Max controla

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Max echó un pequeño vistazo al aula y me preguntó:

― ¿esa es la chica Melo? ―

― sí, la rubia ― le respondí.

― ya… será fácil… solo observa ― dijo y se dirigió hacia ella

Fue caminando lento en su dirección, se le acercó, bastante la verdad, puso un pie en la mesa y colocó su codo en su rodilla de manera muy cómoda, la miró unos segundos:

― así que eres la irritante chica nueva que quiere ser mejor que Melo ― dijo en voz baja, pero había tanto silencio que todos lo oímos.

― Eh… y… yo… ― tartamudeaba ella.

― escúchame bien hermosa, deja a Melo, él está a otro nivel, a partir de ahora yo seré tu oponente, soy el único que puede acercársele y ganarle, si no puedes contra mí, necesito que dejes de hablar y gritar tantas estupideces ― dice haciéndole una mirada seria.

― eh… ― sus cachetes comenzaron a tornar rojos y a continuar tartamudeando.

― pues bien, ya aclaradas las cosas, bienvenida a la escuela ― le dijo mientras sonreía.

Aquella chica gritona y chillona no pudo responder, parece que Max si pudo con la situación como dijo.

No se sintió en el resto de la tarde, cada vez que miraba hacia ella estaba aún toda roja y lo único que hacía era mirar su libreta mientras se tapaba la cara con su pelo… ¡un momento!... no lo puedo creer… la chillona se enamoró de Max… dios… bueno, no lo dudo, Max es el chico más bonito y sexy de la escuela según las chicas, y tiene buena fama entre ellas así que, puede ser.
Bueno, me da igual, por mi bien, mientras no ande gritando y todo eso yo feliz, prefiero que se meta el día entero roja y pensando que se yo que cosas, a que esté chillando a niveles de bafle de discoteca, si, la prefiero así.

Cuando se acabaron las clases y todos comenzaron a recoger, Max y Adam empezaron a apurarme y les dije que se fueran adelante y que recogieran a las chicas que quería hablar algo con el profesor. Mentira… yo solo quería comprobar una cosa, y lo hice.
Cuando Max y Adam salieron, la chica nueva casi se desmallaba al pasarle Max por su lado y no paraba de mirarlo, como una niña de primaria. Hice un tiempo, luego salí, le pasé por al lado y le dije:

― no te enamores de tu competencia, eso te hará perder ―

― ¿de qué hablas? ah eres tú… ― dijo ella.

― sabes muy bien de lo que hablo, y si no mírate en un espejo o échate algo en la cara que todavía la tienes roja… adiós ― le comenté mientras me marchaba.

― mi competencia eres tú oíste, ¡te voy a derrotar creyente! ― ahora soy creyente dice.

Pero admito que me gustaron sus gritos de niña enojada, es que cuando te acostumbras a como es una persona, y cambia, creo que la extrañas. No me hagan caso que estoy hablando basura.

― como digas, primero gánale al chico que te gusta y luego compite conmigo malcriada ―

Seguí caminando y no la escuché responderme, al parecer se quedó paralizada otra vez, que ridiculez.
Al llegar a donde mis amigos, Adam estaba contando la historia de lo sucedido en el aula, a su manera como siempre. Escuchar a Adam haciendo un cuento es como si te narraran una historieta de super héroes, ya que el muy bobo le pone efectos de sonido y todo a cada gesto que alguien hace en su historia. Ese es Adam, por eso lo queremos tanto.

― ¿de qué se ríen? ― dije al llegar.

― Adam nos contó del enfrentamiento de Max y Yesica ― dijo Helen riéndose.

― sí, fue algo épico ― respondí.

― épico… épica será nuestra pelea cuando vuelvas a llegar al grupo y no me des mi beso mal educado ― dijo Elizabeth cruzando los brazos.

― ¡alabao! Alguien está en aprietos ― balbuceo Adam.

Me quedé un segundo impactado, no entiendo que arte tiene ella para hacer esas cosas, luego me le acerqué y le di un beso en la mejilla.

― este no se quiere la vida ― dijo Adam.

Luego de eso le pegue un cocotazo y Elizabeth me regañó y me dio ella un beso en los labios.

― ¡vamos, dejen eso para cuando estén solos que hay gente aquí! ― dijo Adam mirando al cielo como si le estuviera pidiendo algo a dios.

Todos comenzamos a reírnos acción que Max interrumpió diciendo:
― si Melo, es malo comer delante de los pobres ― soltó una de sus exenticas risas ― Adam por lo menos tiene a Helen, yo no tengo a nadie ― y continuó riéndose.

― ¿Qué insinúas Max? ― respondió Adam todo rojo y nervioso.  

― no te hagas Adam, todos saben bien lo que hablo ― dijo Max a carcajadas.

― quieres pelea Max, voy a hacer picadillo de chulampin contigo ricitos ― dijo Adam agarrándolo de la camisa.

― Max no molestes más a Adam ― dijo Helen.

― valla, que avance veo aquí, ya hasta te defienden ― carcajeó Max.

Adam saltó encima de él y comenzaron a pelearse mientras nos reíamos de ellos. Mientras tanto venía pasando la gritona y dijo:

― parecen niños de secundaria ―

Todos paramos de hacer lo que hacíamos, la miramos y Elizabeth dijo:
― ya veo… tú debes ser la famosa Yesica ―

― si soy yo, y también sé quién eres, tu padre tomó las fotos que me hicieron famosa, no imaginé que alguien como tu estuviera con alguien como el de los espejuelos ― respondió ella con tono de engreída.

― mi papá me había hablado de tu arrogancia, pero ahora la compruebo, y sí, estoy con el chico más genial que tiene esta escuela, ¿algún problema? ― nunca pensé que ella tenía esa opinión de mí.

― No, ninguno, solo que dentro de poco lo destronaré y no será nadie, ni, aunque sea tu novio ― esas palabras de ella me hicieron caer en una conclusión, y era cierto, antes era invisible y luego de conocerlos a ellos mi nombre es mencionado en todo el instituto.

Elizabeth se molestó mucho y al parecer tenía intenciones de golpearla, pero Max agarro su mano y dijo:
― niña tonta ― comenzó a acercarse a ella ― que parte de que yo soy tu competencia no entendiste ―

Ella nuevamente no supo que responderle y comenzó a ponerse roja. Max se le acercó aún más, la tomó por los cachetes y le dijo de cerca:
― ves estos ojos, grábatelos, porque harán que quedes en ridículo delante de todos cuando te vuelvas a meter con mis amigos, así que mejor porque no te vas, ¿o a la doncella hay que escoltarla? ―

― Eh… ― bloqueada otra vez aajajajja.

― bien, ahora solo te pido una cosa, y no lo volveré a repetir vale ― le dijo Max.

― vale ― respondió muy sumisa ella.

― no te vuelvas a meter con mis amigos porque la pasarás mal ― le repitió en un tono más serio, similar al que peleaba con nosotros antes.

― va… le ― se volvió a bloquear, pobrecita.

Luego la soltó. Ella no paraba de mirarlo sonrojada. Luego se marchó lentamente.
Max controla…

Mi Primera y única noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora