eventos históricos.

Saint Simpson-Louds: Saga de ZeusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora