No sabían que se necesitaban de esa manera hasta que, sus bocas se volvieron a unir. El juego de mesa pasó a segundo plano. Necesitaban amarse y no dudaron en hacerlo.
Le quería y le amaba. Parece ser que ese dos sentimientos o más se correspondían. Y cómo no hacerlo, si él la tenía en cuerpo, alma y corazón.