El Crimen Perfecto (Kyman)

5. Física

"BANG"

Por reflejo, Eric se puso de cuclillas para protegerse. Agarrando el brazo de Kyle, lo arrastró hacia abajo con él, presionando su cuerpo contra la puerta trasera del coche de al lado. Giró la cabeza y sus ojos escudriñaron el garaje poco iluminado, buscando el origen del disparo.

Se escuchó un motor arrancar de repente, y un coche pasó a toda velocidad con un destello azul. Eric pensó que podría ser un Audi, pero no iba a levantar la cabeza por encima del capó de su coche para asegurarse.

"BANG"

Otro disparo. Esta vez dio en el blanco, destrozando una ventana del coche de Eric. Cubriéndose la cabeza, Kyle sintió que la lluvia de cristales les salpicaba; un grito ahogado procedente de sus brazos enredados reveló su miedo. El chirrido de los neumáticos se produjo cuando el vehículo se alejó rápidamente por la rampa de salida. El eco fue espeluznante, tras el silencio que le siguió.

Eric no pudo evitar que una palabrota  se escapara de sus labios.

— Entra. — ordenó, poniéndose de pie y tirando de Kyle con él.

Kyle jadeó, con la cara pálida y los ojos muy abiertos.

— ¿Qué quieres que te diga? No creo que debamos...

— ¡Qué entres! — dijo Eric, ya subiendo al asiento del conductor. — O te dejo aquí.

Tras una decisión tomada en una fracción de segundo, Kyle corrió alrededor de la parte trasera del coche y abrió la puerta del copiloto. Antes de que se abrochara el cinturón de seguridad, Eric ya tenía al Alfa Romeo en marcha, conduciendo hacia delante para salir del aparcamiento.

El otro coche ya estaba al final de la rampa. En lugar de pasar a toda velocidad por la puerta del cajero, el tirador se había detenido, obviamente, para pagar el ticket del parking y salir sin hacer ruido.

— Tío listo. — murmuró Eric, acelerando el coche mientras acortaba la distancia entre ellos.

El Audi azul pasó por debajo de la barrera de tráfico que se levantaba, con Eric justo en su parachoques. Casi como si fueran una sola unidad, ambos coches giraron a la derecha, hacia la calle del centro. El conductor de delante se dio cuenta del vehículo de atrás y reaccionó cambiando de carril.

— ¿Los reconoces? — preguntó Eric. Pudo distinguir las formas sombreadas del conductor y su acompañante; ambos eran hombres. La vista no se le hizo más clara cuando intentó ponerse de lado.

Kyle negó con la cabeza:

— No.

El otro coche consiguió mantenerse por delante, girando a la izquierda. Eric dio un volantazo, saltándose un semáforo en ámbar en el cruce.

El tráfico en el distrito comercial era intenso. Eric parecía saber bien lo que estaba haciendo, pero el agarre de Kyle en la puerta delantera y su respiración entrecortada delataban sus nervios.

El coche azul volvió a entrar en su carril y luego giró a la derecha. Cartman ni se molestó en señalizar su desplazamiento mientras lo seguía.

— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Kyle.

— Un desgraciado me acaba de disparar. — le recordó Eric con falsa calma. — Quiero averiguar el por qué. Y ya de paso, partirle las piernas por reventar una de las ventanas de mi querido coche.

— No te han disparado a ti, sino a esto. 

Kyle recogió la postal del lugar dónde había caído y la agitó hacia el castaño.