Nadie más.

25 (parte 2)

Una fría brisa rozó suavemente las mejillas de Sehun. Haciendo que el recorrido de sus lágrimas se secara y no cayeran más, pero no pudo evitar que Sehun pensara en él.

Mientras caminaba fuera de la casa de los Do, sus lágrimas salieron silenciosamente, a diferencia de todo los gritos internos que habían en su cuerpo, más furiosos y desalmados, atorados, intentando salir rápidamente, pero sin éxito alguno.

Solo un segundo sollozo salió de él en cuanto se dió cuenta que no sabía exactamente a dónde iba, había caminado bastante rápido y sin lugar fijo que solo miraba hacia el frente. Hasta llegar a un pequeño parque con juegos en alguna esquina del vecindario. Por el clima, los juegos no estaban llenos de niños, los columpios estaban más alejados y desocupados que ahí decidió ir finalmente.

Se sentía como Superman y la criptonita. Entre más se alejara de aquel lugar, mejor se sentiría.

Aunque era un total iluso. Había pasado meses intentando huir de su pasado y lo que había perdido, pero sin resultados y ahora que estaba enfrentando todo de una forma más cercana y directa: su pecho se oprimía.

Todo esto estaba siendo una verdad injustamente dolorosa. Lo que había enterrado arduamente estaba saliendo como agua de hidrante de incendio.

En ese momento, sin saber muy bien qué hacer con la nueva información en su corazón de alfa, se balanceaba en el columpio como pequeña hoja cayendo de un árbol.

Con la vista en el suelo, los recuerdos bombardeaban su mente sin piedad. Aquel chico del que se había enamorado, su pareja destinada, ya no estaba... Y reencontrarse con la madre de este había sido inesperado y sobre todo: muy duro.

Sehun no había conocido a los papás de Seungsoo de manera oficial ante la súplica de este. Creía que debían estar seguros de su relación y al rubio le parecía una tontería. SENTÍAN LA UNIÓN. ¿Qué más necesitaba el Omega para creer digno a Sehun? Nunca lo entendió.(Aunque Sehun también hacia lo mismo por no presentarlo con su tío y primo.)

A pesar de aquello, el alfa aceptó los términos, sin embargo, la madre de Seungsoo: Yoona, estaba al pendiente de ambos y cubriendo a su hijo mayor para que su esposo no se enterara aún de que esa relación existía.

Llegó a tener alguna conversación con ella por video llamada y solo una vez se encontraron ya que Seung había enfermado el día del cumpleaños de Sehun, y su madre como buena cómplice, accedió a llevar el regalo al alfa.

Fue una conversación un poco corta, pero de mucha ayuda para la madre, ya que pudo comprobar que Sehun era un buen chico para su hijo.

Todo había estado de maravilla hasta aquel día.

Ya de por sí las cosas iban mal porque no encontraba sus calcetines favoritos en la mañana y tener que decir una y mil mentiras y excusas (además de recibir ayuda de Baek, el único que sabía todo ya que a ese mocoso no le podía ocultar muchas cosas) para que los de su clan lo dejarán salir sin saber a dónde iba exactamente.

Una voz dentro de él le decía que no era muy buena idea presentar a Seungsoo hasta que tuviera la marca de él sobre su cuello, tenía cierto miedo de que le hicieran algo por no ser de la manda o alguien que los demás conocieran.

Así que, se escabulló y manejó lejos de ahí, al encuentro de su amado omega. En un punto intermedio para ambos.

El picnic de aquel día había sido una de sus mejores citas con el otro. Muchas risas, caricias, así como besos y toqueteos un tanto descarados, fueron grandes ingredientes para ese pastel llamado "cita con el amor de mi vida".

Nunca creyó que sería la última vez que lo vería.

-Sehun...-

Una suave voz llegó desde su espalda. Podía notarse que estaba angustiada.