7. Ciencias Naturales

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Dos veces en una misma noche, el sonido de cristales rotos hizo saltar a Kyle. La afirmación de Leslie, de que no le era muy difícil encontrarle, era tan clara como la botella verde de cerveza con un trapo ardiente de queroseno que habían lanzado. El objeto rodó sobre la alfombra de la casa de Eric, encendiendo las cortinas en un estallido de calor.

Ambos reporteros se pusieron en pie de un salto.

— A la cocina. — ordenó Eric, quizás entendiendo que no debían salir por la puerta principal. Nunca se sabe lo que podría estar esperándoles ahí fuera.

Kyle cogió la Biblia y el bloc de notas antes de que Eric lo sujetara de la muñeca y tirara de él hacia la salida. Con el teléfono en la mano, marcó el "911" mientras Cartman abría la puerta corredera de cristal de la cocina. Al oír unos chirridos de neumáticos, dio unos cuantos saltos, moviendo su cabeza castaña, tratando de vislumbrar la calle.

La avenida estaba ahora vacía.

— ¡Maldita sea! — gritó Eric, corriendo de nuevo hacia la casa adosada.

En el gélido aire nocturno, Kyle apenas tuvo tiempo decir: "¿Dónde...?", antes de que Eric pasara por su lado como un ciclón, desapareciendo en el interior de su hogar.

Atendiendo a la operadora, el pelirrojo esperó a Eric. El corazón le latía con fuerza; cada segundo era una cuenta atrás. Finalmente el ex periodista del New York Post salió, llevando un maletín de cuero negro para el portátil. Puede que también hubiese guardado algunos pequeños enseres, pero no ofreció esa información mientras se acercaba a Kyle.

Kyle colgó el teléfono.

— Los bomberos vienen de camino.

Juntos avisaron a los vecinos, pero el sonido de las sirenas llegó más rápido de lo que pensaban. En pocos minutos, dos camiones de bomberos y la policía inundaron la calle con luces intermitentes, mangueras y preguntas.

Eric tenía tan poco muebles en la habitación que el fuego parecía haberse limitado a la ventana y a la pared frontal, y, sin embargo, no se les permitió a los dos reporteros volver a entrar. Los bomberos instaron a todos a desplazarse al otro lado de la calle, y enviaron a uno de los suyos a precintar la zona.

Los dos se quedaron quietos, como soldaditos de juguete; cada uno sumergido en sus propios pensamientos.

— Te recuerdo que lo de permanecer juntos fue idea tuya. — murmuró Kyle.

El otro asintió, mirando hacia el frente:

— En cierto modo, ha sido satisfactorio. Ahora sé que voy por el buen camino. — acarició el costado del maletín mientras hablaba.

El tono de Eric carecía de sentimiento, pero no hizo que Kyle se sintiera mejor. Se debatía consigo mismo si disculparse por lo ocurrido.

— Antes de colgar, Leslie me advirtió de que...

Un hombre con gabardina parecía observar con curiosidad a Eric. No parecía tener prisa cuando se acercó, pero sus ojos oscuros eran intensos; su expresión casi los desafiaba a moverse antes de ponerse a su lado. Kyle se guardó el resto de su conversación telefónica para sí mismo, reacio a ser escuchado por el recién llegado.

Eric le dedicó una sonrisa arrogante al "conocido":

— Oh, detective Stoley. ¿Con que por el vecindario, eh?

Asintiendo con la cabeza hacia la humeante casa adosada, el policía dijo:

— Veo que ha estado ocupado haciendo amigos, señor Cartman.

El Crimen Perfecto (Kyman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora