Capítulo XV

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Capítulo XV: Reacciones

El emisario se hallaba agitado tras haber corrido una larga distancia y se detuvo frente a la Diosa de la Discordia, quien miraba su "Manzana Dorada" y luego fue hacia aquel sujeto, el cual se arrodilló en señal de respeto, a la espera de que no recibiera algún castigo por parte de la muchacha o peor. Se tardaba, tomaba su tiempo y eso era lo más desesperante para cualquiera que ejerciera una actividad como esa, llevando a que el sudor le perlara la frente, su boca se secara y comenzara a temblar por los nervios. No había nada que pudiera hacer, salvo aguardar su respuesta, pero, las cosas empeoraron cuando llegaron Christ y Jäger, siendo el segundo en susurrarle algo a los oídos a la chica, cuyos ojos se desorbitaron ante semejante anuncio.

- ¿En serio?.- Preguntó y el peli negro asintió con la cabeza.

Llevó su mano derecha hasta el mentón, reflexiva, callada, pero no tuvo tiempo para poder presenciar lo que vendría a continuación, ya que los Cielos parecieron temblar por la actividad eléctrica que los azotaba, revelando la furia que Zeus sentía. Otro emisario había arribado al Palacio Imperial, relatándoles todo lo ocurrido y visto por parte de los Sirvientes de Hefesto.

- ¿Es acaso una broma? ¡¿Hefesto fue derrotado?!.- Preguntó Zeus, cosa que a Hera no le pareció interesar en lo más mínimo.

- Sí, Señor y sumado a ello, la Fundición quedó destruida.- Respondió el mensajero, quien estaba pálido y temblaba como una hoja al viento. Conocía el desprecio de la esposa de Zeus hacia aquel hijo de poca estética que habían tenido, el menosprecio y el odio por el cual había sido expulsado en tiempos pasados, del "Olimpo" y ahora que fue derrotado por los enemigos de ellos, le causó una ligera sonrisa en su rostro, pasando su mano por el costado derecho de su cabeza, inclinándola y sin sentido decir algo más, se puso de pie para ver la situación y analizarla paso a paso.

Zeus no estaba, en lo absoluto, en un buen sentido del humor, sino de que se encontraba furioso por lo ocurrido: La derrota de su hijo era algo más que una simple pérdida de posición, sino de que ponía en peligro a los demás Dioses al tener a los invasores avanzando por aquel "Sitio Sagrado". Notó la falta de simpatía que Hera tenía hacia Hefesto pero no dijo nada, no valía la pena discutirlo, ya tendría otro momento para hacerlo, por lo que halló la calma y comenzó a ver lo que tenían a su alcance.

- De acuerdo.- Habló con un tono serio y haciendo un gesto con las manos.- El asalto contra el Santuario continúa.- Dijo y de ahí se abrieron las puertas, dejando que la Luz del Sol entrara y bañara el recinto, revelando la figura ensombrecida de cierto albino, quien venía acompañado por su "Guardaespaldas" y podía apreciarse aquella Espada en su funda. Avanzó unos cuantos metros y se detuvo ante sus padres y el emisario.

- Geo, hijo, ¿qué haces aquí? ¿Sucede algo?.- Preguntó Hera pero el chico tardó en responder.

Junk estaba callado y serio, la mirada de aquel peli negro-gris inquietaba a la esposa de Zeus, sumado al silencio que su vástago ofrecía, dando una imagen bastante negativa al respecto y haciendo que el mensajero se pusiera a sudar de los nervios hasta que se pudo ver cómo iba articulando las palabras en sus labios.

- Me enteré lo de Hefesto y también de que Artemisa sigue combatiendo en el Santuario junto a Calisto. Solo envío a unos Destacamentos de sus "Satélites" y a la Jefa de la Unidad Comando, Lascoumoune, para hacerse cargo de la situación.- Les contó de lo ocurrido.

- De acuerdo, eso nos dará algo de tiempo para...- Iba a decir Hera pero su hijo la detuvo.

- Hay algo más, madre: Rigel de Orión, el favorito de Eris, ha sido derrotado por la "Guardiana del Templo Maligno de Urano".- Añadió más información y eso fue como un balde de agua fría para los presentes.- Jeje, igual, como si me importara ese tipo.- Sostuvo, encogiéndose de hombros.

Saint Simpson-Louds: Saga de ZeusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora