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Hoy estaba muy contento, y eso era debido a que mi doctor me redujo las dosis de medicamentos y me retiró uno de ellos cuando charlé con él en la tarde, sin dudas me había alegrado el día por completo. Pero aquello no fue lo único causante de mi dicha, hoy por primera vez haría algo fuera de mi rutina, tendría un cena con mi vecino y eso me tenía bastante emocionado, a pesar de que simplemente estuviésemos de balcón a balcón.

Luego de nuestra salida al parque, al regresar me puse manos a la obra, agradeciendo que mi hermano permaneciera encerrado en su habitación y no estuviera de chismoso espiando todo lo que hacía. Aún así, estaba demasiado contento como para ocultarle lo que pasaría.

—Hey, ¿puedo entrar? —llamé a su puerta, pero no le di tiempo de responder y giré la perilla.

Me cubrí los ojos de inmediato a penas lo vi casi sin ropa sentado frente al computador.

—Oye, ¿no conoces la privacidad? —pero a contrario de oírse molesto, se oía burlón.

—John me invitó a cenar... De balcón a balcón. —anuncié, descubriendo mis ojos al oír los característicos sonidos de ese juego que solía jugar en la noche con sus amigos, sintiéndome seguro al saber que no estaba haciendo nada indebido.

—¿Es en serio? Vaya... Que creativo es mi futuro cuñado. —rodé los ojos.

—¿Es necesario que juegues casi desnudo? —cambié de tema, mirándolo feo.

—Claro que sí, me agito demasiado cuando juego y me da calor. —no le creí.

—Está bien. Ahora me iré porque debo encargarme del postre, y te necesitaré para que lo lleves hasta su puerta y recibas mi plato. —cuando vi que iba a protestar, le hice la seña de silencio.— También te daré postre, mañana te traeré el desayuno y no te pediré que me ayudes a limpiar el apartamento si aceptas.

—Trato hecho. —accedió, y sellamos nuestro trato con un apretón de manos.

—Me llevaré esto por el bien de mi salud mental. —dije una última vez, tomando el envase de crema corporal que estaba sobre su escritorio, y salí de su habitación ignorando sus quejas, sintiendo un desagradable escalofrío recorrer mi cuerpo.

Tras hacer eso me dirigí directamente al baño para lavar mis manos, algo que hacía cada vez que sentía que había tocado algo desagradable y no podía evitarlo. Cuando cocinaba debía realizar ese mismo rito, luego de cortar vegetales o cualquier comida lavaba mis manos, y así continuamente.

Me fui a la cocina con los brazos en alto y las mangas hasta mis codos, luciendo como un cirujano cuando se limpiaba antes de entrar a quirófano, y sequé mis manos con un paño, listo para buscar los ingredientes que utilizaría. Busqué en mis muebles donde tenía todo perfectamente ordenado, los condimentos agrupados en un lugar, algunas frituras para mi hermano, harina, pastas, tenía cada cosa en su lugar. Observé con una pequeña sonrisa todo listo sobre la encimera, y me puse un mandil de Hulk que me había regalado Michael, poniendo música en mi celular antes de lavarme las manos otra vez, y comenzar a cocinar.

Cuando estaba en la universidad, había tomado un curso de cocina para intentar quitarle un poco de carga a mi madre en casa, y había sido sin dudas una de las mejores decisiones de mi vida, porque era uno de los requerimientos que la vida pide para vivir sólo si no quería morir de hambre, además lo hago bastante bien y a las personas les gusta.

Mezclé las cosas, batí con los utensilios adecuados, y bailé con disimulo la música de mi celular, estaba tan malditamente ansioso que era inevitable.

Y pensar que detesté a John el primer día que nos conocimos.

Verifiqué todo el tiempo la hora en mi reloj de muñeca, y sonreí victorioso cuando estuvo listo, abriendo el horno frente a mí. Había optado por preparar volcán de chocolate, agradeciendo tener todos los ingredientes en casa, incluidos los moldes, y había preparado un total de seis, sabiendo que los sobrantes se los comería mi hermano. Decidí apagar el horno y dejar que enfriaran un par de minutos, para luego regresarlos adentro para que mantuvieran la caliente temperatura, era un postre que no se comía frío.

don't touch me ; mclennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora