Entelequía

Aquí

Estar aquí, en este mundo, para ChanYeol es...
Incomprensible.
Días desesperantemente monótonos
Rutinas impuestas que nunca llega a cumplir
Pensamientos intrusivos, desgastantes, denigrantes, agobiantes
Y un lugar al que ni siquiera puede llamar hogar es lo que ChanYeol tiene aquí.
A veces quiere pensar, quiere creer que, en su desordenada vida también tiene personas.
Amigos, familia, alguien con quien pasar el rato, alguien en quien confiar, alguien en quien creer, una red de apoyo, personas que se queden, aunque él se vaya y regrese sin constancia.

Aquí, ChanYeol tiene personas que se ha esforzado en mantener, aunque cada vez sea mas complicado, aunque cada vez sea mas fatigoso, aunque cada vez se sienta más asfixiante, más irreal y lo esté matando por dentro.

ChanYeol cree firmemente en que se recibe lo que se da y aunque duela tan profundo, sabe que él no ha estado dando ni siquiera lo mímimo y que en algún momento todos se van a ir, después de todo, ya lo han estado haciendo. Ha estado tratando, duramente, desesperadamente de dejar ir, de acostumbrarse al dolor de perder porque en lo que a él respecta no hay nada por qué quedarse, nada que valga la pena; ya no hay nada de lo que alguna vez fue, se ha ido apagando progresivamente hasta terminar en la abrumadora oscuridad  de la que no puede escapar; la oscuridad que le mostró, que nadie quiere a un débil, muy pocos están dispuestos a cargar con él. Y comprende, de verdad comprende que nadie está obligado a quererlo y sabe, que de una vez por todas debe empezar a no esperar nada de nadie, porque él está tratando de que no esperen nada de él. Asi será más fácil ¿verdad?
Aquí pero no ahora, ChanYeol comenzó a confiar, a salir, a experimentar; aquí y ahora, cae en cuenta de que está en el punto de partida.

Aquí, ChanYeol no está bien.
Todas las días escucha la alarma sonar y un quejido sale instantaneamente porque significa que es un día más... un día más.
Todas las tardes contempla desde una esquina de su habitación un punto fijo imaginario, al que mira por minutos y horas, sin ser consciente del tiempo o del espacio.
Todas las noches, cae en cuenta de que otro día ha pasado, que los platos en la cocina no se han acumulado porque  ha olvidado comer pero que el polvo no da tregua y debería limpiar.
Si no estuviera tan cansado.

Todas las medias noches sin falta, gruesas lágrimas de desesperación se filtran de entre sus ojos y recorren  sus mejillas, tan silenciosas como los sollozos que brotan desde muy dentro de su ser.

Nadie debe escuchar, nadie debe escuchar porque también aquí, ChanYeol es feliz.

También aquí ChanYeol se levanta temprano a estudiar, organiza su vida y sus espacios a la perfección; también aquí ChanYeol le asegura a su madre que come  tres comidas diarias sin falta; aquí tambien, ChanYeol habla con sus amigos y responde mensajes con un entusiasmo que no siente, en un último esfuerzo por mantenerlos, por mantenerse; también aquí ChanYeol bromea sobre su tristeza, en un intento de que se acostumbren tanto a su pesimismo, que lo tomen como algo inherente de su personalidad, bajen la guardia y le permitan expresar su sentir más libremente porque aquí, aquí ChanYeol siente que en cualquier momento, puede explotar.

Aquí, ChanYeol tiene tantas cosas por vivir, tantas oportunidades, tantos privilegios.
Aquí, ChanYeol ha perdido la cuenta de cuantas plegarias ha alzado al cielo para dejar de sufrir, de sentir, de respirar.

Aquí ChanYeol...¿qué sigue haciendo aquí?