Capítulo 3

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Tiririn, tiririn, tiririn…
“suena una musiquita…”
Me doy cuenta que suena mi teléfono, me despierto sobresaltada, agarro el teléfono y le bajó el sonido, miro en dirección a donde está John y veo que duerme plácidamente.
Vibra mi móvil y veo que tengo 11 llamadas pérdidas de mi madre, 1 llamada de Ashley y varios mensajes más. Veo la hora y son las 1:30 pm. Me levanto de la cama y me aproximó a salir de la habitación para llamar a mi madre ya que, me acuerdo que le dije que llegaría a las 11:00 am.
Llamo, suena dos timbrados y contesta:
— ¿En dónde andas Mija?
— ¿Abuela?— digo cuando reconozco la voz.
— Esta nieta mía, está más loca que una cabra…
Sonrió:
— Abuela, pásame a mi mamá, se qué le dije que llegaría más temprano pero me he quedado dormida…
— “Pero”, “pero”, “pero”, siempre dices “pero”, ya te paso a tu madre…
— Espero y escuchó la voz de mi mamá preocupada:
— ¿Hija a donde andas? Me dijiste que ibas a llegar a las once de la mañana y no te veo aquí…
— Yo sé mamá, pero es que me quedé dormida…
— ¿Dormida, a que horas te dormiste?
— A las seis de la mañana, mamá, se fue la hora corriendo.
— Pues… te quiero aquí más tardar a las seis de la tarde, ni un minuto más, ni un minuto menos. ¿Oyó Lei?
— Si mamá, si te escuché, mamá te tengo que colgar… te veo en la tarde, un beso.
— Ok. Cuídate.
Colgué, estaba en la sala, así que me dirigí a la cocina, agregue agua a la cafetera, busque café y lo agregué, apreté el botón y salió el líquido. Me senté en los banquillos de la isla de la cocina, toque la camisa que tenia puesta y olía a John… instintivamente pensé en lo que sucedió en la madrugada. “Guao” me estremezco cuando recuerdo su cuerpo y su miembro erguido ante mi… eso me excita. Salgo de mis pensamientos cuando suena la cafetera avisando que el café está listo.
Me levanto del asiento, cojo una taza, me echo café y lo endulzo. Me lo tomo, “mmm que rico”, siempre me ha encantado el café. Miro alrededor y me entra un hambre, no lo dudo y me pongo a cocinar; pero primero pongo música bajita para no despertar a mi chico.
Me pongo manos a la obra, tostó unos panes de sándwiches, mientras rompo unos huevos y los frito; y al lado también frito unos tocinos, mientras bailó al ritmo de las canciones que salen por los altavoces.
“Si no me gustara la costura, juro que estudiaría chef” pensé.
Me acuerdo de los papeles que metí en ESNE una universidad en Madrid donde se estudia diseño de moda, es una gran oportunidad, “ojala que me acepten”. Me tocaría vivir en la casa de mi abuela de parte de mi padre, adoro a mi abuela Felipa, me encanta que siempre está alegre y es divertida, con ese acento español. La visitaba poco, recuerdo que fui a los 5, 10 y 15 años… y las vacaciones que pasaba allá eran maravillosas y me encanta Madrid… recuerdo a mi prima Kila, una chica muy española, es rubia con ojos azules… perdió a sus padres a los 10 años y desde esa edad vive con mi abuela Felipa… las dos nos queremos como hermanas aunque nos veamos cada cinco años; pero siempre estamos en comunicación por WhatsApp y Facebook.
ESNE (Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología) es una universidad en Madrid, donde si entro estudiaría 4 años de técnico superior en diseño de moda, participaría en las Mercedes Benz  Fashion Week y ese sería un magnífico sueño cumplido, estaría dispuesta a dejar mi vida en Venezuela y vivir en España, si saliera la ocasión. Hace unas semanas envié por correo unos catálogos de mis diseños y más, pero aún no he recibido respuestas…
Salgo de mis pensamientos, cuando me volteo para servir la comida y veo a John, y me sobresalto… “que calladito está, y que susto me ha dado, ¡dios!”.
— ¿Qué haces allí tan calladito ah? — le pregunto apoyándome en la isla de la cocina.
Él me mira y me dice acercándose a mí:
— ¿Sabes que me encantas como bailas?
Me levanta y me coloca en la encimera.
— Vale ¿cuánto tiempo llevas allí, tan calladito como un fantasma ah?
— Lo suficiente— me dice besándome.
— ¿Para qué?— le pregunto
— Para saber qué eres una súper, hermosa y sorprendente mujer— yo me río.
***
Desayunamos con lo que prepare, le digo a Jhon que debo regresar a las seis de la tarde a casa y vemos que son las 3:00 PM. Él me ofrece ir de paseo por el Centro Comercial Sambil y yo acepto encantada. Nos duchamos y nos vestimos entre risas y besos.
Salimos de su casa, ya que él vive en Chacao nos vamos caminando al Sambil… queda algo lejos pero no tanto. Hace un calor horrible, pero el sol ya está bajando. Paseamos por Caracas, hasta que llegamos al centro comercial… paseamos por las tiendas y paramos en una heladería y nos comimos unos helados riquísimos.
Pasamos una linda tarde, hasta que a las cinco nos dirigimos al centro de Caracas donde yo vivo, nos fuimos en metro y llegamos a mi residencia de edificios.
— Bueno, ya hemos llegado cariño — me dice despidiéndose de mi.
— Pasamos una maravillosa tarde ¿Verdad?— le pregunto con una sonrisa.
— Claro que si, más que maravillosa
Sonreímos los dos.
— Adiós, cuídate — le digo y después le doy un beso en los labios.
— Hasta luego.
— Nos vemos en la escuela — le digo caminando hacia la entrada.
Entro en el edificio y por la ventanita de la puerta lo veo irse, sonrió, John es maravilloso. He pensado miles de veces que pasaría con nuestra relación si me fuera a España y creo que se terminaría. Eso no me da tristeza y no sé el por qué, se que lo extrañare pero no me quedaría por él. “¿Tal vez soy muy egoísta?”.
Entro en el ascensor, llegó a mi piso y abro la puerta de mi hogar, luego entro a la cocina:
— Hola mamá — saludo a mi madre, que como siempre está en la cocina, le doy un beso.
— ¿Cómo te fue? ¿Todo bien? — me pregunta.
Se de lo que habla pero solo le respondo:
— Bien, muy bien...
— ¿Solo muy bien? — yo la miró como sí me estuviera preguntando el origen del mundo. — aiss hija, no sé, ¿Fue maravilloso? ¿Dolió? ¿Qué pasó? ¿Lo tiene grande o  pequeño?
— ¡MAMAAAÁ! — la miró como si se volvió loca, por lo que pregunto.
Me mira a la espera de una respuesta “no tengo otra salida”.
— Que si ¿Fue maravilloso? Si. Que ¿si dolió? Un poco. Que ¿Si lo tenía grande o pequeño? Eso no te incumbe — le digo sonriendo por las ocurrencias de mi madre, a mi mamá le cuento todo.
— Claro que si me incumbe, eres mi hija y…
— Pero Lei ¿Dónde estabas? — mi papá me pregunta interrumpiendo a mamá.
— Con John, papá— le digo dándole un beso en la mejilla y abrazándolo. — y tú ¿Qué haces?
— Durmiendo al monstruo de la casa.
El monstruo de la casa es mi hermana Felipa una pequeña de 8 años pero muy preguntona.
— ¿Te dio mucho problema hoy el monstruito?
— Si y mucho, pero me encantó ser la princesa brillantina de hoy.
¡Sonrió como una loca!
— Ok. Ok. La próxima seré yo… mamá, papá me voy al cuarto a dormir, mañana tengo clases— le doy un beso a la mejilla a cada uno.
— ¿No vas a cenar hija?
— No mamá, no tengo hambre. Hasta mañana.
Subo las escaleras, entro en mi habitación, me desnudo; me pongo mi pijama. Me acuesto en la cama y apagó la luz. Y en diez minutos caigo en un profundo sueño.

❤️Siempre serás mí primer amor ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora