Capítulo 12

5 2 0
                                    

Los días siguientes que pase en la Guaira, procuraba alejarme de Leo, me ponía nerviosa su presencia y como me miraba. En las mañanas las chicas y yo las pasábamos en la playa, ya sea, para broncearnos o para bucear, que solo lo hacíamos Lulú y yo, Ashlys no era tan buena para nadar como nosotras. En las tardes ellas se iban con sus chicos y me animaban a bajar con ellas y a veces me obligaban, pero yo siempre me salía con la mía.
Las tardes que pasaba sola, paseaba por la orilla de la playa, viendo el atardecer.
El cuarto día que era la última noche y paseaba por la orilla me sorprendió Leo.
— Hola, ¿Qué haces aquí sola? — me pregunto con su acento.
— ¿No puedo estar sola, acaso? — le pregunté.
Esos últimos dos días con él, había sido una “dama” muy desagradable “lo tengo que admitir”. Pero quería que Leo se alejara de mí, “¿Y no se por qué?”
— Claro que puedes estar sola, ¿pero no es mejor estar acompañada que sola?
— Prefiero estar sola que mal acompañada. — respondí sin mirarlo.
— Solo… venía a despedirme, supe que regresan mañana, nosotros regresamos dos días después así que… Adiós. — después de que dijo eso se dio la vuelta y camino en dirección al hotel.
— ¿Eso es todo? — pregunte con enojo, “ni yo me entiendo”. Él se voltio.
— ¿Que? — dijo caminando y parándose a solo un metro de distancia de mí.
— ¿Qué te vas a dar por vencido tan rápido?
Leo me miró confundido y después sonrió, con esa sonrisa que hace temblar un mundo.
— ¿Si nos vemos en España, saldrías conmigo? — pregunte, derribando mis barreras.
Él sonrió, dijo escuetamente y sorprendiéndome:
— No.
— ¿Qué? — dije ya ofuscada.
— ¿Acaso no puedo decirte que no, como tú me dijiste que no, miles de veces más? — me pregunto y se dio la vuelta caminando hacia el hotel.
Pensé un rato y vi que tenía razón… no estaba siendo justa con él, pero tampoco se lo iba a poner tan fácil.
***
A la mañana siguiente las chicas estaban tristes por la partida, teníamos que regresar a la normalidad y a nuestro hogar.
Estábamos empacando nuestra cosas, no había dormido bien pensando en lo que me dijo Leo. Olvidando mi tema, propuse a las chicas una idea que seguro les haría felices.
— Los chicos se quedan dos días más ¿No? — pregunté.
— Si. — me dijeron las dos al unísono con una tristeza.
— ¿Por qué no se quedan aquí dos días más, entonces? — propuse.
— ¿Qué? — dijo Lulú, poniéndome atención.
— ¿Como vas a regresar? — pregunto Ashlys.
Ella sabía que no me iba a quedar, estaba ansiosa por ver a mi familia y aprovechar el mes que me quedaba.
— Por autobús y metro, pan comido— respondí yo con tranquilidad.
— No podemos dejarte sola — dijo Lulú.
— Vinimos juntas y nos vamos juntas — aseguró Ashlys.
— No. Yo no quiero ser la culpable de terminar estabas vacaciones magníficas que están pasando… se que vinimos juntas y acordamos irnos juntas pero en ese plan no entraba los chicos….
Mis dos amigas se quedaron pensativas.
— Prométame que, cuando lleguen a Caracas me van a contar cómo terminó todo — dije cerrando mi maleta y mirándolas.
— No te podemos dejar sola. — siguió Ash.
— Claro que sí. Ni que me fuera a pasar a perder… disfruten estos dos días y… listo — dije con seguridad.
— ¿Segura? — pregunto Lulú.
— Muy Segura. — afirmé.
Sonrieron y después nos unimos en un gran abrazo.
Las chicas se despidieron de mí en la puerta del hotel con un gran abrazo, y les dije que cuando llegara a Caracas las llamaría, y que para lo que me necesitaran, iba a estar a una sola llamada.
Agarre mi equipaje, me monte en un taxi y me fui a la parada más cercana de autobuses para ir al metro después.

❤️Siempre serás mí primer amor ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora