Entelequía

i am missing you

Los extraña.

Cuando recién llegó no los extrañaba ni un poquito, feliz por la repentina libertad que goza, nunca paro a pensar si en realidad estaba dispuesto a aceptar el reto.

Todo llegó gradualmente.
Responsabilidades.
Estudios.
Estres.
Soledad.
Depresión.

No creyó, en serio no lo hizo, todo lo que pensaba era largarse de su casa para tener un poco de independencia de su familia sobreprotectora.

No salió tan bien como lo esperaba.

Y no es porque sea un inútil sobreprotegido... bueno, su madre siempre le dijo que era un inútil pero el se está defendiendo.

Su abuela siempre le dijo que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

Y no salió como lo esperaba por el simple hecho de que los extraña un montón.

Extraña a su familia demasiado y recién ha pasado un maldito mes, solo uno.

Extraña los mimos de su mamá, los abrazos de su papá, los cuidados de su abuelita, los ¿como te ha ido en la escuela? De sus tias y sus primas, extraña el abrazar a su perro, el hablar sobre historia con su abuelo y el ver series con sus mejores amigos.

Tuvo que aprender a cuidarse solo cuando una gripe atroz combinada con neumonia le atacó o cuando un zarpullido extraño salio en sus brazos.
No hubo mami que lo consienta y lo cuide o papi preocupado que corriera a comprar sus medicamentos.

Tuvo que hacerlo solo y recuerda haber llorado un mar de camino a la farmacia del barrio donde ahora vive.
Con mucho dolor, mocos y sin poder hablar.
Porque nadie le ayudó, todos ocupados con sus propios problemas personales nadie se dió el tiempo de preguntar como estaba.

Sin embargo no todo fue malo.

Adquirió experiencia, maduró un poco, fue más independiente de lo que algún día habia sido.

Además se dio cuenta de que podía confiar en alguien cuando la enfermedad que tuvo se volvio viral y todos se contagiaron.
Casi muertos sus compañeros llegaban a clase quejandose por la enfermedad, ahí descubrió que la mayoría de chicos provenian de diferentes ciudades.
Recuerda tan bien como todos los chicos foraneos enfermos, mocosos, casi muertos, empezaron a recordar los cuidados que su familia siempre les brindaba, como su mamá les preparaba infusiones, como su abuelita les preparaba miel con limón, algunos hasta peleaban por cual medicamento era el mejor según lo que todos habian tomado y entonces fue un efecto dominó. Una chica empezó, una lágrima escapó de su ojo y luego otra y otra más, un chico fue a consolarla y termino llorando igual, de repente todos lloraban y se abrazaban, dandose palabras de apoyo para no defallecer.

Se dió cuenta de que es muy fácil hacerlo.

Lo notó después de la primera semana cuando mas de diez muchachos no aguantaron el ritmo y la responsabilidad, cuando uno de sus amigos pensó seriamente en desertar o cuando el cayó en depresión.

Comprendió que lo único que tiene es a él mismo pero que todo el peso que carga puede ser alivianado por personas de confianza.

Aprendió que su mami ya no va a estar ahí para un abrazo cuando se sienta bajoneado, que los graves problemas solo los va a poder lidiar él, que la responsabilidad de vivir solo es grande y que la comida de su mamá y su abuelita es la mejor.

Comprendió todo el esfuerzo que hacen su padres para que el tenga un futuro y que tiene que rendir para remunerarles un  poco lo que le están dando.

Los extraña muchisimo y duele no tenerlos cerca.

Pero es la vida que él escogió y ya no hay marcha atrás.