25 (parte 1)

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Me llaman la desaparecida 👀










































Kyungsoo fue conducido hasta la parte trasera de la casa de sus padres. El pequeño patio estaba de un verde brillante a causa de la temporada de lluvias, además de las plantas con florecillas de colores que adornaban el lugar. En una esquina de este se encontraba un conjunto de sillas y una mesa especiales para el jardín. Su padre tomó la delantera para sacudir un poco los lugares y poderse sentar ahí.

El joven omega era un mar de nervios y preocupación por la reacción que llegara a tener su papá ante lo que le contaría, sin embargo, el señor Do se mostraba demasiado relajado, cosa que ponía más los pelos de punta a Soo.

Tomaron asiento uno frente al otro y después de unos segundos en silencio, el alfa dijo las primeras palabras.

-¿Te he contado cómo nos conocimos tu madre y yo?

-Sí- Asintió el bajito mientras recordaba la pequeña historia- Mi hermano no dejaba de hablar de eso, siempre le pareció demasiado gracioso y curioso que con solo haberle tirado jugo de naranja encima a mamá, ella se haya enamorado de ti.

El padre alfa soltó una pequeña risilla al ver los gestos confundidos de su hijo y al mismo tiempo, a causa de lo mencionado. Proyectó esas imágenes en su cabeza, sintiendo que todo había sucedido hace apenas unos días y no años. Su mirada se torno con amor, ese amor que resalta al recordar gratos momentos de tu pasado.

-Puede que parezca extraño, pero la verdad es que ese momento no fue la primera vez que vi a tu madre-

-¿Qué?- El pequeño omega parecía completamente confundido ante esa nueva información. Estaba por hablar pero su padre se lo impidió.

-Hay algo importante que debo contarte- Le soltó de repente el hombre frente a él. -Ese encuentro entre ella y yo fue solo el momento decisivo para nuestra relación-

Kyungsoo lo miró un tanto perplejo, sin entender del todo a que se refería o más bien ante la nueva versión del encuentro de sus padres. Le dio un pequeño asentimiento para que continuara con su relato.

-Aunque, antes de contarte, necesito saber qué ha pasado entre Chanyeol y tú- Lo miró seriamente, haciendo que el omega ya no quisiera seguir con eso. -Por malas lenguas sé un poco acerca de todo, pero necesito escucharlo de ti y por qué tardaste tanto tiempo en decirnos.

El pelinegro asintió, tomó un gran respiro y dio paso a su propio relato.

Comenzó desde los problemas que tuvo la manada con los Byun, las bajas y las condiciones absurdas que se impusieron, después, mencionó acerca de los cambios en Chanyeol. Con eso, se dio la oportunidad de ser transparente con su progenitor a la hora de decirle cómo se sintió en esos momentos, se dejó ver débil y lloroso, provocando que al señor Do también le doliera.

Dejó su lugar y fue a abrazar, a su ahora, único hijo. Le limpió las lagrimas y cuando logró calmarse un poco, continuo con su historia hasta llegar a la noche en que inició su celo, es decir, hasta hace unos cuantos días.

El alfa, de pelo azabache, acarició la cabeza de su hijo hasta que este se recupero de toda la tormenta de sentimientos que lo abordó, lo hizo sentir en su hogar y le sonrió para tranquilizarlo, al termino de ello, se volvió acomodar en su lugar y continuar con todo.

-Ahora entiendo más cosas-

-P-pero, papá, ¿qué tiene que ver su relación con mi situación? Hasta cierto punto me siento un tonto por no haberles hecho caso-

Nadie más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora