— Shhh… silencio, la vamos a despertar— decía una voz por allí… oía sonrisas
Abrí los ojos y vi que eran Ashlys y Lulú. “las locas del año”
— Hola bella durmiente — me saludó una cantadora Ash.
Observé que tenían la misma ropa de anoche, “me imagino que están llegando”.
— Hola, ¿Qué hora es? — les pregunté medio dormida.
— Las 8:35 am — dijo Lulú, mirándose el reloj de la muñeca.
— ¿Tan tarde es? — dije sorprendida de que llegaran a esta hora. — ¿Por qué llegan a esta hora?
— Pues, ¿porque crees? — me dijo Ashlys con una sonrisita.
— ¡¿Se acostaron con ellos?! — dije levantándome de la cama.
— ¡Ay no! Fuimos a bailar la Cumbia Ya Ya — dijo mofándose Lulú.
— De verdad que están locas. Tú suelta sin coleta — dije con tono de burla mirando a Lulú. — y tú… no se qué decir de ti…— dije mirando a Ash.
Después rompimos en carcajadas.
— Oye, Lei ¿Por qué dejaste a Leo más solo que un perro en la calle? — me dijo de repente Ashlys.
— Porque según ella — respondió Lulú por mi, dramatizando con las manos. — “no es una chica de una sola noche”.
Y se rieron.
— ¡Ay ya! Cambien de chip, váyanse a dormir, que yo me voy al comedor y después a la piscina. — dije para cambiar de tema.
***
Las chicas se fueron a dormir, y yo me fui al restaurante; desayuné y ya con mi traje de baño me fui a la piscina. Ésta, estaba vacía ya que eran las nueve de la mañana y todavía dormían algunos huéspedes.
Me senté en una de las sillas, estaba hermosa con mi traje de baño de una sola pieza, de color azul cielo. Vi mi teléfono, tenía llamadas de mi familia así que me apresure a llamar.
Después de hablar con mis padres, me zambullí en la piscina y nade un rato. Cuando estoy nadando siento que alguien me mira, saco la cabeza y me sorprendo cuando veo qué es Leo quién me está observando. Me acerco a la orilla de la piscina, desde allí él se ve alto y dominante con su dura a la par de tierna mirada azulada.
— Hola — lo saludo desde la piscina.
— Hola, ¿dormiste bien? Nadas muy bien por cierto.
— Si, dormí bien y ¿tú? Y nado bien por la natación que práctico desde hace años — respondo.
— Si, si dormí muy bien…. ¿Te molestas si me meto en la piscina? — me dijo con su acento español.
“¿Si me molesta? Si y mucho, pero ¿no sé porque?” Pensé.
— No, no me molesta. — respondí.
Él se quitó la camisa blanca que tenía y me fijé en sus abdominales, “guao, una tableta de chocolate en vivo”. Se tiró en la piscina, salpicándome toda y ahogándome.
Tosí.
— Lo siento, ¿Estás bien? — me dijo acercándose a mí.
Asentí y después que deje de toser dije:
— Si, estoy bien… pero casi me ahogas.
— Lo siento — sonrió. Sonreí.
Nos quedamos en silencio y a mí me inquietaba de cómo me miraba.
— ¿Qué haces tan despierto a esta hora? — pude preguntar.
— Me dormí anoche temprano— me respondió mirándome con mas intensidad.
Yo inquieta no sabía que hacer a si que dije:
— ¿Quieres hacer unos largos? — le pregunté alejándome.
— Si. — dijo acercándose a un extremo de la piscina. — cuando quieras.
Asentí. Me puse en otro extremo y comenzamos a nadar…. Un rato después paramos, estábamos cansados, hablamos y después jugamos a zambullirnos.
***
Una hora después estábamos sentados en las sillas hablando tranquilamente.
— Ya es tarde, tengo que regresar a la habitación, las chicas no saben que salí — mentí. Quería irme, su mirada azulada puesta en mí me ponía nerviosa.
— ¿Te acompaño? — me pregunto.
Asentí. “¿Por qué no?”
Cuando estábamos en el ascensor me pregunto:
— ¿Te apetecería cenar conmigo?
Yo lo miré, me rasque el cuello y dije:
— No. En la noche estoy ocupada, mejor otro día.
— Y… ¿En la tarde? — me pregunto de nuevo.
“Que pesadito” pensé.
— También estoy ocupada. — contesté y después él no hablo más.
Llegamos a la puerta de mi habitación y cuando por fin me iba a despedir, se abrió la puerta y apareció Lulú mirándome y diciendo:
— ¿Creí que nos íbamos a ver haya abajo?
“Rayos”. Miré a Leo y se dio cuenta que yo mentí.
— Yo… — iba a decir pero él me interrumpió.
— No. Tranquila, entiendo — se dio media vuelta y se fue. Dejándome con la palabra en la boca.
— ¿Qué pasó? — me pregunto una desconcertada Lulú.
— ¡No estabas dormida! — le respondí con enfadó, porque el pobre chico se dio cuenta de que le mentí.
— ¿Querían hacerlo aquí?
— Aisss no — dije volteando los ojos y entrando en la habitación.
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❤️Siempre serás mí primer amor ❤️
RomantizmUna chica venezolana llamada Myleila Rojas se muda a España para estudiar diseño de moda y conoce a Leo Jenkis. Un chico que le enseña cosas nuevas en el tema del sexo y en el amor; como siempre pasa en las historias de amor, éstos se enamoran compl...