el entierro del sapo

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Angust veía a la distancia a su hijo jugar con los grillos y mariposas de la pradera, esta era una misión de reconocimiento sencilla, no se habían topado con un solo monstruo en todo el camino, su pequeña tropa descansaba y comía, y dejaba pastar a sus caballos en los alrededores, era un día bastante tranquilo.

- mi general. su hijo se está llendo bastante lejos ¿no cree?

- mientras este donde lo pueda ver no es demasiado lejos. Además, tiene que aprender a cuidarse solo - explicó

- ¿no cree que es un poco rudo con su hijo? Solo tiene 5 años, tal vez aún no tenga la edad para...

- no es el único niño en esta misión - le recordó - y se que ese otro niño tiene 8, pero mi hijo habla, camina y lee, y tiene casi la altura que el otro chico. Se que le preocupa su inocencia y su corazón tierno, pero se que algún día mi hijo infundirá respeto y temor, y que usará su corazón bondadoso para pelear por lo que es correcto

- tal vez, es su hijo después de todo. está llamado a la grandeza - comentó el otro soldado destapando su cantimplora para tomar agua

Y mientras ambos hombres platicaban y otros soldados se agregaban a la conversación el pequeño clover se fué persiguiendo una rana de colores curiosos, nunca había visto una rana de colores tan vivos y lindos, era rosa y naranja, y podía jurar que tenía lunares azules.
La rana saltaba y el niño intentaba imitar esos saltos torpemente pero se pusó a correr al ver que no la iba a alcanzar de esa forma.
Corrió y corrió, llegó a una cueva pero eso no lo detuvo, y ya casí iba a tener a la rana entre sus manitas pero la voz de una mujer lo detuvo

- ¡no! ¡es venenosa!

El niño dió un salto y luego volteó al creer que era su madre quién lo había descubierto ahí, claro que en ese momento no se pusó a pensar que su madre en ese momento estaba varios pueblos atrás, seguramente remendando los pantalones de su padre o haciendo esas cosas que hacían las mamás.

En lugar de su madre había un dragón blanco de apariencia intimidante, grande, muy grande, y con espinas rojas entre las escamas y colmillos que facilmente serían más grandes que su cabeza

- señora dragona, ¿me vas a comer? No me comas, sepo muy feo

- ¿sepo?

- si, sepo muy feo, no me comas - le repitió, con mucho miedo.

- yo no como niños - le dijo ella, medio ofendida

- oh... Es verdad, mi papi me lo dijo. Tu solo comes hombres - calló en cuenta el niño

- ¿y por que crees eso?

- mi papi me lo dijo, "los dragones comen hombres, los monstruos matan hombres y se los comen"

- con hombres no se refiere solo a... Bueno, no importa, solo eres un bebé humano - se resigno la gran bestia, acostada entre las rocas

- ¡yo no soy un bebé! Soy un niño grande. Mi papá dijo que parezco un ñiño de 8 años, no, de 20 - se jatco él inflando el pecho, claro que al ver lo que parecía una sonrisa burlona en su contraria le dió pena

- pareces tomarle confianza muy rápido a las criaturas a las que tu padre juro destruir

- tu eres buena porque no me comiste

- sabiendo que eres hijo de Angust debería replantearme el dejarte con vida

- ¿que es repantear?

- replantear. Es... Yo no soy tu madre, no me lo preguntes. Podría secuestrarte y pedir un poco más de territorio a cambio de ti. Tu papá te a de amar mucho ¿no?

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2021 ⏰

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