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05.

Aquel día Taehyung estaba de muy buen humor. Se había despertado a tiempo, había peinado su cabello con un nuevo acondicionador y amaba el hecho de que el olor entrase por sus fosas nasales y le generara una sensación de realización y satisfacción enorme. En la isla de la cocina, su madre le había hecho compañía mientras cantaba una de esas músicas que tanto les gustaban, preparando el desayuno y ayudándose mutuamente, ambos bailaban al ritmo de la canción.

Hacía un día lluvioso. La alegría de Taehyung por aquello era tanta que había contagiado a su madre también, con un poco de suerte ese día no se peleaba con una persona en plena calle por el Chevy.

Luego de poner los platos y cubiertos en sus respectivos lugares, volvió a su habitación mientras esperaba a que su madre terminara. Eligió su ropa de ese día que consistía en una un suéter beige y unos pantalones de vestir marrón oscuro.

Después de desayunar partieron en el auto rumbo a la universidad, llegaron en poco tiempo debido a las lluvias, pues había poco tránsito ese día.

Tras llegar al estacionamiento, se despidió de su madre y con su mochila al hombro, se encaminó hasta el lugar de encuentro que tenía junto a sus amigos, aunque la grata sorpresa de Jeongguk recargado en su casillero le hizo alentar su camino.

A larga distancia se veía como el chico tatuado iba vestido con un cárdigan azul marino, los típicos pantalones oscuros, botas negras y playera blanca, daba un aire totalmente diferente a lo que normalmente brindaba y aún así, las miradas de las pocas personas en los pasillos no se apartaban de él.

— Hola, Jeon. Bonito cárdigan — Taehyung le sonríe de forma cálida, saludándolo.

Jeongguk se tarda unos segundos en responder, quitándose del casillero ajeno y fijándose en el vestuario del rubio frente a él.

— Taehyung. — le saluda el contrario, sin sonar tajante.

— ¿Sucede algo? — Cuestiona el rubio.

Ve al pelinegro rascarse la nuca más sin mostrar otros síntomas de nerviosismo.

— Nada, te espero para ir a la cafetería.

Taehyung, quién se disponía a sacar los libros de su próxima clase, se había quedado paralizado momentáneamente. Segundos después en los que finalmente se convence de que escuchó lo que creía haber escuchado, mira de forma alarmante al chico.

— ¿Si?. Eso es nuevo. ¿Por qué?.

Lo ve rascarse la nuca nuevamente y sabe que se ha puesto nervioso. A Jeongguk hay que tratarlo con extremada paciencia, aquello lo había descubierto Taehyung desde aquella vez que el chico le había mostrado sus tatuajes.

— No hay un por qué.

Taehyung se lo piensa un momento y analiza a Jeongguk de pies a cabeza por unos segundos.

— Me sorprendes — Suelta sin más, volviendo su atención en sacar y guardar los libros del casillero.

— Vamos, pero no hables tanto.

Taehyung le mira incrédulo.

— Como usted mande, capitán. — Acepta después, dedicándole una sonrisa amplia tras cerrar su casillero, Jeongguk queriendo arrepentirse en el momento en el que escucha el sobrenombre.

Lo ve de reojo y se pregunta que era lo que le hacía tan feliz de la situación, porque no había hecho nada más que, impulsivamente, invitarlo a hacerle compañía.

Rewrite the stars -  taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora