ESCLAVO |-inotan-|

CELOS♥️👑

<<Ahora estoy listo>>

Y esta vez fue Tanjirou el que corrió a los brazos del peliazul, buscando un encuentro.
Mimos.
Y amor.

Fue tanto el impulso que Inosuke para no caer se recargo en el escritorio mientras el pelirrojo lo abrazaba y ponía sus piernas en las caderas del contrario, el "rey" estaba confundido, por su puesto que le seguía gustando Tanjirou, pero esta no era la manera.

El menor tomó la iniciativa, en otras circunstancias el peliazul se hubiera visto conmovido y muy emocionado pero esta vez no.

Tanjirou con todas las ganas de universo se acercó a sus labios, comenzó el beso incluso antes de haber tocado su boca, ya que el ambiente era muy excitante y íntimo, se tomó el tiempo para recorrer con la mirada sus hermosas facciones para finalmente posar la vista en sus labios.

Se acercó, inclusive tenía los ojos cerrados pero algo lo interrumpió.

Unas manos.

Las de Inosuke.

Lo había rechazado.

Amablemente pero le rechazó, el pelirrojo al darse cuenta de esta acción se sintió mal, y sobre todo avergonzado.

_y-yo_ el menor quería hablar pero no podía articular palabra alguna, la vergüenza y el malestar eran evidentes_

_Esta bien, te e descuidado lo siento, pero lo que sucede e-_

MAJESTAD, CON SU PERMISO.

Ambos hombres voltearon la mirada a las puertas de la habitación, que se abrían poco a poco... dejando ver a 2 personas.

Ahora Tanjirou entendía.

Las 2 personas que ingresaron eran importantes, el primero era un sirviente, uno que el pelirrojo ya había visto antes, y la segunda persona, que estaba preparada con joyas, un ropaje divino, su piel resplandecía y se alcanzaba a oler el perfume tan fino que exhalaba....
Era Zenitsu.

Lo había mandado a llamar.

Era la noche de Zenitsu, Inosuke lo había pedido ver...así que Tanjirou se sentía doblemente humillado, de alguna manera fue egoísta al no pensar que quizá le tocaba a otra persona y definitivamente fue muy impulsivo.

Zenitsu no se veía enojado, al contrario se veía como una persona muy serena y comprensiva, sin decir palabra alguna él mismo fue quien tomó de la mano a Tanjirou y lo sacó de la habitación, no violentamente solo como un buen maestro corrige el error de un alumno, el sirviente de Zenitsu también salió con él, ya afuera, el rubio solo sonrió y cerró la puerta.

El sirviente personal entendió y acompañó a Tanjirou a su habitación, le ayudó a lavarse el rostro y cambiarse a su camisón, incluso lo arropó y se fue.

Mierda.

Definitivamente Tanjirou no iba a poder dormir esa noche, y había que agradecer que Zenitsu fue comprensivo y ameno, de otra manera podrían haber habido gritos y un gran escándalo, el pelirrojo temía que Inosuke se enojara con él, también temía perder su amistad con rubio que fue el único que lo apoyó en su estadía.

Enrollado es sus sábanas de algodón, el menor no paraba de pensar en lo que hizo, que ahora analizándolo fue muy estúpido.

¿Llegar a la habitación de su rey después de 3 meses de jamás haber cruzado palabra, ahora que tiene un harem?

No era el plan más acertado.

Entre todos estos pensamientos se quedó dormido.

TOC TOC