11. Ética

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- Bienvenido de vuelta, señor Cartman.

El edificio en el que vivía Eric estaba muy lejos de los apartamentos de East Harlem. Situado en la Quinta Avenida, el exterior de la construcción estaba recubierto de estuco, en un agradable tono melocotón, y un portero uniformado que reconocía y llamaba al periodista por su nombre.

- ¿Qué has hecho? - preguntó Kyle mientras atravesaban la puerta principal. - ¿Robar un banco?

Eric condujo a Kyle por el vestíbulo de suelo de mármol.

- Puede que me parezca a ti más de lo que crees. Me gustan las cosas bonitas y de calidad. Además, estoy dispuesto a pagar por tener seguridad. - por supuesto el subarriendo le costaba más que los cincuenta dólares al mes que su "compi" pagaba por un sistema de alarmas; las cosas tenían un mayor coste en Nueva York.

Un hombre se sentó detrás del mostrador de la entrada.

- Señor Cartman. - dijo, antes de que la pareja de periodistas pudieran llegar a los ascensores. - Ha recibido un paquete esta mañana.

- Espero que no sea una postal. - murmuró Kyle, mientras Eric se alejaba para recoger un sobre de manila.

- Es de Bárbara. - explicó Eric, mientras volvía al lado del pelirrojo y le tendía el objeto para que lo cogiera. - Quizás puedas mirar el archivo. Ver si hay algo nuevo en la información de trasfondo que no coincida con tu historia.

Kyle podía oler el perfume en la cara frontal del documento.

- ¿Siempre hace esto?

Eric se rió y pulsó el botón del ascensor para el séptimo piso.

- Bárbara es muy... territorial.

- ¿Me estás diciendo que te marca con su olor?

El castaño volvió a reírse.

- Sólo un par de personas saben que vivo aquí. Pienso que esto es como una tarjeta de visita. Una mala costumbre que ella y yo adquirimos el año pasado. - las puertas del ascensor se abrieron, Eric echó un vistazo rápido al pasillo antes de seguir adelante. - Por si las dudas, Bebe no es mi tipo.

- Pero si la has invitado a cenar.

- Invito a mucha gente a cenar.

- Y probablemente eso sea cierto. - supuso Kyle, dejando el sobre sin abrir, prefiriendo charlar antes que ver lo que había dentro.

Algo en la forma en que lo dijo le hizo preguntar Eric:

- ¿Qué se supone que significa eso?

- Si Bárbara te gustara, no estarías coqueteando por ahí.

Sacudiendo la cabeza, Eric utilizó tres llaves para abrir la puerta del apartamento 7B.

- ¿Pero qué me estás contando, Kahl?

- Si te importase, te gustaría que te tomasen más en serio.

El de ojos marrones no le miró mientras giraba el pomo de la puerta.

- Ya me conoces, ¿no?

- Es lo que hago: observar a la gente. - dijo Kyle, siguiéndole dentro.

El apartamento tenía un salón de tamaño modesto unido a una cocina. La vista estaba oculta tras unas pesadas cortinas que estaban cerradas y que bloqueaban la luz del sol. Eric encendió una lamparita de mesa; el pequeño chasquido de un sonido solitario.

Había más muebles aquí que en Chicago. No había rastro de cajas de mudanza. En la mesa del comedor había una pila de correo que Cartman ignoró.

El Crimen Perfecto (Kyman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora