Prefacio.

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En Seúl el clima solía variar demasiado de un momento a otro, pasando de estar lluvioso a cálido y soleado en cuestión de minutos, eso definitivamente no era un problema para las personas que estaban acostumbradas a aquello, aunque siempre había uno...

Las personas de la ciudad solían ser amable pero distantes, te veían desde lejos y si eras observador podías darte cuenta de que te juzgaban silenciosamente con sus miradas poco disimuladas.

Él siempre estuvo acostumbrado a atraer a las personas con su forma de ser aun y no supiera el por qué. Preguntas y más preguntas llenaban su cabeza. ¿Era su sonrisa rectangular? ¿O quizás su belleza física? ¿Quizás su forma de hablar o su manera de actuar?. Realmente nunca lo supo, no entablaba relaciones más allá de la superficialidad con los demás.

En la escuela solía ser llamativo. Es decir, parecía ser que transmitía un sentimiento cálido. Quizás confianza, quizás paz. Era popular aún si no se esforzaba en serlo. La gente simplemente lo quería sólo porque si y eso era algo bastante cuestionable, salvo que él no quería a nadie...

A Taehyung le encanta la lluvia. Siente que no hay días dónde se sienta más cómodos que esos. Ver el agua cayendo, golpeando el asfalto y creando círculos pequeños de agua, el olor a tierra mojada, las gotas resbalando en los cristales de las ventanas.

Le gustaba sentir la perfecta brisa fría y fresca indicándole que debe hacerse un té de manzanilla y envolverse en tres mantas para mantener su cuerpo caliente. Taehyung piensa que la mejor manera de disfrutar ese clima, es durmiendo o viendo una de sus películas favoritas, solo, sin compañías.

Siente que después de cada llovizna, las flores lucen más coloridas, las calles están más limpias, los lugares se ven más nítidos. Siente que mientras llueve, las personas se vuelven más sentimentales y dejan caer los muros. Bajan las máscaras.

La gente suele asociar la lluvia con cosas tristes y apagadas, sólo porque el cielo se oscurece un poco. Que tontos, piensa, pues el sol sigue brillando en lo alto.

Siempre le pareció ilógico aquello, las lluvias eran perfectas para sanar, para curar, para renacer.

Cualquier persona que lo viera, diría "Oye, este clima es todo lo contrario a ti" por supuesto, el actuaría como si fuese un halago y daría sonrisas relucientes aunque quisiese gritar a los cuatros vientos que en realidad, la lluvia lo definía bastante.

Taehyung y Kaeby acababan de mudarse a Seúl por cuestiones de trabajo. Al principio la idea le pareció horrible, tener que dejar historias atrás era algo complicado, pero más después, lo vió como una oportunidad para salir de su zona de confort.

El vecindario dónde eligieron mudarse era poco habitado, es decir, las casas eran grandes y estaban considerablemente alejadas entre si pero no resultaba ser un problema para él y suponía, que tampoco para los demás.

Tras pasar los días, fue conociendo poco a poco la ciudad. Su madre se encargaba de llevarlo a visitar lugares en su Chevy Camaro rojo.

El primer día de clases en la universidad fue algo nuevo, estaba nervioso, pero sabía que las cosas iban a salir bien. Apenas se desmontaba del auto rojo, le saludó un chico con un nombre extraño que no recuerda pero que le cayó bien. Le devolvió la sonrisa a algunas chicas y camino detrás de su madre. Sus tacones rojos sonando a la par que el típico bullicio del primer día en los pasillos.

Taehyung sospecha que ese día no será complicado, así que, como alguien nuevo, se dirige al directorio en busca de su horario.

Recibir química a primera hora de la mañana, el primer día de clases era poseer poca suerte, pero Taehyung hace magia.

Iba demasiado temprano, pensó, cuando al ingresar al salón, se encontró con el profesor Kang acomodando algunas mesas. Charló un rato con él, el cuál le platicaba sobre cómo era el ambiente en Greenwich para una mejor adaptación.

Las personas solían ser amables con él, generalmente le daban un tipo de respeto admirable en cuanto lo veían, y es que, él estaba casi seguro del efecto que tenía en los demás, pero ¿Realmente era tan así?.

— Y ¿Qué tal, Kim? ¿Te ha gustado lo que has visto hasta ahora?.

— Las personas parecen amables.

— Lo son, en su mayoría.

Taehyung asiente, sin agregar nada más.

Kang se aleja y busca la lista de alumnos. La repasa y luego se retira del aula informando que va a por un café.

Minutos después, un chico corpulento de piel clara con tatuajes y vestimenta de puro maton en los 90, entra al salón.

— Hola — Taehyung le saluda, más por educación.

El chico no se inmuta, pero camina al final del salón.

— El profesor Kang ha ido por un café, hasta ahora no ha llegado nadie más. — indica Taehyung. Al menos ya no esperaría a que el salón se llenara solo.

El otro se queda en silencio, detallándolo con la mirada, tal y como, había percibido Taehyung, lo habían hecho otras personas en los pasillos.

— Soy Kim Taehyung — Se presenta segundos después cuando el aire se carga de un silencio que amenazaba con ser incómodo.

Ve al chico pensar su respuesta.

— Jeon Jeongguk.

Y Taehyung esperaba una voz grave, tosca, autoritaria, demandante, sin embargo, se encontró con una voz suave, muy ligeramente ronca.

Le encantó.

— Un gusto, Jeongguk. — le sonríe y vuelve a su posición inicial, oficialmente el año acababa de iniciar y él estaba listo para recibirlo.

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Rewrite the stars -  taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora