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Dedicado a kyung_smile12. gracias por tus comentarios.

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El alfa estaba un poco desconcertado ante la petición que Soo le había dado, pero la expectativa y la curiosidad pudieron más, por lo que, sin mencionar otra cosa, se pasó a la parte trasera del auto. Rápidamente se acomodó en el medio del asiento, el omega de un brinco se posicionó en el regazo de Chan, dejándolo entre sus piernas.

Soo comenzó a deslizar una de sus manos por el pecho del alfa, sintiendo fuerza y firmeza por debajo de su palma, mientras la otra la dirigió hasta su cuello, acariciando lentamente con sus dedos, tomó algunos mechones de su pelo, disfrutando la suavidad, gozándola, envidiándola. Con un repentino tirón, hizo ladear la cabeza del alfa para obtener acceso a su cuello, deslizando sus labios desde el hombro hasta donde el pulso era notorio, al llegar ahí, lentamente acercó sus dientes y le dió una ligera mordida en ese punto, Chanyeol soltó un pequeño gemido, pero no tiene tiempo de recuperarse porque al mismo tiempo le dió otra sutil mordida, empezando a rozar su erección contra la de él.

Chanyeol, olió el deseo y la lujuria en el auto, todo su cuerpo exasperado requería atención inmediata, deseando más roce, más acercamiento, más Kyungsoo, y ante esos pensamientos, acarició lucidamente las piernas del pelinegro, saboreando el cuerpo torneado, provocándole un mil de cosas, pero cuando intentó acercarse a los glúteos redondos del otro, las manos del omega lo detuvieron, seguro de sí mismo, las sostuvo con fuerza llevándolas por arriba de la cabeza del alfa, provocando que su pecho estuviera sobre el ajeno.

-No seas impaciente, alfa- palabras llenas de una promesa sexual, una la cual no pudo esperar ninguno de los dos.

Sin dejar de frotarse, lo miró a los ojos y a pesar de la poca visibilidad que había a causa de la noche, el alfa le transmitió con la mirada su deseo sexual de ese momento, el pelinegro lo captó a la primera. Por unos segundos se quedó alucinado por el brillo que daban esas pupilas dilatadas, sintiéndose perdido en esos ojos, sintiendo la pasión y el miedo a través de ellos, ya que también había furia desencadenándose, esa sensación era nueva. El sosiego siempre había estado presente, pero mezclado con sensualidad y obscenidad, ahora era diferente, no hay tranquilidad ni paciencia, era puro fuego de desiderátum, algo más carnal y primitivo, algo tan ajeno al Yeol que conocía de siempre.

El castaño rompió el contacto para concentrarse en la boca del omega, sus respiraciones se encontraban tan agitadas que sus labios estaban entreabiertos, el menor pasó su lengua por los labios por mero instinto que hizo a Chan perder control, olvidando todo, hasta la razón solo quedando el anhelo de complacerse y saciar lo caliente que había estado.

Tomó la boca del otro fugaz y pasionalmente, sin dejar que respirara lo suficiente, quería redimirlo, hacer que suplicara, que llorara por él, por un roce que incrementara los deseos carnales escondidos en alguna parte de su mente, para concentrarse en un solo punto: la entrepierna.

El omega realmente estaba disfrutando aquel momento, la sensación de percibir una vehemencia cegadora, anhelando que un orgasmo se presentara de lo más caótico para sumirse sin retorno en una oscuridad con rayos color rojo por el placer de la sensación de tener a su alfa llenándolo por completo.

Los movimientos incrementaron a un nivel obsceno, un nivel en donde la ropa no debería de existir, un lugar el cual nunca debió haber disturbios de asquerosos pactos, solo ellos dos y el deseo sexual que brotaba por el roce de sus cuerpos, a causa de insaciables besos, tan calientes y fogosos.

Chanyeol lo tomó de sorpresa cuando lo movió a un lado de él, dejándolo de rodillas, súbitamente, empezó a empujar su cabeza hacia abajo, en dirección a su miembro, eso dejó un poco consternado a Soo, algo no estaba yendo bien, las cosas no solían ser así, sin darle importancia, ignoró la acción y continúo besándolo o al menos, trató de seguirle el paso. Sin previo aviso, el alfa lo cargo colocándolo a su lado, volviéndolo a tomar por su cabeza para forzarlo a bajar su boca hasta su erección, se quedó a mitad de camino cuando el más bajito se tensó como en protesta para que no lo siga empujando.

Nadie más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora