09

17 2 9
                                    

09.

Taehyung camina junto a Jeon por el sendero estrecho maltratado. En una pequeña colina que sobresale con las luces llamativa de aquella noche en Seúl, había un único árbol en medio de todo el lugar.

Un árbol de cerezo cuya flores color rosa salmón dibujaba un manto suave y extenso en el suelo. El viento hacía que las mismas se moviesen con lentitud, como si de niebla se tratara.

Ahí, donde la luna completa y perfecta les miraba con sonrisa disimulada junto a las estrellas, ahí donde se apreciaba las calles casi vacías de la ciudad, dos o tres personas caminando con apuros a sus casas, ahí, donde Taehyung le miraba con ojos brillosos esperando una explicación, sentía la tranquilidad gobernar.

Habían llegado hacía diez minutos pero ningunos se atrevía a hablar, no querían romper aquella burbuja de paz, aún cuando no pudiesen, aunque quisiesen, retrasar lo imposible.

Taehyung tenía dudas.
— ¿Este es tu lugar seguro?.

Jeongguk asiente, silencioso.

El rubio, sentando junto al tronco del árbol con las rodillas pegadas a su pecho y sus brazos rodeando sus piernas, da otra mirada panorámica al lugar.

— Es muy bonito.

Jeongguk asiente nuevamente.

La primera vez que descubrió el lugar, fue gracias a Floky.

Era de noche y como de costumbre, daba su paseo en moto, aunque ese día recorría las calles con lentitud, pues quería pensar en lo que quería en su futuro. Las noticias nacionales habían anunciado la llegada de un mal tiempo respecto al clima, una tormenta se acercaba con rapidez y las lluvias llegarían en horas de la madrugada, junto a descargas eléctricas y posiblemente, inundaciones.

Aquello no le asustaba. Pues, tranquilamente seguía paseando en su moto. Se detuvo al inicio del sendero cuando de pronto, alcanzó a escuchar un maullido desesperado a lo lejos, se dijo que quizás podría ayudar.

En la pequeña colina, solitaria y maltratada, Floky lo esperaba encima de un contenedor viejo y abandonado mientras daba vueltas sobre el mismo buscando la manera de bajar. El pelinegro tuvo que hacer malabares porque ni siquiera él podía alcanzar. Al final acercó más la moto con cuidado de no asustar al pequeño gatito, y se subió sobre esta para llegar hasta él. Lo tomó entre sus manos, y aunque recibió un pequeño arañazo -no sabe si de alivio o de miedo- lo envolvió en su chaqueta negra y decidió llevarlo a casa. Un gatito, con aquel clima, no sobreviviría al siguiente día.

Después de aquello, Jeon visitaba la colina a menudo y llevaba al gato consigo para dejarle jugar al aire libre. Una semana después del rescato de Floky, se habían llevado el contenedor. ¿Quién?. No lo sabe. Un día llegó y simplemente no lo encontró. Dos meses después, una pequeña planta crecía en el lugar donde había estado el contenedor. El césped se había vuelto más saludable y el lugar parecía lleno de vida.

Con el tiempo, Floky creció y Jeon dejó de llevarlo consigo, pues se volvió complicado y además se asustaba y le daba arañazos mientras iba en la moto. Seguía visitando el lugar, con menos frecuencia en realidad, solo iba ahí a pensar, pero la pequeña planta resultó ser un gran árbol de cerezo y destacaba entre el denso y extenso césped del lugar.

Y ahí, viendo a Taehyung sentando junto al árbol, siente un retorcijón en el pecho, uno que califica inmediatamente como algo extraño, pero que prefiere dejarlo pasar.

— Es perfecto. — Murmura luego de un rato. Se recarga sobre la moto estacionada, admirando la ciudad bajo sus pies por milésima vez.

— ¿Y bien?. — Cuestiona Taehyung sin querer extender el momento.

Rewrite the stars -  taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora