Llego el 20 de junio, ya estaba lista para irme a la playa, Ashlys con Lulú me busco a mi casa con el carro de su padre e iniciamos el viaje a la Guaira. El viaje fue largo pero divertido, si no estábamos cantando como locas, estábamos hablando como loros.
Llegamos al hotel (Caraballeda Caribe Club), el cual queda cerca de la playa los Ángeles. Es caro pero vale la pena. Nos registramos vía online.
Subimos a nuestra habitación, la cual tenía tres camas por separado. Nos duchamos cada una por turno, después nos pusimos nuestros trajes de baños, yo con uno negro de dos piezas, Lulú con uno completo de rojo y Ashley con uno color lila de dos piezas.
Fuimos a la Playa los Ángeles, una auténtica maravilla, elegimos un lugar donde sentarnos. Yo, como adoro la playa me metí primero que las tres. Y así pasamos un rato maravilloso…
Después de dos horas en la playa, Lulú se estaba bronceando en la arena, yo estaba acostada en una de las sillas playeras y Ashley al lado mío.
— Oye Lei ¿Cuéntame la historia de cómo se conocieron tus padres? Es maravillosa— me dijo Ashley.
— Si. Muy romántica — la siguió Lulú.
Sonrió cuando me acuerdo de la historia de mis padres.
— Chicas, pero ya se las he contado miles de veces…
— Aisss anda no seas floja— me animó Lulú, levantándose de la arena y sentándose en otra silla.
— Vamos, vamos, ¡cuenta! — me apremia Ashley.
— Ok. Ok. Ustedes ganan — les digo y empiezo mi relato— mi mamá, María, tenía 22 años y se fue de vacaciones 3 semanas para España, Madrid; en ese tiempo ella estudiaba contaduría. Mi abuela Carmen, pues claro, pego el grito en el cielo, cuando se fue mi mamá; decía que era una completa locura. — me tomé un respiro — mamá dice que fueron las mejores 3 semanas de su vida, y el mejor día fue cuando conoció a mí papá, Luis, él tenía 22 años y estudiaba derecho. María estaba un día en una librería, observaba un libro, el de “Cien años de Soledad” en una tienda de libros, le habían hablado mucho de ese libro y tal vez se lo iba a comprar; de repente ella escucho una voz detrás que decía: es un libro largo, pero tiene un buen aprendizaje.
Agarré aire y seguí:
— Mi madre se voltio y mirando al hombre que le había hablado, ella le dijo: yo no pide comentarios…
Nos reímos las tres
— Mi padre pues se enojo por esa contestación y siguió su camino, mamá lo vio irse y se dio cuenta que había sido muy descortés con él, así que lo llamo y luego se presentó… y así se conocieron… pasaron el resto de las semanas juntos y llegó el momento de que María volviera a su vida en Venezuela…
¡Ahhhhh! — dijeron al unísono Lulú y Ashley, con gesto triste.
Myleila río, porque siempre que llegaba a esa parte hacían lo mismo.
Seguí con mi relato:
— Bueno, mamá se fue a Venezuela y papá se quedó en España. Paso una semana después y mi madre extrañaba mucho a Luis, a mí padre le pasaba igual. Entonces él decidió, dejar su vida por ella y así lo hizo. Dos años después ya estaban casados y un año más tarde me tuvieron a mí… diez años después tuvieron a Felipa.
— ¡Guao! Qué maravilla de historia— dijo Lulú.
— Si. Autentico amor— dijo con mofa Ashlys.
— Tranquila, un día encontrarás ese amor — le dijo Lei a Ash, en tono de mofa.
— Hablando de España, tal vez encuentres tu príncipe azul ¿No? — dijo Ashlys con mofa, dirigiéndose a Myleila.
— Si, tienes razón, un apuesto y fibroso español, que te ponga como una moto— soltó Lulú.
Y todas rompimos en carcajadas.
— Hablando de apuesto y fibroso, dos hombretones se pasean por la playa— dijo Ash mirando a dos chicos como de unos 20 años.
— Uisss, placer para los ojos — se mofo Lulú.
— Ustedes de verdad que ya se pusieron como unas motos— dije sonriendo.
Y otra vez rompimos en risas y más sonrisas.
***
Después de estar unas horas más en la playa, nos dio hambre, así que fuimos a comer a un restaurante de la playa. Pedimos todas unos platos de patacones, patacones: son plátanos tostados con ensalada de repollo y zanahoria, y salsas.
Comimos como locas.
Al rato pedimos unas malteadas. Andábamos por la playa para dirigirnos a nuestras sillas, hablando, riendo y tomando de nuestras malteadas. Pero de repente un chico tropieza con Ashlys y la embarro toda de malteada.
Vi como Ash miraba al chico que muy arrepentido le pedía perdón limpiándola con unas servilletas, el hombre tenía un acento español. Yo pensaba “aquí se va a armar la tercera guerra mundial”, Ashlys es una chica muy temperamental, no es de la que se queda con las disculpas.
— ¡Se ve que eres un idiota de primera clase! — voceo Ash con todo su enfadó, y quitándole las servilletas al chico se limpio ella misma.
— A ver, a ver… a sido un accidente, tampoco te pongas así — dijo el hombre con acento español, levantando las manos como en señal de paz.
Yo lo que podía hacer era reírme, pero me tapaba la boca para disimular, mientras Lulú miraba al amigo del hombre que peleaba con Ash.
— A claro, un simple accidente— siguió con mofa la embarrada con malteada— ¿sabes cuánto cuesta un traje de baño? ¿Eh? ¿O no ves por dónde caminas? ¿Estás ciego de bola o qué?—dijo la ofendida no tan ofendida con furia en los ojos.
— En primer lugar no sé cuánto cuesta un traje de baño aquí, en segundo estoy caminando en arena, en tercero no estoy ciego de bola… pero si te sirve de algo te puedo invitar una copa— dijo el español con mofa.
“O no, o no, aquí veo sangre”.
— ¿Sabes que? — dijo antes de echarle toda la malteada de Lulú en la cara— estamos a mano, ¡Idiota! Y no tranquilo, ¡NO HACES FALTAS QUE ME INVITES UNA PINCHE COPA, PENDEJO!
Ashlys, suspirando se marchó y dejó al tipo allí, con toda la cara llena de malteada. Nosotras seguimos a la ofendida con risas.
— Creo que le debes a Lulú una malteada— dije con mi tono burlón.
— ¿Sabes que? — dirigiéndose dónde estaba el hombre español dijo a gritos— ¡Y ÉL PENDEJO ESE, ME DEBE UN TRAJE DE BAÑO!
— ¡Ashlys cálmate, por Dios! — dije ya con un tono serio.
— Si… nos estás pasando pena— susurro Lulú.
Ashlys sin responder siguió su camino y regresamos al hotel con una sonrisa de oreja a oreja, menos Ash que tenía una cara de culo. “que exagerada” pensaba yo, pero no dije nada.
ESTÁS LEYENDO
❤️Siempre serás mí primer amor ❤️
Lãng mạnUna chica venezolana llamada Myleila Rojas se muda a España para estudiar diseño de moda y conoce a Leo Jenkis. Un chico que le enseña cosas nuevas en el tema del sexo y en el amor; como siempre pasa en las historias de amor, éstos se enamoran compl...