Blair es una cantante con el corazón roto y su compañero de piso está dispuesto a repararlo.
♪♪♪
Blair Allen es sinónimo de mala suerte. No pega ni una bien en la vida, en especial en el amor.
Blake Wealler vive siguiendo las normas y es un fiel cr...
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Cuando Holliday dijo que me ayudaría con mi vestuario, no pensé que fuera en serio. Ahora estamos visitando la tercera tienda de ropa y ya no puedo seguir. Una tienda más y huiré de ella.
—Ten, pruébate este. —Me extiende un traje aterciopelado de color turquesa.
—No, gracias. —Se lo devuelvo—. No es de mi estilo.
—Pero si no tienes estilo. —Bufa, rodando los ojos—. Bien, seguiré buscando.
—Iré a ver por allá.
Me doy la vuelta para alejarme de ella. Se suponía que Blair vendría con nosotros, pero Carol movió su clase del viernes para hoy, así que mañana vendrá con sus amigas para escoger su vestido.
Estamos a una semana de la primera gala y ambos estamos más que nerviosos. Los ensayos son exhaustivos, sin mencionar nuestros trabajos de medio tiempo. Por suerte pasé la entrevista y ahora trabajo como mesero junto a Blair en Italian House. Es divertido estar los cuatros juntos, pese a que pasamos ocupados la mayoría del tiempo y tenemos un jefe amargado, eso no descarta las bromas de entre medio. Trabajar allí me da tiempo para ir a mis ensayos y practicar en casa por las noches.
Aunque también me da tiempo para estar con Blair.
Suspiro, abatido, dejándome caer sobre un diván mientras observo a mi alrededor. Tengo suficiente con la gala de la próxima semana para que ahora venga Blair a volverme loco. He llevado demasiado bien el hecho de que estuve a punto de besarla.
No lo negaré como un cobarde, pero tampoco me enorgullece admitirlo. Blair es mi amiga, ¿qué pensará si de pronto la beso? De seguro creerá que busco aprovecharme de ella y me echará directo a la calle.
Desde ese día estoy maldito. Cada vez que estoy con Blair ocurre un incidente que nos deja en vergüenza, justo como el del otro día en la lavandería del edificio. De verdad que no fue intencional, es solo que estábamos demasiados cansados y nos confundimos de secadora. Así fue como de un momento a otro, yo sostenía las bragas de Blair mientras que ella se cubría el rostro con las manos.
Vaya suerte que ya me pasó lo mismo dos veces. Al menos esta vez no tenían su nombre bordado.
Retiro ese pensamiento de mi cabeza y enfoco mi atención en Holliday y los cuatros trajes que ha elegido para mí. Será una tarde larga.
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—Eso es todo por hoy, Blake. —Me da una palmada en la espalda.
—Gracias por la clase, Patrick.
—No olvides repasar los ejercicios vocales en casa —me recuerda antes de salir juntos por la puerta.
