✔elecciones de 1934 parte 2

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30 de marzo de 1934

Jack tocó a la puerta de la tercera torre del Palacio, una torre inmensa perteneciente a los Ilacam, con decoración ostentosa y presencia imponente como la misma familia.
Abrió una mujer de cabello castaño y ojos oscuros, por la tela vieja de su vestido supo de inmediato que era una de las sirvientas

- Buenos días - saludó el príncipe, con aplomo

- Buenos días príncipe Russell - devolvió el saludo la jóven mujer, con una reverencia - pase por favor

- ¿se encuentra Alceo? - preguntó entonces, parándose en el gran recibidor

- El joven Ilacam se encuentra con la princesa Meredicia en el salón - respondió ella, con la cara gacha, sumisa y servicial, como debian ser las sirvientas.

Jack solo hizo una pequeña reverencia ante la mujer y fue al salón. No era obligatorio ser amable con la servidumbre, de hecho estaba de más decir por favor y gracias pues ellos solo estaban por servir. Pero si fuera tratando de esa manera a la gente ¿en que clase de ser se estaría convirtiendo? Para ser rey se tenía que tener un voto de humildad, y de verdad respetarlo. Aúnque pensaba que eso no solo era cosa del rey.
Él, como príncipe heredero de los Russell ya tenía una responsabilidad para con el pueblo, para servirle y estar para el, no sólo quería usarlo como palabrería de campaña, era algo que en su alma ya había interiorizado, después de todo para eso habían sido criados.

Al llegar al salón la princesa Meredicia estaba con Alceo uniendo un rompecabezas juntos, la mujercita era bastante mayor que el príncipe pero ambos se querían y se respetaban mucho, y su gran amor incondicional se notaba desde lejos.
Claro que un par de jóvenes comprometidos no podían estar a solas pues podría prestarse para malas situaciones, por lo que estaban siendo vigilados desde lejos por uno de los sirvientes.
Jack llegó y a la entrada del salón tocó a la gran puerta antes de entrar, para anunciar su llegada.
Después del colapso que había tenido su amigo ahora se veía mucho mejor, más tranquilo y con su alma en paz, el avancé que había tenido no había sido fácil pero le ponía muy féliz que al fin todo estuviera volviendo a la normalidad.
Aúnque con las elecciones sabía que ya nada sería como antes, tendrían responsabilidades adultas y ya no se podrían dar ciertos lujos como antes de causar líos.

- Buenos días princesa Meredicia - saludó con aplomo

- Buenos días - contestó ella, uniendo dos piezas de una de las flores del rompecabezas, pero volteando a verlo

- Buenos días Jack, ¿cómo va todo?

- bién. Aúnque Ana se robó mi pastelillo a la hora del desayunó pero se veía tan feliz que no se lo pude quitar

- Ana es muy linda, siempre se puede salir con las suyas - respondió con ternura el bisonte, invitando a Jack a tomar asiento a su lado

- aúnque era un pastelillo de crema el que perdí, pero la señora cocinera dijo que en mi cumpleaños me haría un pastel con crema para compensármelo

- pero para eso faltan aún 9 meses

- tendré que esperar con mucha paciencia entonces. ¿pero como terminamos hablando de pastelillos? - pregunto con una risita divertida - mejor cuéntame, ¿como has estado tu? ¿y usted princesa?

- pues me siento mucho más en paz, me está llendo bien con el doctor Ox y la señorita Iswell me deja estar más tiempo con Mere lo que me hace muy feliz

- a mi también me gusta mucho, incluso pudimos desayunar juntos esta mañana, al lado de Alceo cada momento es mucho más dulce - comentó la princesa, dedicándole a su prometido una mirada muy linda y tonturrona, que el correspondió con el mismo dulzor. Jack arqueo una ceja y sonrió ante la escena del par y mejor se puso a buscar piezas del enorme rompecabezas.

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