03

35 5 31
                                    

03.

Semanas después, Taehyung camina a la cafetería con aires despreocupados. Jimin y SeokJin aún no han salido de sus aulas, así que esperaría sentado a que lleguen para almorzar juntos.

Jeongguk está siendo perseguido nuevamente por miradas y Taehyung se pregunta si las personas lo ven realmente.

Es decir, cuando miras a una persona, no siempre la estás mirando, sólo estás ahí, observando sus movimientos y más nada. Pero luego existen esas miradas que te desnudan el alma. Taehyung se pregunta si las personas que ven a Jeongguk le desnudan el alma o se la desnudan ellos mismos, así como si el chico fuera un espejo y reflejara hasta los más profundos pensamientos de los contrarios.

Taehyung nunca se ha detenido a ver a las personas de esa forma, mucho menos a ver a Jeongguk. Lo ha visto en los pasillos, ya le queda clarísimo el impacto que tiene el chico en la sociedad estudiantil masculina y ni hablar de la femenina.

Piensa que, si le diera un chance, Taehyung vería cosas muy íntimas. El pelinegro era un chico misterioso, tan callado y distante, al menos eso dejaba entrever.

Podría averiguar quién es realmente, pero qué pereza, piensa.

Jeon entra a la cafetería para almorzar y se sienta los más alejado posible del centro del lugar. Ese día lleva una camiseta negra lisa, unos pantalones lisos del mismo color y sus típicas botas negras.

Taehyung entonces decide acercarse a él, se levanta del asiento y camina en su dirección. Piensa que Jeongguk parece un buen tipo, quizás si lo conociera bien hasta podría ser su amigo.

Se sienta frente a este y lo observa fijamente. Jeon le devuelve la mirada, tenso.

— Veo que no eres de mucho hablar. — Taehyung rompe el hielo, contando en su mente para calmar los nervios que empezaban a florecer, los mismos que le dictaban que caminara hacia otra mesa y dejara al chico lleno de tatuajes segundos después en los que la pesada mirada de Jeon estaba puesta sobre el.

— Correcto.

— Y que no tienes amigos.

Taehyung puede ver como Jeongguk le mira de forma escéptica, casi burlándose de lo que acababa de decir.

— ¿Por qué no tendría amigos?. — cuestiona el pelinegro.

El rubio se encoge de hombros con simpleza.
— Siempre te veo solo.

Y Jeongguk piensa que Taehyung es inusual y que además, es observador, pero irracional.

— Así que me espías. — Murmura, haciéndose el interesante, llevando un bocado de su almuerzo a su boca.

— Quizás. — Y no sabe si la respuesta del rubio le sorprende o le divierte, decide que ambas cosas están bien así que entrecierra los ojos y mantiene sus labios unidos en una pequeña sonrisa.

— Podría demandarte.

Pero Taehyung no puede evitar ser de esa forma, tan atrevido, retador, persuasivo, atrayente. Así que responde, tajante:

— No lo harías. — Recuesta su espalda sobre el asiento y mira a su alrededor. — No paran de mirarte.

El chico frente a él se encoge de hombros.
— ¿Por qué estás aquí?. — Cuestiona, directo.

El contraste que daba junto al rubio dejaba boquiabierto a cualquiera. Él, con sus ropas oscuras y su aura tan imponente, Taehyung con sus vestimentas claras y su personalidad tan cálida. Se veían como algo complementario.

Rewrite the stars -  taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora