Blair es una cantante con el corazón roto y su compañero de piso está dispuesto a repararlo.
♪♪♪
Blair Allen es sinónimo de mala suerte. No pega ni una bien en la vida, en especial en el amor.
Blake Wealler vive siguiendo las normas y es un fiel cr...
N/A: Les recomiendo escuchar la canción cuando sea el momento. Y por supuesto, debía incluirla en la historia. Disfruten del capítulo ;)
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Mi turno al fin ha terminado y ahora puedo ir a casa a ver mi serie favorita mientras como un litro de helado, acompañada de Boggo. Blake no porque estará encerrado en su habitación tocando la guitarra como hace todas las noches después de cenar. Él no es fan de How I Met Your Mother, lo cual considero un sacrilegio porque es incluso mejor que Friends, pero bueno, él se lo pierde. Aunque no me quejo del resto del tiempo que compartimos juntos, resuelta en extremo agradable.
Después de hoy merezco un largo descanso. En especial porque mis amigas no han parado de molestarme desde que les conté sobre mi compañero. No todos los detalles, pero sí los suficientes para que ahora tengan ganas de conocerle. Debí quedarme callada.
—Por favor, Blair —suplica Holliday, pegándose a mí—. Quiero conocerlo.
—Queremos —añade Giselle con una sonrisa pícara.
No, por favor.
—Chicas, ya les dije que no. —Acomodo el bolso de tela en mi hombro, para luego voltearme hacia ellas—. Apenas nos conocemos, sería extraño presentarles.
Holliday bufa.
—¿Y eso qué? No es como si fuéramos a pedirle matrimonio. Solo quiero conocer al chico con el que se acuesta mi amiga.
Casi me atraganto con mi saliva.
—¡No me acuesto con Blake! —reclamo, molesta.
—Pero quisieras. —Guiña, divertida.
Ruedo los ojos.
Ya deseché esa idea, ahora solo pienso en ser amigos.Cosa que no le diré a este par de lunáticas.
—Solo somos compañeros de piso, ¿de acuerdo?
Me dirijo hasta la puerta de empleados para salir a la calle trasera. Mis amigas continúan insistiendo.
—Será una salida de amigos, nada más —expresa Giselle—. Prometo no hacer preguntas incómodas.
Volteamos a ver a Holly.
—¿Qué? —Rueda los ojos—. Me comportaré decente, ¿contentas?
Suspiro, cansada.
—Le preguntaré, pero no esperen una respuesta afirmativa.
—Me basta con saber que le preguntarás. —Sonríe, Giselle.
Nos despedimos y yo voy directo a la parada del autobús para regresar a casa.
Hubiera sido mejor que no se los comentará. Ahora les he dado material para que me fastidien en el trabajo, y por más que quiera librarme, sé que no podré. Nos vemos a diario y pasar de ellas será difícil.
