No sé que hacer

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¿Cómo fue que no me di cuenta de eso? Todo ha sido tan rápido, me acostumbre tanto a nuestros días juntos que desde el tercer mes creo que dejé de contar. Al parecer fue todo tan real que olvidé que en un inicio era ficticio, y lo peor de todo es que no sé el por qué, ella nunca me dijo que significaban esos 6 meses, y yo tampoco le pregunté.

Tarde mucho para llegar a mi casa, deteniéndome en cada esquina y sobre pensando cada detalle:

¿y si en realidad lo de los 6 meses fue una prueba de ella? Pudo haber sido algo que ella me dijera para probar si llegaríamos a funcionar.

¿y si en realidad esto fue solo un juego y yo me convertí en su juguete? Algo que decidió tener solo por unos meses para no estar aburrida.

¿y si el tiempo es porque se tiene que marchar y no la volver a ver? Es algo que pasa muy seguido.

¿y si en realidad tiene novio y yo fui solo alguien para aguantar a que esa persona llegara y no estar sola?

Todas esas preguntas estuvieron comiéndome la cabeza en todo el camino, pero no sé por qué razón la que más resonaba en mi cabeza era la última.
Al llegar a casa mi mamá estaba muy contenta (como siempre) eh intenté no contagiarle mi amargura.

― ¡hijo mío! ¡ven, baila con tu madre! ― creo que está borracha.

― ¿mamá estás borracha? ―

― ¡No hijo! ¡Solo tomé un poquito no más! ― obviamente estás borracha mamá.

― bueno mamá, voy a subir a dormir un rato que estoy cansado ―

― ¡oye! Precioso, ¿Cómo te fue con los muchachos? ¿se divirtieron? ―

― sí, todo fue bien, y al parecer Yesica no una tan pesada después de todo ―

― ¡oh, que bien, que bien! ― dijo entre risas bien alcohólicas ― oye Melo, cuida bien a Elizabeth, esa niña se ve que te quiere de verdad, hay pocas así hijo mío, hazle caso a tu madre que es mujer ― continúo riéndose.

Si supieras… ahora mismo no sé qué decir con respecto a eso, pero como siempre mamá… gracias…

― tranquila mamá, ahora iré a dormir, deberías hacerlo igual no crees ―

― oiga jovencito, usted todavía no es adulto, así que valla a dormir y deje de darle órdenes a su madre, jum ―

― está bien, que descanses ―

Dormir… ahora mismo mi cuerpo y mi mente no conocen el significado de esa palabra, tampoco si es una acción, un sustantivo o un adjetivo, solo sé que me da muchas vueltas la cabeza, tanto que hasta me duele. ¿y si le escribo?

Vale, no está conectada.
Creí que ya había madurado en el sentido de las relaciones, pero ya veo que no.
Adam y Helen tampoco están conectados… estoy solo ahora…
Max por lo que veo seguro debe estar follándose a Yesica, como si no lo conociera, lo que si vi raro fue que de repente le gustara, todo el día de hoy fue muy raro, no entendí la aparición milagrosa de Yesica, no entendí que Max saliera con ella, no entendí las sonrisas de Elizabeth en muchos momentos, y mucho menos entendí el porqué de sus lágrimas al decirme eso.

Todo es muy confuso, y no sé qué hacer, no entiendo nada.

― hola amigo, ¿Cómo estás? ― Sultán, mi único consuelo en este momento ― ¿tú tampoco tienes sueño? Y si comemos algo, ven sígueme ―

Bajamos hasta la cocina y vi a mi madre dormida en el sofá, la cargué y la llevé a su cama, olía mucho a alcohol todavía, pero decidí dejarla tranquila y me dirigí nuevamente a la cocina. Me preparé una merienda y una a Sultán.

― amigo no tengo nada de sueño… estoy un poco preocupado sabes, tengo miedo… ¿y si me enamoré en vano? Me dolería muchísimo, y más porque no esperaría nada malo de ella. Está loca, sí, pero es una chica increíble, de carácter fuerte aunque no todos lo sepan, me ayuda a despejar mi mente y a no pensar en nada, es como un refugio para mí, no podría creer que alguien así me lastimara, o que jugara conmigo, pero la verdad es que no se nada de ella en ese sentido, nunca le eh preguntado por como era su vida antes de conocernos aunque ya ella sepa de la mía, no conozco sus relaciones pasadas, incluso tengo en duda si de verdad me quiere, o si soy meramente un juguete. Tengo muchas dudas amigo… ojalá poder convertirme en un gato y así irnos juntos por ahí y olvidarlo todo, preocuparnos solo por jugar y comer ― mi única compañía y consuelo esa noche fue Sultán.

Luego volví a mi cuarto e intenté dormir, pero no pude, hasta que sultán se acostó a mi lado y milagrosamente mi sueño comenzó a llegar solo, como por arte de magia o algún embrujo.
No quiero despertar… no sé qué será de mañana… tengo miedo…
No sé qué hacer.

Mi Primera y única noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora