Estos últimos tres años, mi vida ha sido una completa montaña rusa. Antes de estos años, estaba escribiendo una historia donde yo, no era la protagonista. Solamente un personaje secundario. Una figura que creía que llorar estaba mal, equivocarse es de tontos, sacar malas notas de estúpidos y querer a alguien más un débil. Tener "amigos" solamente que sean como yo. Según decían: Dime con quién andas y te diré quien eres. Era la frase más célebre para usar.
Lo mejor de todo esto era que yo sola me creaba mis momentos felices. No dependía de nadie. Aprendí que nadie iba a estar junto a mí,era solo yo contra el mundo. Porque así me hicieron creer. El mundo es tan cruel y si sales de estos límites te hará daño, me decían. Casi nunca hacía caso. Mi especialidad era desobedecer y sí, fuí un dolor de cabeza muchas veces, pero las experiencias lo valían. Una curiosa que quería saber como funcionaban las cosas que le rodeaban. Maravillada por el simple hecho de por qué el cielo es azul. Y que tan bonito eran los atardeceres. La vida, en general.
En esos momentos sabía lo que era y que con el tiempo iría definiendo lo que quería ser. Más mi mundo se fue apagando... Se acabaron los helados de chocolate después de la escuela, se acabaron las oportunidades de preguntar, no podía hacer una pregunta porque resultaban pesadas y confusas, no hables es una falta de respeto, no me gusta tu actitud. Todas estas frases tenían algo en común: el NO por delante y una muestra de desaprobación siempre.
Así que fui perdiendo mi personalidad, me fuí perdiendo. Ya no era yo contra el mundo, era... ¿Quién era? Una marioneta.
Pero a la vez, me siento agradecida por todas estas experiencias. Claro, no me gustaría que nadie pasara por esto. Nadie lo merece. Sin embargo de esto he aprendido. No estoy agradecida por la forma en que me enseñaron sino de la manera que afronté todo eso. Ahora me lo creo: soy fuerte. Llorar no es de débiles, sacar una mala nota no te define, equivocarse es parte del aprendizaje. No eres perfecto. Querer puede ser el sentimiento más puro que puede existir. Y que la comunicación y tener ayuda de vez en cuando, te hace llevar la mochila un poco más ligera.
Todo lo antes mencionado, lo he ido aprendiendo en estos tres años. Este tiempo que me he ido conociendo otra vez. También cambiando de perspectiva, claro está. A hacerme escuchar. Hacer amigos que están en las buenas y las malas. Amistades que jamás te planteaste tener y ahora te llenan. Estoy tan agradecida a My Always y Darling-Honey. Estoy tan feliz de haber conocido a Azucarillo. Mis padres, psicológa, amigos en general. Dejadme decirles que cambiaré mi: quiero morir a un quiero vivir porque tengo que hacer esto... Y poder darme otra oportunidad porque me la merezco.
Estoy feli