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El día transcurre de forma lenta. La ansiedad se apodera de la mente de Jeon y decide alojarse ahí por un largo tiempo, en el desierto de su memoria elige tomar el sol mientras finge leer el periódico que ha salido de la nada y que está lleno de reseñas sobre posibles escenarios frustrantes para el chico de cabellos negros.

El no saber qué le espera justamente ese día, no le deja ser, no le deja pensar; le preocupa. Intenta actuar indiferente, pero mira a Taehyung sentado frente a él, comiendo su almuerzo en un silencio casi sepulcral y con tanta tranquilidad, que realmente le inquieta, le preocupa.

Si, le preocupa.

Taehyung toma un bocado de su almuerzo y lo lleva a su boca, mastica mientras recorre el lugar con su mirada. Sus ojos vagando por todos los lados visibles posibles, menos en el cuerpo del chico sentado frente a él, y es que realmente no sabe como actuar, no quiere incomodar, sólo quiere estar. Lo cual le hace cuestionarse duramente su comportamiento, porque aunque quiera creer que no, él es capaz de reconocer que a veces y sólo a veces, puede llegar a ser un tanto inaguantable. Tanto así como se lo habían hecho sentir varias veces, recuerdos asegurados bajo llave en un rincón de su memoria y pasado.

Por el rabillo del ojo puede ver a SeokJin y Jimin acercarse y sentarse ambos a sus costados. Agradece al cielo, pues así alguien más se animaría a hablar y aquella mesa, ese 1 de septiembre, no parecería la hora de entierro en un funeral.

Oh bueno, al menos eso pensó.

Se equivocó.

Jimin se dispone a desempaquetar su almuerzo en silencio y cabizbajo, SeokJin le imita, pero con los labios fruncido. Se percatan del ambiente extraño y deciden no abrir la boca al menos que sea para ingerir sus alimentos. Ambos temen que las cosas puedan tomar un mal rumbo, específicamente ese día, y más con la increíble realidad de un Taehyung completamente en silencio.

Yoongi entra a la escena con aires despreocupados, quien con sonrisa genuinamente feliz, se sienta al lado del pelinegro con toda la confianza que nunca le fue dada. Los escanea a todos con la mirada antes de abrir la boca.

— ¿Se ha muerto alguien?.— Cuestiona.

De repente, tiene cuatros pares de ojos puestos en él y no puede evitar, con aquello, que su sonrisa se ensanche mucho más.

Wao. Piensa. ¿Así se siente ser Jeongguk?.

— No. — Taehyung le responde obvio luego de soltar un suspiro. Posa sus ojos en Jeongguk un momento y analiza sus iris como si estos le mostrasen lo que sucede en la mente del pelinegro. El contrario le devuelve la más famosa de sus miradas, la inexpresiva; y el rubio se siente nervioso luego de analizar lo que diría más adelante, porque si algo quiere evitar a toda costa, es justamente presionar a Jeongguk.

Siempre nos han dicho que es bueno que llegue alguien a nuestras vidas que nos haga sobresalir, alguien desbordante y eufórico; alguien que nos motive a salir de nuestra zona de confort. Pero ¿Cuán peligroso es la idea de abandonar la comodidad por algo incierto, en todos y cada uno de los sentidos?.

Arriesgar es una de las palabras favoritas de Kim Taehyung. Le gusta dar sin exigir y sobre todo, sin que le exijan, aún cuando tiene en claro que generalmente merece mucho más de lo que recibe. Sabe que el miedo no desaparece, pero busca la forma de utilizarlo a su favor, lo cuál, casi siempre logra. Le gusta entregarse en cuerpo y alma aún así sospeche de la idea de no ser correspondido de la misma manera y aquello, a veces, le pueda desilusionar. Pero aún así, le gusta dar lo que tiene y lo que tiene es a sí mismo, completo. Sin importar qué ni a quién porque es de esa forma en la que él elige ser.

Y es consciente también, de que las personas no son ni piensan como él. Hay algunos, como el pelinegro frente a él, que aunque no lo diga en voz alta, deja entrever, de vez en cuando, que le da pánico salir de su zona de confort. Que le asusta la idea de perder o ceder el control. Que le atemoriza bastante estar dentro de un terreno desconocido. Y Taehyung puede entenderle perfectamente sin necesidad de tener que pasar por ello, es por eso que se ha propuesto ser más cauteloso y condescendiente con el chico de los tatuajes, aún cuando su deseo ese día es sólo que Jeongguk la pasase realmente bien.

— ¿Quieres que hagamos algo hoy?.

Jeon le dedica una mirada que nadie en la mesa es capaz de descifrar. No saben si está sorprendido, incrédulo o atemorizado, pero lo que si saben, es que aquella mirada hace que todos les presten más atención de la que ya tenía. Uno observa sus labios masticando con suavidad su comida, otro se fija en su respiración, otro en sus manos, su cabello.

Taehyung se aclara la garganta minutitos después, al no recibir respuesta alguna.
— ¿Y bien?.

Jeon se lo piensa y los demás son pacientes al respecto. Lo cierto es que le habían planeado una mini sorpresa pero luego de Yoongi informar, tras su encuentro con el pelinegro en la mañana, sobre el humor del mismo, decidieron declinar la idea de fiestas o celebraciones en grande. Igual a Jeongguk no les iban. Se le notaba. Todos lo sabían. Pero esperaban algo diferente.

Esperaba algo diferente.

Era importante aprender a respetar el espacio de las personas, había dicho Taehyung en ese entonces. Ahora los demás recordaban esas palabras mientras observaban a un Jeon en silencio, cada uno rogando a sus adentro encontrar la forma de hacer que el pelinegro sea más expresivo en cuanto a sus emociones y pensamientos.

— Pudiera. — Dice, sin más.

Taehyung suspira aliviado.

— Sería un plan simple, si quisieras. — Le informa.

Jeongguk asiente, estirando la esquina derecha de sus labios.
— Acepto.

El rubio le sonríe de forma sincera y continua con su almuerzo, ignorando el hecho de que los demás en la mesa se habían alborotado sin razón alguna, o quizás, realmente con más de una.

Para ambos se siente como si estuviesen observando una película con bastante suspenso. Sus corazones no dejan de latir rápido dentro de sus pechos.

¿La razón? No lo tienen claro.

Pero Jeon oculta sus manos temblorosas bajo la mesa y Taehyung aprieta sus piernas en un intento de calmar sus inexplicables e injustificables nervios.

Pero Jeon oculta sus manos temblorosas bajo la mesa y Taehyung aprieta sus piernas en un intento de calmar sus inexplicables e injustificables nervios

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