veinticinco

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𝗺𝗮𝗿𝗮𝘁𝗼𝗻 𝟱/𝟱

camila

Tres semanas.

Tres semanas en donde había tenido absolutamente toda mi atención en él.

Me levanté, me bañé y me cambié. Hoy tenía planeado ir al consultorio para ver cómo estaba todo, ya que no había ido en tres largas semanas.

—Adiós, bebé. Vuelvo al rato—me acerqué a él y dejé un pequeño beso en su cabeza.

Sí, ya había dejado de darle besos en la boca, porque me di cuenta que en cualquier
momento me empezaré a acostumbrar a hacer eso, y cuando él despierte ya no pasará.

Al salir del cuarto, me tope con su madre.

—Hola querida.

—Hola señora. Voy de salida para el consultorio, que bueno que llega, así Jae no tiene que quedarse solo.

Platicamos un poco más y luego me fui.

Al llegar al consultorio, todas las miradas de los enfermeros y trabajadores de posaron sobre mí. Hacía mucho que no me veían.

—Hola a todos—dije sonriendo levemente.

Todos me respondieron el saludo amablemente.

Mientras caminaba hacia la recepción, algunos de ellos me preguntaban por Jaden.

—Buenos días, Cami—me saludó Dixie.

Suspire.

—No tienen nada de buenos.

Dixie puso una cara triste.

—he tenido pesadillas todas las noches—confesé.

Y era cierto. No había podido dormir en todos estos días. Pesadillas sobre diferentes ocaciones donde a Jaden le pasaba algo malo, no me dejaban dormir.

—Tranquila, pronto toda esta pesadilla va a terminar.

Estaba en mi oficina, se supone que tenía que estar revisando los papeles de los pacientes nuevos, pero obviamente, no podía concentrarme

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Estaba en mi oficina, se supone que tenía que estar revisando los papeles de los pacientes nuevos, pero obviamente, no podía concentrarme.

Llevaba casi dos años trabajando aquí, y en tan solo meses todo había cambiado.

Este lugar solo podía recordarme a Jaden

Cerré mi computadora bufando. La cabeza me había empezado a doler.

La madre Jaden me había dicho varias veces que debería distraerme, porque me podía enfermar de tanto estrés. Y era cierto, soy psicóloga, debería seguir mis propios consejos.

Pero así son las personas, dan miles de consejos, pero no los usan en ellos.

Mi teléfono comenzó a sonar, era un mensaje de la madre de Jaden, diciendo que ya tenía que irse y que los chicos habían llegado.

changes, jaden hossler ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora